viernes, 15 de julio de 2011

¿Dios quitó lo bueno o nosotros lo perdimos?


Clemente y misericordioso es Jehová, Lento para la ira, y grande en misericordia. Salmos 145:8

He de aceptar que esa frase es muy bonita “Dios quita lo bueno para darnos lo mejor”, pero ¿Qué pasa si nosotros lo hemos perdido?

Dios es inmenso en misericordia que incluso cuando nosotros somos los que nos metemos en problemas, Él corre a nuestro socorro. Pero, este día quiero que nos pongamos a pensar en todas esas oportunidades que nosotros hemos perdido por irresponsables.

Nos hemos excusado que Dios quita lo bueno, sí es verdad, pero nosotros, muchas veces, hemos perdido infinidad de oportunidades que Dios nos da para sobresalir en el ámbito que nos desempeñamos y no las hemos aprovechado.

Este ejemplo te puede sonar un poco ridículo, pero es verdad: El jefe se acerca donde el empleado, que es cristiano, y lo encuentra orando en lugar de trabajar, el patrón le dice “¿Qué haces Rodrigo? –A lo que Rodrigo responde- Oro y estoy hablando con Dios. El patrón un poco molesto le dice “¿Oye que tu Biblia no dice que para todo hay tiempo?” Rodrigo apenado solo pide perdón a su jefe y continúa realizando sus labores. 

Sé que puede parecer ridículo el ejemplo, pero créanme sucede. La intimidad con Dios, hará que en lo público Él te exalte ¿Cómo? En el aumento salarial que tanto estás pidiendo, el ascenso de posición en tu trabajo, la sanidad en tu amigo, familiar o en tu persona etc. Pero, como le dijo el patrón a Rodrigo para todo hay tiempo. Si estás trabajando, trabaja. A Dios también le estás glorificando con tu trabajo. 

Puedes preguntarte ¿Qué tiene que ver todo esto con el versículo leído? Es sencillo. Dios nos da todos los días para ser mejores en todos los ámbitos de nuestra vida. Pensamos que pecado solo es decir malas palabras, fornicar, fumar o beber. Pero déjame decirte que no. Los proverbios hablan claro que el hombre diligente prosperará en todos sus caminos. ¿Qué hacemos, entonces, orando cuando tenemos que estar trabajando? No digo que no hay que orar, claro que sí, pero para todo hay tiempo. 

Tu testimonio como hijo de Dios va más allá de portarte bien o no. Tu testimonio como hijo de Dios también está en la responsabilidad en tu trabajo, estudios o cualquier labor que desempeñes. No seamos piedra de tropiezo, siendo irresponsables en nuestro proceder diario. 

Lo primero que las personas dicen al ver esas actitudes es: “Y dice que es cristiano y es el último en llegar al trabajo, el primero en querer irse. También va en los últimos en las metas laborales. Y dice que es cristiano. No, para ser así, mejor sigo igual.” 

Habla de las maravillas de Dios con todo tu ser. Dios es lento para la ira, no quiere decir que no nos vaya a disciplinar, dice que nos tiene paciencia en nuestro caminar; porque Él sabe que vamos a errar. Pero, que eso no sea excusa para no ser mejores hijos todos los días.



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