martes, 25 de junio de 2013

¡Apártate y déjaselo a Dios!









Absteneos de toda especie de mal. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. (1 Tesalonicenses 5:22-24)

Dios en este pasaje da la instrucción para encontrar paz y gozo; apartarte de la conducta equivocada y permitir que Él mismo nos santifique, nos preserve, nos complete, nos guarde y nos consagre.

Estos pasajes son el llamado que Dios nos hace a una determinada clase de vida apartada para Él. También son nuestra garantía de que no somos nosotros quienes producimos esta vida, sino Él mismo, en quien confiamos y podemos acudir absolutamente para que haga la obra en nosotros y por nosotros.

¿Cuál es nuestra parte entonces? ¿Cuál es la obra que nosotros debemos hacer? ¿Qué requiere Dios de nosotros? 

Nuestra parte es Creerle y no tirar la toalla. Nuestra obra es confiar en el Señor, y en medio de esto buscarle. Su requerimiento es que nos apartemos y lo dejemos a Él obrar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario