¿Libre o afanado?

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. (Mateo 7:24)

El afán es vivir ansiosamente, eso denota ansiedad, temor ansioso, preocupación. Como cristianos muchas veces nos afanamos, por el qué dirán, porque el qué comeremos, por cómo nos vestiremos, por el mañana, y muchas cosas más.

Dios mandó a su hijo a morir en la cruz, no simplemente para que fuéramos libres, sino para que seamos salvos, seamos diferentes, hijos que confíen en Él y no en los hombres.

Pero el afán no se queda ahí solamente, sino también en el aspecto de cumplir en las congregaciones, en la responsabilidad que nos han dado, y quizás muchas veces estamos más afanosos por el qué dirán los demás hermanos, que por servirle a Dios de todo corazón y pasión.

Dios quiere verdaderos adoradores, en espíritu y en verdad, no gente a media, mediocre, preocupada, afanada. Él desea que seamos libres, pero muchas veces le creemos más a las voces externas, que a la de Dios.

Nos preocupamos demasiado en lo material, y no por lo que realmente deberíamos PREOCUPARNOS: agradar a Dios diariamente. Sería mentira que a mí no me cuesta, a todos nos cuesta, pero a veces dejamos de lado a Dios por nuestros afanes, por nuestros problemas.

¿Será que Dios te quiere así? Afanoso siempre, preocupado, desesperado, ¡NO! Dios quiere que, como sus hijos, confiemos en Él.

Él nos dio el mayor ejemplo. Jesús nunca se afanó, aún siendo tentado por el mismo Satanás, aun sin tener donde recostarse, ¿Y nosotros sí? Nos cuesta mucho como seres humanos, dejar ciertas cosas en la vida, y muchas veces le damos más importancia al problema, o a los afanes que al mismo Dios que es el Dueño de este mundo.

Si verdaderamente somos sus hijos, debemos poner nuestra mirada en Jesús “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…” (Hebreos 12:2).

Para Dios no hay imposibles, no hay nada mayor que Él no pueda hacer por nosotros, pero ¿Eres realmente libre o sigues afanado?

Relájate, Dios te hará descansar si estás cansado, Dios te ayudará si tú no puedes, Él te abrirá toda puerta, todo camino, toda oportunidad; pero sólo si tú eres libre, y te gozas en medio de la adversidad, o cualquier afán, y decides de una vez, decirle al Señor que tú ¡Eres libre por medio de Él!

Dios no te quiere ver afanoso, no te quiere ver preocupado. Él conoce tu corazón, Él más que nadie sabe tu situación, así que ve a Su trono, y pídele a tu Padre. Él ya sabe tus necesidades, pero quiere escucharte, para que tú también lo escuches. Es tiempo de vivir en libertad, esa libertad que llena de gozo y paz, porque sólo Dios la da. Los hombres nos dejarán solos, las personas cambian, pero Dios no cambia, Él te ama, te lo demuestra cada día porque nuevas son Sus misericordias.

Vive en libertad, no te preocupes por lo que vendrá, pon todo en las manos de Dios, y con Él vas a avanzar.

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