Muchos conocemos la
historia de tres jóvenes que decidieron ser diferentes y rebelarse al mundo,
defendiendo la verdad. Sí, nos referimos a Sadrac, Mesac y Abednego. El pueblo
judío, escogido por Dios fue derrotado por un país del norte llamado Babilonia.
Al ser capturados y arrastrados por su cruel y poderoso rey llamado
Nabucodonosor, los judíos se encontraron repentinamente rodeados de nuevos
dioses, costumbres e idiomas. Por si fuera poco Sadrac, Mesac y Abednego fueron
puestos en lugares de responsabilidad en el reino de Nabucodonosor. Llegaron a
importantes puestos de autoridad por su inteligencia y responsabilidad. El rey hacía
un gran esfuerzo por convertirlos en perfectos babilonios, pero ellos, como
buenos judíos seguidores del único Dios verdadero, se rehusaron a cambiar su
identidad particular.
Parte de esta identidad como judíos hacía que
no pudieran participar de rituales babilonios, tales como, comer ciertos alimentos, casarse con mujeres
extranjeras o inclinarse ante cualquier otro dios que no fuera Jesús. Dios
había ordenado a Israel a ser diferentes de todas las demás naciones de la tierra,
lo cual era parte constituyente de la santidad,
así como amoldarse a otras culturas hubiera sido desobediencia a Dios. Era
obvio que al no ser partícipe de estos rituales, consecuencias venían.
Se les ordenó postrarse a
adorar a una estatua de oro en honor al dios nebo. De hecho todos lo hicieron,
excepto estos tres jóvenes. Ellos permanecieron de pie ante miles de personas
inclinadas. Sabían que al no hacerlo serían arrojados a un horno de fuego
ardiente. Cuando el rey supo esto, les dio otra oportunidad, pero hicieron lo
mismo y no se retractaron, ni disculparon.
La verdad que defendían los motivó más que la amenaza de perder sus vidas.
Al defender la verdad, lo
primero que viene a mi mente es la
santidad. “Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.” (Levítico 19:2) Dios es santo, porque es sin mancha. Nosotros
somos débiles, pero Él es poderoso y omnisciente. No existe nada en todo el
universo que se compare a Dios; por lo tanto Él es único, apartado de los
demás.
Si su espíritu mora en ti,
no tengas miedo de rebelarte al mundo y menos de defender la verdad, Jesús.
Por lo tanto Ninguno tenga
en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta,
amor, espíritu, fe y pureza.
Visítanos en Facebook:
http://www.facebook.com/pages/Tu-Unica-Alternativa/194021963941574
http://www.facebook.com/Tuunicaalternativa
http://www.facebook.com/pages/Tu-Unica-Alternativa/194021963941574
http://www.facebook.com/Tuunicaalternativa
No hay comentarios:
Publicar un comentario