Luego Pablo fue a la sinagoga y predicó con valentía durante los siguientes tres meses, discutiendo persuasivamente sobre el reino de Dios. Hechos 19:8 (NTV)
En la mayoría de las películas la valentía es algo reservado para los momentos de máxima tensión. Así solemos pensar y hasta imaginamos que cuando estemos en situaciones de usarla se deberá escuchar una música de fondo, tipo película de aventuras. Pero para vivir una vida recta y al máximo, desde el punto de vista vertical de Dios, es necesario ser valientes en la vida cotidiana.
Necesitamos ser valientes para cambiar. Tenemos que ser valientes para dar testimonio de Cristo cuando otros nos desafían.
Es preciso ser valientes para decir que no a las presiones que nos empujan a tomar malas decisiones.
Debemos ser valientes para buscar la verdad aunque sea difícil o dolorosa. Es necesario ser valientes para tomar el camino angosto cuando la mayoría se va por el ancho.
Tenemos que ser valientes para confesar nuestras debilidades y necesidades cuando necesitamos ayuda.
Debemos ser valientes para aceptar que nos hemos equivocado. Es urgente ser valientes para pedir perdón.
Tengamos coraje, valor y fuerzas para pedir perdón a aquellos a los cuales hemos lastimado, o si nos hemos equivocado.
Se requiere valentía para asumir los riesgos necesarios del crecimiento. Dios te da el valor, el coraje, y las fuerzas, cuando confías en Él.
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