sábado, 15 de junio de 2013

Enemigos de Dios










“¡Oh almas adulteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.” (Santiago 4:4)

Hoy en día muchas iglesias e hijos de Dios han perdido lo que es ser un verdadero cristiano.

Las iglesias de estos tiempos hacen cualquier cosa para tener más miembros congregados dentro de sus iglesias. Realizan eventos para llamar la atención de las personas que viven sin Cristo y de esta manera logren llegar a las iglesias para conocer de Dios.

No es malo que toda iglesia realice eventos para que las personas tengan la oportunidad de conocer a Cristo. Pero el problema de ahora es que en esos “eventos” que muchos realizan se pierde la visión de lo que una iglesia que predica a Dios debería hacer.

Las iglesia empiezan a ser más permisivas en cuanto a la doctrina, adoptándola más al mundo y todo esto con la intensión que las personas que ya están congregadas no se vayan y para que otras personas también empiecen a llegar a sus iglesias.

Estas pequeñas cosas que se van permitiendo dentro de las iglesias van haciendo que estas pierdan su verdadero sentido. El de un lugar donde adorar a Dios y poder estar en comunión con él y conocer más de él.

Muchos ministros ya no les gustan hablar del pecado y de  las consecuencias que este trae, ya casi no hablan del infierno y que cosas son las que nos hace llegar hasta ese lugar. 

Ahora importa más hablar de un Dios que nos puede dar todo, un Dios que si nosotros ofrendamos y diezmamos nos dará todos los lujos que nosotros queremos.

Es verdad que Dios nos puede dar todo lo que nosotros soñamos o anhelamos pero es importante que no olvidemos que Dios no es solo para suplir nuestras necesidades. Dios es nuestro Señor, es nuestro amo y nuestra vida es de él. 

También hay cosas que nosotros como hijos de Dios debemos entregarle a él, no es solo que Él nos va a dar lo que nosotros pidamos y ahí está.

Solamente se habla de prosperidad en las iglesias para no “asustar” a las personas mostrándole a un Dios que también demanda de nosotros esfuerzo por ser mejores para él.
Si las iglesias muestran a un Dios “suplidor de necesidades” entonces las iglesias estarán llenas de persona buscando a ese Dios que les dará cada cosa que necesitan.

Al seguir esta línea lo único que estamos haciendo es que La Casa de Dios se convierta en amiga del mundo. Ya que queremos adaptar lo espiritual a lo mundano solo para tener llenas las sillas de las iglesias.

Pero esta enemistad con Dios, no solamente se da en las iglesias sino que también en nuestra vida y muchas veces no nos damos cuenta de lo que estamos cometiendo.

Comenzamos a vivir nuestra vida a nuestro parecer, cuando sabemos que estamos haciendo algo que no es correcto para Dios, preferimos ignorarlo y hacer como que somos “ignorantes” ante la falta que estamos cometiendo.

Siempre andamos buscando una excusa para seguir cometiendo nuestros pecados, tantas son las excusas que nos inventamos que las llegamos a creer y llega un punto en nuestra vida que ya no vemos que en realidad le estamos fallando a Dios.

Al tomar esta actitud también estamos siendo enemigos de Dios, aun cuando decimos que somos sus hijos y nos congregamos.

Los afanes, las modas, los amigos hacen que comencemos una enemistad con Dios y no logramos visualizar que todas estas cosas están arruinando nuestra comunión con Dios.

No es malo hablarles a las personas que no son conversas, ya que Dios nos manda a predicar su palabra a todo aquel que no le conoce. Pero el problema comienza cuando estas personas; no conocedoras de Dios forman parte de nuestro círculo de amigos íntimos.

Nos hacemos sus amigos para que no nos molestesn y nos digan que por ser cristianos somos aburridos, para evitar todas estas burlas convivimos con ellos y participamos de todas las actividades que estos realizan.

No nos percatamos que al hacer esto nos estamos perjudicando a nosotros mismos, sabemos que participar de estas cosas no es correcto pero no hacemos caso y seguimos cometiendo el mismo error.

Preferimos adaptarnos al mundo que adaptarnos a lo que Dios quiere. Sin darnos cuenta estamos queriendo ser amigos del mundo cuando Dios ya nos ha dicho que no pertenecemos a él.

“si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo  os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:19)
 
No queramos incluir el mundo en nuestra vida junto con Dios, si nos hacemos amigos del mundo nos hacemos enemigos de Dios.

¿Tú qué prefieres amigo o enemigo de Dios? tú decides.

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