¿Cuántas
veces hemos fallado? tal vez si
contáramos las veces que hemos fracasado en una acción, arrasarían a las que
hemos acertado.
La vida está
llena de decisiones, circunstancias en
las que no podremos pasar fácilmente. Hay momentos en los que las fuerzas se
necesitan, en los que las intenciones, tiempo, impulso son necesarios. Podremos
nombrar a las ideas que nos hacen trazar una línea de eventos para lograr lo
que queremos, pero es ahí el detalle, en que no siempre sale como planeamos.
Podremos
localizar sueños, situaciones, exámenes, intentos de pareja, eventos; en los
cuales hemos fracasado. Y es que nos cansamos tanto, lo intentamos de muchas
maneras, pero simplemente no sale.
En una
ocasión un pescador había intentado
atrapar peces durante la tarde, la noche, la madrugada y el día siguiente; la
situación ameritaba rendirse, las saladas aguas empapaban su ropa, sus callosas
manos eran rojas por el forcejeo de las redes. Sus amigos decían: “Ya déjalo,
no atraparemos hoy, ni mañana, volvemos después”, el inagotable pescador
barbudo dijo: “Una vez más, quizá en esta ocasión se pueda, pondré todas mis
fuerzas, mis enseñanzas desde cuando soy joven”. “Está loco” pensaban. El día
floreció y éste grupo de hombres amaneció en la barca, poco a poco descendieron por la orilla, el
hombre barbudo venía cabizbajo, sin fuerzas con la red en las manos. Había
fracasado, Lo había intentado, pero no lo logró. Una voz interrumpió sus
funestos pensamientos y le dijo: “Navega
mar adentro, y hecha la red”, la biblia narra esto: "Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos
estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y
habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se
rompía."(Lucas 5: 5,6)
Quizá tu
vida haya sido muy dura,
cada quien, cada uno, tiene una historia triste que contar, muchas veces
hemos trabajado por metas, hemos madrugado,
hecho lo imposible, lo que no sabíamos
que podíamos hacer. Hemos estado echando la red
constantemente, y sin pescar, no
nos han importado los comentarios, el entorno, el tiempo. Tienes que resistir,
un poco más. Si ya vienes de regreso del mar, sin fuerzas, cabizbajo, agotado;
es porque lo has hecho con tus fueras, con tus anhelos, con tus sueños, con tu
tiempo, con tus callosas y desgastadas manos de experiencia. Pero el Maestro
dice: VE mar adentro y vuelve a echar la red. Para pedro quizá eso fue absurdo
en momentos, pero mejor pensó y l e dijo a ese hombre, aún sin conocerlo: “más en tu palabra echaré la red” .Esa
es la Fe, la fuerza que te hace falta, es la decisión, es la esperanza que
buscabas. Echa la red otra vez y sobreabunda.
Quizá ya
hayas pescado un tiempo, quizá en tu camino
hayas pisado y caminado sobre las aguas, pero miraste los vientos, miraste tus fuerzas, miraste lo
que “habías logrado”. Pero has caído, y ¿quién te levantará? Volvemos a lo
mismo. No todo está acabado, no todo está perdido, Jesús dice: ECHA LA RED una
vez más. Hazlo en su nombre, creyendo, pero creyendo e verdad.
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