Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les ruego que dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada. Así es como se debe adorarlo. Romanos 12:1 (TLA)
Pablo nos insta a entregar nuestros cuerpos como sacrificio vivo.
Colosenses 2:17 nos llama a hacer todo en una actitud de adoración. En pocas palabras, adorar requiere identificarse con el sacrificio de Cristo y su renuncia. Ya no nos pertenecemos, debemos presentarnos en el altar como un sacrificio vivo. Nuestros cuerpos son suyos para Su gloria.
Adorar no es cantar. Es entregar; y eso a veces requiere de un simultáneo acto de gozo y dolor por renunciar a nosotros mismos.
Los evangelios nos cuentan que luego del nacimiento de Jesús, los sabios de Oriente llegaron a su casa para adorarlo. El viaje incluyó una logística muy costosa, que los llevó por tierras peligrosas, quizás durante meses enteros. Pagaron un precio para llegar a Jesús. Pero cuando lo lograron, en vez de pedirle, le ofrecieron lo mejor que tenían: Oro, incienso y mirra.
Para adorar a Dios hay que renunciar a ese egoísmo que solo busca pedir para sí. Cuando nos presentamos ante Dios, llevémosle algo. Nuestra vida, nuestro corazón, nuestro todo.
Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; Porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. San Juan 4:23-24
Adorar es avivar la conciencia mediante la santidad de Dios, alimentar la mente con la verdad de Dios, purgar la imaginación con la belleza de Dios, abrir el corazón al amor de Dios y dedicar la voluntad al propósito de Dios. (William Temple)
Quería compartirles este tema que es sumamente importante y lo hemos venido comentando, pero no tan directamente, a hacer buen uso de la adoración. Considero que no hace falta tener discernimiento para darse cuenta que en Hispanoamérica hemos convertido a la adoración en un estilo musical más que en un acto de obediencia. Hemos reducido la adoración a una experiencia cultica. Algo que nos gusta porque disfrutamos la música y se “siente” bien el culto haciéndolo ya que nos podemos expresar con todas nuestras emociones…
Lo peligroso de esto es que justamente el foco de la adoración no puede estar puesto en nosotros. No se trata de cómo quiero yo expresarle a Dios mis sentimientos, sino cómo puedo yo desenfocarme de mis gustos y necesidades para enfocarme solamente en Él.
El centro de la adoración no puede ser nadie más que Dios. Él es el iniciador de la adoración y no nosotros. Le amamos porque Él nos amó primero y a menos que tengamos una comprensión exacta de cómo nos ha afectado Su gracia, es imposible responderle genuinamente con una actitud interna y real de adoración.
Hace poco me preguntaba un joven, que cómo podría crecer en su vida de adoración ya que se estaba aburriendo de siempre decir y experimentar lo mismo, y esto fue lo que le dije: ¿Eres fan de Hillsong? Me respondió que sí, entonces le dije: El siguiente paso en tu vida de adoración es que puedas expresarle tu amor con música que no te gusta, de maneras que te cuestan y en momentos dónde nadie te vea. Cuando eso te sea normal y lo puedas hacer con gusto, entonces, sí vas a haber encontrado una nueva dimensión de la vida de adoración y subido de escalón.
Dios no quiere una parte de tu vida. Pide todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente, y todas tus fuerzas. A Dios no le interesan los compromisos a medias, la obediencia parcial y las sobras de tu tiempo y dinero. Quiere tu devoción plena, no pedacitos de tu vida.
Por muchos años he escuchado decir en las reuniones, de algunas congregaciones cristianas, lo siguiente:” Muy bien ya hemos terminado nuestro tiempo de adoración a Dios, y ahora vayamos a lo más importante de la reunión…” dando a entender como si ese tiempo hubiera sido un relleno en vez de ser algo vital para la vida cristiana. Muchos cristianos cantan bellas canciones, pero jamás han sido enseñados ni han practicado una verdadera adoración que llega al trono de Dios. Por cierto, la adoración es mucho más que cantar. Ella implica una entrega absoluta y rendición a los pies del Señor.
La necesidad de conexión.
Dios quiere relacionarse contigo y conmigo. Dios nos hizo para tener comunión con Él. Para estar juntos. Él nos hizo para amarnos. Hay muchas cosas que Dios quiere hacer contigo, pero lo primero que debes hacer es conectarte con Él; esa es la mejor manera de descubrir para qué naciste y cuál es tu misión en la ida. Dios nos hizo con la necesidad de buscarle. ¿Sabías que Él disfruta estar contigo? Para eso te hizo, para tener relación contigo. Cada persona del mundo nació con un vació tamaño Dios y el único que lo puede llenar de manera satisfactoria es Dios. Es el único que cabe de manera perfecta.
Todos somos adoradores
CADA persona en el mundo busca tener esa conexión con Dios porque necesitamos adorar. Así fuimos diseñados. “Todos somos adoradores constantes de algo o de alguien”.
Adorar a Dios es más que una expresión.
La adoración no es un acto que dura una cierta cantidad de tiempo (cantar por ejemplo 30m los domingos) sino que es la decisión que tomamos al escoger quién o qué será nuestro Señor y el foco de atención para nosotros y la manera en que nos entregamos a esa decisión con devoción y servicio. Es decir, que podemos terminar adorando a la actividad, persona o cosa que ocupa la mayor parte de nuestros pensamientos y tiempo.
