Pastora Yadira Moguel
México/ México
Como sabemos estamos en un mundo en que constantemente hay
conflictos de todo tipo. Primeramente nosotros tuvimos una guerra con millares
de “espermatozoides” y parte de ti logro llegar donde estaba el ovulo para
penetrarlo y poder llevarse a cabo el proceso de fecundación.
Escuchamos en los noticieros que hay existe una lucha para
derrotar la violencia, el secuestro, el tráfico de drogas, la pobreza, etc.
Y bien sabemos que
hay una guerra entre el bien y el mal. Al hablar de guerra, nos referimos a un
evento que no será agradable para nosotros pues hay alguien que pretende
destruirnos.
“Bendito sea Jehová,
mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla y mis dedos para la guerra.”
(Salmos 144:1)
Nuestra ayuda viene
de Dios es Él quien nos ayuda a poder vencer toda fuerza del enemigo,
recordemos que no es con fuerza sino con su santo Espíritu. (Zacarías 4:6)
Si en el mundo
espiritual hay batallas y guerras, por lo tanto existen ejércitos. Éxodo 15:3.
Nuestro Dios es un varón de guerra, que constantemente está luchando contra el
mal y hoy nos ha escogido para pelear.
Desarrolla un
estilo de vida de conquistador
Debes ser un
guerrero, cada día debes involucrarte en la batalla en contra del mal y ganarla
a favor de Cristo, destruir las obras del diablo y no permitir que existan
distracciones en tu vida, como los afanes económicos, vanidades o problemas. Un
guerrero actúa, no se queda sentado sólo observando como las cosas pasan.
Un soldado vive
conforme al CODIGO: Al formar parte de un ejército tú necesitas cumplir algunas
características físicas, como cortarte el cabello sin importar que ridículo
sea, además debes portar el uniforme, estar armado e identificarte como tal.
Ahora Dios anda buscando personas que le obedezcan sin importar el por qué y
sin esperar explicaciones que sigan su código, ese código ha sido establecido
en su palabra, debes conocerla profundamente y hacerla tuya.
Un verdadero
soldado rinde su vida. De una u otra manera se aleja de su familia por
cuestiones de trabajo y da su vida sin
importar la muerte por la salvación de la nación. Debemos tener la actitud de
Pablo y decir realmente en nuestra vida ya no vivo yo más Cristo vive en mí. Conquistarás
no por tus fuerzas sino por Dios, y de él será toda gloria cada vez que ganes
una batalla.
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