“En todo tiempo ama el amigo, y es
como un hermano en tiempo de angustia.” (Proverbios 17:17)
Creo que muchas veces hemos escuchado
este dicho: “los amigos son la familia que uno escoge”
Y en efecto así es uno escoge que
personas serán nuestros amigos, conforme vamos ingresando a nuevas actividades,
conocemos a nuevas personas a las cuales nos acercamos por tener ciertas cosas
en común o porque simplemente congeniamos bien desde el primer momento.
El colegio es el lugar donde nosotros
comenzamos a elegir esa familia que nos acompañara a lo largo de nuestra vida.
Es importante saber qué tipo de
amigos vamos a elegir para que sean parte de nosotros. Muchas veces pensamos
que los amigos son aquellos que nos cubren cuando vamos a hacer algo que no
debemos, aquellos que nos enseñan a experimentar nuevas cosas; que más que
hacernos un bien es un mal para nosotros.
Pero amigo es mucho más que solo
pasársela bien, un amigo es una persona que estará con nosotros a pesar de
nuestros errores, a pesar de los malos momentos que pasemos, un amigo es
alguien que siempre nos dará un consejo, una regañada cuando nos hayamos
equivocado.
Muchas de estas cosas no nos van a
gustar al principio, como cuando nos digan que nos hemos equivocado; pero es en
estos momentos de error o dificultad cuando aparece esa “familia” que nosotros
elegimos.
Debemos analizar qué tipo de
“familia” nos rodea, si es de aquellas que están para nosotros en todo momento
apoyándonos y exhortándonos; o es de aquella que solamente aparecen cuando hay
“fiesta”.
A lo largo de nuestra vida creo que
hemos recibido ciertas decepciones por parte de nuestros amigos, esto resulta
muchas veces porque no hemos sabido elegirlos bien y hemos buscado a personas
que en lugar de beneficiar nuestra vida solamente ocasionan un mal en ella.
Pero no todas las decepciones son
porque nuestros amigos no son los correctos, ha habido ocasiones que han sido
porque simplemente somos humanos y nos equivocamos; pero cuando ese amigo forma
parte de esa “familia” incondicional esa decepción, ese problema desaparece y
se comienza de nuevo.
Hay algo importante que debemos de
recordar en todo esto de la búsqueda de nuestra “familia”. Al hacer la lista de
cómo queremos que sean nuestros o amigos o de cómo soñamos que sean, aparecen
ciertas características muy comunes como: fidelidad, compañerismo, comprensión,
apoyo, solidaridad, amor, entre muchas otras.
Pero debemos de recordar que si
nosotros queremos que nuestros amigos tengan todas estas características, hay
algo que tenemos que hacer de nuestra parte.
En Proverbios 17 podemos leer que un
amigo ama en todo tiempo; en los buenos y en los malos y que en esos momentos
de adversidad siempre están ahí apoyando y dando ánimos.
Esto es lo que Dios nos manda a que
hagamos. Es muy importante que nosotros como hijos demos ese ejemplo de
amistad.
Si nosotros queremos tener buenos
amigos, que sean fieles, que estén con nosotros en los buenos momentos pero
sobre todos en aquellos que pasamos dolor; es importante que primero nosotros
demostremos ser esos amigos.
Debemos empezar nosotros por ser esa
“familia” que los demás buscan. Tenemos que amar en todo tiempo a nuestros
amigos, mostrar que nuestro cariño es sincero y no interesado. Cuando haya un
momento de dificultad o necesidad estar ahí para ellos que sepan que cuentan
con nuestro apoyo.
Si empezamos nosotros por ser esos
buenos amigos, es más que seguro que también esas personas, esa familia que nosotros escogemos
estará para nosotros de la misma manera como lo estuvimos nosotros cuando nos
necesitaron.
“El hombre que tiene amigos ha de
mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano” (Proverbios 18:24)
Los amigos son regalos de Dios, son
personas que muchas veces Dios usa para guiar nuestra vida (si hemos elegido a
los correctos).
La palabra de Dios nos aconseja que
si tenemos la dicha de poseer amigos, debemos comportarnos como verdaderos
amigos, no pretender que cuando los necesitemos estén ahí pero cuando ellos
necesitan de nosotros entonces les demos la espalda.
Así como queremos que sean nuestros
amigos, así debemos comportarnos nosotros también.
Si tenemos esa clase de familia que está
con nosotros siempre apoyándonos y procurando siempre lo mejor para nosotros,
es momento de dar gracias a Dios, por poner en nuestro camino a esas personas
que nos llenan de alegría cuando todo tiene un color gris.
Valoremos y cuidemos a nuestros
amigos, es bonito contar con una amistad, saber que hay alguien con quien poder
contar y compartir buenos momentos. Pero no olvidemos que nosotros también
debemos otorgar esa amistad sincera y fiel.
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