Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí, el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. Vamos ahora al Jordán, y tomemos de allí cada uno una viga, y hagamos allí lugar en que habitemos. Y él dijo: Andad. Y dijo uno: Te rogamos que vengas con tus siervos. Y él respondió: Yo iré. Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron la madera. Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada! El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro. Y dijo: Tómalo. Y él extendió la mano, y lo tomó. 2 Reyes 6:1-7
Ahora escribiré de diferente forma. Este texto bíblico me costó entenderlo, es por ello que me aventuré a pedirle a Dios sabiduría para expresarme de la mejor manera.
Me pregunté un sinfín de veces ¿Qué quiere decir este texto? ¿Qué me quieres hablar Dios? Les soy honesto, incluso hasta cerré la Biblia y me puse a preguntarle a Dios muchas cosas sobre este texto, pero no respondía. Con el paso de los minutos solo respondió “Ya verás la respuesta, ten paciencia”. Yo solo me quedé atónito por la respuesta, pero así es nuestro Dios de hermoso que responde de la forma que menos pensamos.
Ahora en la mañana mi Dios me respondió, solo dijo: “Haz cosas que nadie espere, haz cosas impensadas, haz cosas que nadie pueda entender, ama a quien nadie quiere amar”. En el momento que Dios me dijo eso, no me quedo más que decir gracias. En ese preciso momento no entendía por completo esas palabras. Me quedé analizando mucho para donde quería Dios que me aventurara. Volví a preguntar ¿Querido Dios, cómo quieres que haga las cosas? Su respuesta fue tan sencilla: “Haz cosas que nadie espere, haz cosas impensadas, haz cosas que nadie pueda entender, ama a quien nadie quiere amar”. Sí, por curioso que parezca me respondió lo mismo. Solo me reí y dije: “Bueno tu mandas, intentaré hacer lo que me has dicho”.
Pasó el tiempo y me decidí a arrojar el palo, lo que sucedió fue que Dios quiere que empecemos a impactar a nuestra generación, que empecemos a amar como Él quiere, que empecemos a demostrar con nuestras vidas ese amor tan grande, incompresible e ilógico. Las personas están necesitadas de amor.
Todos buscan, los que no conocen a Dios, algo que les llene ese vacío, algo que les haga olvidar sus penas, dolores, angustias y todo lo que no les deja vivir en paz. Es momento de empezar a demostrar la amistad fiel de Dios, con nuestra amistad, imperfecta, pero sincera a las personas. Es tiempo de demostrar que Dios los ama, así como nos ama a nosotros. Es tiempo de demostrar que ellos pueden hacer grandes cosas, que Dios quiere hacer grandes cosas con ellos.
Este es nuestro tiempo como hijos de Dios, ya salgamos de la zona de comodidad y hagamos cosas que nadie espere, haz cosas impensadas, haz cosas que nadie pueda entender, ama a quien nadie quiere amar. Esas son las palabras que Dios me dijo a mí. ¿Qué te ha dicho a ti? Sólo cree y hazlo.
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