“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo; mas amarás a
tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el
SEÑOR” (Levítico 19:18)
Hay versículos que muchas veces los pasamos
por alto o queremos que se nos olvide que están en la Biblia.
La Biblia se debe vivir a plenitud. Cuando
estudiamos la Biblia, nos damos cuenta que hay muchas cosas, en nuestra vida,
que no agradan a Dios. Pero deliberadamente las seguimos practicando sin
ponernos a pensar que estamos avergonzando a Dios.
Al momento de hacer cosas “sin pensar” porque
estamos enojados o con cualquier sentimiento que afecta nuestro pensar,
avergonzamos a Dios. No somos nosotros los que nos vemos afectados, es nuestro
Dios el que queda por los suelos por culpa de nuestra poca comunión con Él.
Quiero que vayamos entendiendo que nuestras
malas reacciones, nuestros malos pensamientos, nuestras malas actitudes., se
ven incrementadas cuando nuestra comunión con Dios es pobre. Si bien es cierto,
perfectos no vamos a poder ser nunca, pero sí nos podemos equivocar menos día
con día.
Dios no está buscando corazones perfectos,
está buscando corazones que se dejen moldear por Su voluntad. Esa voluntad que
es Justa, Santa y Perfecta. Es cierto que muchas veces habrá momentos que puedas
derramar lágrimas, te podrás preocupar y hasta llorar: pero la voluntad de Dios
siempre es y será perfecta.
Dios siempre busca lo mejor para nosotros,
Dios siempre busca que nosotros le demos la gloria a Él con nuestra vida.
Nosotros no somos dignos de creernos que por nuestras virtudes hemos logrado
alguna meta en nuestra vida. Todo lo que logramos, lo logramos por la infinita
gracia de nuestro Dios.
¿Qué tiene que ver el versículo de la lectura
con la voluntad de Dios? ¡Tiene que ver en todo! En ese versículo tienes la
voluntad de Dios para la convivencia en tu ministerio, trabajo, con tus amigos
y tu familia.
Lamentablemente, lo primero que hacemos es ir
a tomar justicia por nuestras propias manos cuando tenemos algún problema. Con
ello, creamos más problemas, hacemos más grande el que ya tenemos, etc., cuando
la voluntad de Dios es que se lo entregues todo a Él. ¿Tienes que quedarte
callado? ¡Sí! Deja que la justicia de Dios obre, no vayas a tomar justicia por
tus manos. La justicia de Dios es perfecta, nuestra justicia es irracional
cuando estamos molestos y aunque no estemos molestos, nuestra justicia nunca
será perfecta.
Ora a Dios que Él haga su voluntad. Espera en
Él. Habla con Dios y que sea Él quien tome el control de todo.
Recuerda que la Biblia hay que leerla,
creerla y vivirla. Dios te bendiga.
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