“Misericordia
y verdad no te desamparen; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu
corazón.” (Proverbios 3:3)
Es lamentable cómo siendo hijos de Dios prometemos y
prometemos y no cumplimos. Este día no quiero que mis palabras sean bonitas o
que lo escrito acá se lea elegante. Este día te dejaré una serie de versículos
bíblicos en los cuales debemos meditar y darnos cuenta que cuando nosotros
somos irresponsables, impuntuales, mentimos o cualquier situación similar; no
somos nosotros, como humanos, los que quedamos mal, es el nombre de nuestro
Dios.
“Siendo manifiesto que sois carta de
Cristo redactada por nosotros, no escrita con tinta, sino con el Espíritu del
Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos”. (2
Corintios 3:3)
Ya no avergoncemos el nombre de Dios con nuestras malas
actitudes, es momento de definirnos qué somos, a quién seguimos, a quién le
creemos, etc. Ya no podemos seguir diciendo que somos cristianos y seguir
viviendo como que no lo somos. Podrás decir “Es que soy humano y siempre me voy
a equivocar”, sí, eres humano, pero eso no justifica que cometamos errores.
También, puedes decir “Mi carne es débil, entonces qué pesa
más ¿El poder de Dios en tu vida? O ¿Tu naturaleza humana? Somos humanos e
imperfectos, muy cierto. Pero, eso no justifica nada. Ante Dios no hay excusas,
nos equivocamos porque no estamos leyendo la Biblia y no estamos orando. En
pocas palabras nuestra comunión con Dios es escasa, si es que existe.
No quiere decir que no nos vamos a equivocar cuando nuestra
comunión con Dios comienza a mejorar, pero sí nos equivocamos menos y de eso no
hay duda.
“Llegaste apenas
ayer, ¿y he de hacer que vagues hoy con nosotros mientras yo voy por
donde quiera ir? Regresa y haz volver a tus hermanos, y que sean contigo la
misericordia y la verdad.” (2 Samuel 15:20)
“Porque guirnalda de
gracia son para tu cabeza, y collares para tu cuello.” (Proverbios
1:9)
“Átalos de continuo en tu
corazón, enlázalos a tu cuello.” (Proverbios 6:21)
“Grabad, pues, estas mis
palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como una señal a vuestra
mano, y serán por insignias entre vuestros ojos.” (Deuteronomio 11:18)
“¿No se perderán los que
traman el mal?; pero misericordia y verdad recibirán los que planean el bien.” (Proverbios
14:22)
“Lámpara es a mis pies tu
palabra, y luz para mi camino.” (Salmos 119:5)
“Y así tenemos la palabra profética más
segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla
en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca
en vuestros corazones.” (2 Pedro 1:19)
“Porque el mandamiento es
lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la
instrucción.” (Proverbios 6:23)
No podemos decirnos hijos de Dios y desconocer lo que Su
palabra manda. No podemos decirnos hijos de Dios y no hablar con él. Mis
hermanos, es tiempo de definirnos, ya no podemos seguir jugando a ser cristiano
y seguir viviendo como que no somos. ¿Cristianos carnales? Eso es como decir
que Satanás tiene arranques de santidad, es completamente ilógico. ¿Somos hijos
de Dios o no somos hijos de Dios?
Si la palabra de Dios ha tocado tu corazón, es momento que
le entregues tu vida a Dios. Que declares con tu boca y creas en tu corazón que
Jesús es tu Señor. Pídele perdón por tus pecados, arrepiéntete de cada uno de
ellos y confiésalo como tu salvador a Jesús.
Recuerda que la Biblia hay que leerla, creerla y vivirla.
Dios te bendiga.
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