Jesús dijo que el Padre estaba buscando verdaderos adoradores. <<Si el Padre está buscando adoradores, seguro es porque le faltan, pero el hecho es que ¡Deberían sobrarle adoradores!>> Dios no está buscando adoración, sino adoradores. Es decir, Él no busca una canción o una acción o una <<Cara de religioso que acaba de chuparse un limón>> Sino un corazón. La adoración es una expresión de amor al Señor (Mt.22:37).Es tener hambre por la presencia de Dios. (Sal.84:1-2, 4, 16:11). Es un estilo de vida.
Dios no busca una canción o una acción sino un corazón.
Él quiere que le abras tu corazón para mostrarle todo lo que piensa de ti y lo que quiere hacer contigo. Dios tiene planes para ti. (Jeremías 29:11)
Rendición Total
Él quiere que vivas rendido a Él porque ¡Te conviene! Adoración es entrega total, es rendirte. Por eso faltan verdaderos adoradores. Gente que quiera darle a Dios su TODO. Entregar y rendir sus pensamientos, decisiones, acciones. Dios busca gente que le entregue sus planes, su cuerpo, sus sueños, su vida sexual, sus luchas, sus temores. Todo lo bueno y todo lo malo que creamos que tengamos.
Dios no busca palabras, ni adoración, ni emociones extremas descontroladas; Él busca verdaderos adoradores. Él no busca la canción; El busca a la persona. Te busca a ti, me busca a mí. (Juan 4:23 RV60)
Lo que no es la adoración.
No es solo música y canciones. Todas las partes de la reunión son un acto de adoración: la oración, la lectura de la Biblia, el canto, el silencio, la predicación, las ofrendas, la Santa Cena, etc.
Tampoco es un “estilo de música”: si la canción es movida se la llama “alabanza”, si es lenta se la llama “adoración”. Esto también es un error. La adoración no tiene nada que ver con el estilo, el volumen o el ritmo de una canción. Con cualquier estilo o ritmo podemos adorar a Dios, porque no existe un estilo “bíblico” de adoración. El secreto es hacerlo “en espíritu y en verdad”.
No es “cerrar los ojos o levantar las manos” no es el momento “aburrido de la reunión” no es un relleno hasta que todos llegan, no es repetir palabras mecánicamente, no es exclusiva del ministerio de alabanza. La adoración no es el “ritual del domingo” (Isaías 29:13), es pasión y compromiso por y con Dios, la adoración no es para nuestro propio beneficio. “Hoy me gusto mucho la adoración”, “Hoy la adoración fue muy lenta y aburrida”, “Me encanta la alabanza”, “Qué bien dirige el director y cómo tocan los músicos”, “La gente se duerme en la adoración”, “Hoy no recibí nada en la adoración”, “Le faltó vida. Hoy sentí que le faltó vida. Estuvo medio aplastado”, “¡Cuándo va a terminar! ¡Cuándo va a terminar! ¡Me quiero ir a mi casa!”. Todos estos conceptos están equivocados, son un error. ¡La adoración no es para ninguno de nosotros, la adoración es para Dios! ¡Es para complacerlo y agradarlo a Él! No nos cantamos ni nos adoramos a nosotros mismos, todo es para Él.
Canta con la vida
Él quiere tener esa relación y, una vez que la tengamos entonces nos mostrará todo lo que quiere hacer con nosotros. Él busca personas que se entreguen. Que no solo lo digan, sino que lo vivan. Personas que canten menos con la boca y más con la vida, es decir con sus decisiones, sus acciones.
Y ¿Cómo hacer para comenzar?
Aunque adorar a Dios no es una disciplina, no tiene que ser mecánica forzada ni monótona, recuerda que Dios te ama como eres y como estás. No tienes que cambiar lo que eres para acercarte a Él. No importa en dónde estés, puedes tener ese dialogo con Él, en el auto, en el autobús o caminando, puedes comenzar desde hoy y decirle lo que esté dentro de ti. Puedes decirle por ejemplo: “Jesús, gracias por amarme como soy. Gracias porque no depende de mí que me ames. Gracias por tu sacrificio en la cruz, pues eso me deja adorarte. Quiero conocerte y que me conozcas. No quiero ser un religioso, sino alguien que te conoce de verdad. Ayúdame a tomar buenas decisiones hoy. Quiero vivir para ti. “
Hacer una oración así no toma mucho tiempo, pero si lo haces con todo el corazón, entonces puede ser el inicio de una vida de adoración genuina. La clave es comenzar ya. Puedes hacerlo de la siguiente manera.
- Sé agradecido: La verdadera adoración comienza con un corazón agradecido. Dale gracias a Dios por la vida, por el sustento, porque no te falta nada.
- Estudia los salmos: Los salmos fueron escritos por gente como tú y como yo, y allí nos dan una muestra de que se puede hablar a Dios sin importar el estado de ánimo a los problemas que tengas. Puede acercarte a Dios con tus alegrías o temores, con tus victorias o derrotas; si tienes esperanza o tristeza.
- Conoce los nombres de Dios: a Dios no solo puedes llamarle “Dios”, sino que le puedes llamar Padre, Amigo, perdonador, eterno. Eso y muchas cosas más es lo que Dios quiere ser para ti y mostrarte de esa manera en tu vida diaria.
Adorar a Dios es vivir entregado a Él. Sin manchas ni reservas. Le adoras en la manera que decides; en la manera que hablas; en la manera que vives.
hola les visito desde El Salvador, reciban muchas bendiciones, les invito a mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
ResponderEliminarMI TESTIMONIO DE SANIDAD PARA LA GLORIA DE DIOS.