Por tanto, digo: El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!. Lamentaciones 3:24
Que difícil es creer y esperar en Dios cuando tu mami está en coma, cuando tu papá tiene cáncer, cuando un amigo ha fallecido o un familiar, cuándo tu chico o chica te es infiel, cuando tu líder o tu pastor te han fallado, cuando le has pedido algo fervientemente a Dios y no sucede nada.
No sé tú, pero yo me desanimo. Hace poco me sucedió algo así, pero esta vez me detuve a pensar en lo que estaba pidiendo y me di cuenta de que hay que reconocer que en ocasiones le pedimos a Dios cosas muy egoístas. Ahí es bueno recordar que Dios sabe cómo hace las cosas; ¡Por algo es Dios! Y es verdad que nos hace pasar por algunas difíciles pruebas, pero…. ¡Vamos, Él sabe lo que hace! ¿No crees?
No te has preguntado: ¿Por qué nos cuesta tanto esperar en su voluntad? ¿Será porque aún queremos vivir a nuestra manera?
A mi me ha costado asimilar el esperar, porque siempre quise hacer todo lo que elegía, ¡y hacerlo ya! Pero Dios me dijo: <<Un momento; si sigues así vas a terminar mal. Déjame ayudarte>>. ¡Y lo entendí! Puedo decir que realmente sus planes han sido mejores que los míos. A veces eso duele un poco pero siempre han sido para mi bien.
Algún día me gustaría poder decirlo como Job: <<He aquí, aunque él me matare, en él esperaré>> (Job 13:15 RVR60) ….Falta mucho para eso, pero por algo se comienza.
Dios anhela bendecirnos porque para eso nos creó. Lo que tenemos que hacer es confiar, buscarlo y esperar en él tranquilos, sabiendo que su voluntad es siempre lo mejor.
Punto de reflexión:
¿En qué tipo de situaciones te cuesta más esperar en el Señor?
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