Lo que quiero es que ustedes sean siempre fieles a Cristo, es decir, que sean como una novia comprometida para casarse, que le es fiel a su novio y se mantiene pura para Él. 2 Corintios 11: 2
Recuerdo muy bien esa tarde, el baile se celebraba en un humilde salón de un pequeño pueblo. Junto a la pared de todo el salón había un taburete de madera y cuero donde se sentaban las chicas y sus mamás mientras esperaban con quien bailar. Los varones salían y se iban a la cantina, dando vueltas y buscando a la chica que mejor le resultase agradable para pasar la noche de fiesta. Comenzó el baile y varias muchachas no encontraron pareja que las invitase. Entre ellas había una chica muy hermosa y bien parecida.
Varios jóvenes pasaron para invitarla a bailar, pero ella rehusó una y otra vez. Estábamos intrigados y deseosos de hacerla entrar en acción. ¿Por qué no baila? ¿A que ha venido? nos preguntábamos. Por fin decidí acercarme a ella y probar ventura. Por lo difícil del caso le pregunté: -¿Bailamos? Ella sonrió y me dijo: -No, gracias; estoy comprometida y mi novio no tarda en llegar.
A pesar de los años que han pasado recuerdo esta respuesta, aunque he olvidado su nombre, y hasta el nombre del pueblo aquel donde tuvo lugar la fiesta. Como jóvenes muchas veces el mundo nos ha querido sacar a bailar con él, pero recuerda las palabras de Juan 17:15, "No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas de Satanás." Nuestra respuesta debe de ser siempre la de cualquier Cristiano enamorado de Cristo Jesús: "No, estoy comprometido/a y mi amado viene pronto."
Somos la novia de Cristo y vivimos en el mundo, pero no militamos en él. Estamos esperando la venida de nuestro amado. Cuando una pareja se compromete, se da por señal de compromiso una sortija o un anillo, esta se da por señal de pacto y compromiso que ellos hacen para mantenerse fieles tanto uno como otro hasta que llegue el día de la boda. Así mismo el anillo da una seguridad para la pareja de que realmente se casarán y vivirán una vida juntos hasta que la muerte los separare. Así mismo nosotros debemos mantenernos puros y fieles ante nuestro amado Jesucristo.
¿Fieles, cómo es eso? Fieles significa, no manchar nuestras vestiduras de cosas vanas, de cosas que deshonren el nombre de Dios, no debemos de igual manera estar jugando al “cristianito” que un día es fiel y otro no. Poner en nuestro corazón el “ESTOY REALMENTE COMPROMETIDO CON DIOS” te ayudará a vencer los ofrecimientos del mundo, a guardar nuestra integridad como hijos de Dios. No dejemos que el mundo nos seduzca y nos atrape con sus atracciones pasajeras.
2 corintios 11: 2 dice “Lo que quiero es que ustedes sean siempre fieles a Cristo, es decir, que sean como una novia comprometida para casarse, que le es fiel a su novio y se mantiene pura para Él.” El Señor nos ha dado una señal de compromiso para que nos mantengamos fieles hacia Él, nos marcó como su propiedad desde el momento en el que lo aceptamos como nuestro único y suficiente Salvador. El Espíritu Santo nos fue dado por Señal del nuevo compromiso o del nuevo pacto, ¡qué maravilloso! Yo me guardaré puro porque he aprendido que el Novio me ama con un amor inimaginable, ¿y tú?, es tiempo de decir un NO a las propuestas que el mundo nos ofrece minuto a minuto.
Punto de reflexión:
¿Estás manteniéndote puro/a y guardando tu integridad?
¿Estás manteniendo una vida devocional buscando día a día que el amor hacia el novio vaya en constante crecimiento?
No hay comentarios:
Publicar un comentario