¿Hay para Dios alguna cosa difícil?. Génesis 18:14
Para Dios no hay nada absurdo, todo lo que Él hace es más coherente de lo que las apariencias pudieran reflejar. Y es algo que nosotros jamás podremos comprender, como es que Él convierte las cosas en algo que pareciera locura en algo tan impresionante y maravilloso a nosotros como humanos.
Tal es el caso de Sarai ¿Te acuerdas de su historia en el Antiguo Testamento? Imagínate. Está en sus años dorados, y Dios le promete un hijo. Ella se emociona demasiado. Visita tiendas de ropa de maternidad y compra algunos vestidos. Hace los preparativos y planifica el baby shower (fiesta en la que se celebra la llegada de un bebé) y remodela su tienda, pero el hijo no llega. Se come algunos pasteles de cumpleaños y apaga muchas velas, pero el hijo aun no llega. Acaba una década de calendarios en la pared y el hijo todavía no llega.
Al fin catorce años después, cuando Abram está próximo al siglo de la vida y Sarai tiene noventa, cuando Abram ha dejado de prestar atención a los consejos de Sarai, y Sarai ha dejado de darlos. Cuando los adornos y el cuarto del bebé han perdido su color y todo el mobiliario del bebé ya ha pasado de moda, cuando el tema del hijo prometido sólo evoca suspiros y lágrimas acompañados de miradas lánguidas dirigidas a un cielo silencioso: Dios los visita y les dice que más vale que escojan un nombre para el hijo que ha de venir.
Abram y Sarai solo tienen la misma respuesta y la misma reacción: RISA. Se ríen, en parte porque es demasiado increíble que suceda, casi imposible de creer, un caso absolutamente increíble e inimaginable y en otra parte porque podría llegar a suceder. Se ríen porque han abandonado la esperanza, y la esperanza que renace siempre es graciosa antes de hacerse real. Se ríen de la locura de la situación.
Abram le echa un vistazo a Sarai, anciana y roncando en su mecedora, cabeza echada hacia atrás y boca abierta de par en par, tan fructífera como una ciruela pasa e igual de arrugada. Y estalla de risa. Intenta contenerla, pero no puede. Siempre ha disfrutado de los buenos chistes de la vida.
A Sarai la idea le resulta igualmente graciosa. Cuando escucha la noticia, se le escapa una risa antes de poder contenerla. Sólo murmura algo acerca de que a su esposo le hace falta mucho más de lo que tiene y después vuelve a reírse.
Se ríen porque es lo que uno hace cuando alguien dice que puede hacer lo imposible. Se ríen un poco de Dios y con Dios, porque Dios también se está riendo. Entonces, con la sonrisa aún en Su rostro, se dedica a hacer lo que mejor hace: lo increíble.
Pareciera que algunas situaciones en la vida, hacen que perdamos el gozo y la esperanza, hacen que las cosas se tornen difíciles. Sin embargo la biblia nos recuerda que Dios es especialista en lo imposible <<Porque nada es imposible para Dios>> Lucas 1:37.
A Dios no lo detiene lo imposible.
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