Encomienda al Señor tus afanes, y él te sostendrá. Salmos 55:22
¿Quién puede decir que los cristianos no tenemos problemas? Se afirma que Dios utiliza los valles de nuestra vida para llevarnos a la cima. Lo cierto es que mientras estamos en el valle no vemos más que depresión y nos limitamos a preguntarnos por qué Dios hace lo que hace.
Como hijos suyos, sabemos que Él tiene un plan superior, alguna razón más alta, y por eso nos hace pasar por circunstancias difíciles, especialmente cuando se trata de separación temporaria de nuestra familia o amigos. Lo que digo lo digo desde mi propia experiencia.
Nuestros hermanos en la fe se ocupan de recordarnos el muy conocido: “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman…” y en teoría lo sabemos. Solo en teoría.
Cuando atravesamos por el valle, comenzamos a cuestionarnos. ¿Por qué? ¿Para Qué? ¿Cómo pudo ocurrir? ¿Por qué a mí? Grandes interrogantes que sólo parecen tener un gran silencio como respuesta.
Me gusta el versículo del principio porque nos ofrece un consejo y dos promesas.
Consejo: Pon tu carga en Dios. Él tiene mucha más fuerza que cada uno de nosotros. Si compartes el peso, siempre la carga se hace más liviana. Y lo que Dios propone es que se la des toda a Él.
Primera promesa: te va a ayudar a sostenerte, a mantenerte en pie.
Segunda promesa: no dejará para siempre caído al justo. Me llamó la atención la frase “PARA SIEMPRE”. No dice que los cristianos no vamos a tener problemas. Al contrario, admite que los justos caen, pero no para siempre. Así que si te encuentras en una situación difícil, la Biblia te invita a dejarle a Él toda tu carga y promete que no vas a estar así mucho tiempo más.
Dios quiere glorificarse en las pruebas y hacerte más paciente para alcanzar la perfección.
Las pruebas dan cuenta de nuestra impotencia y nos acercan a Dios. Quizás esta sea la forma que Dios usa para perfeccionarnos.
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