Promesas eternas

Bienaventurado el que tu escogieres y atrajeres a ti, para que habite en tus atrios; seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo. Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, oh Dios de nuestra salvación, esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines del mar. (Salmos 65: 4-5)

Muchas veces como cristianos, no hemos valorado ese sacrificio que Cristo hizo por nosotros, y se nos ha olvidado que es un privilegio ser llamados hijos de Dios; y a través de estos dos versículos está más que claro el porqué debemos sentirnos tan agradecidos con Dios por habernos llamado y hacernos sus hijos.

Por medio de estos versículos, Dios nos habla diciéndonos que somos doblemente bendecidos por haber sido escogidos por él, también podemos darnos cuenta que en estos dos versículos hay muchas promesas que el Señor ha dado para cada uno de sus hijos, y depende de nosotros el hacerlas efectivas.

Dice su palabra que seremos saciados de todo el bien de su casa; esto quiere decir que Dios siempre va a tener bendiciones para nosotros.

¿Pero como podemos obtener esa bendiciones? Sabemos que a Dios le agrada que seamos hijos obedientes por lo tanto, día con día debemos de luchar por ser mejores para Él, tratar de vivir nuestros días dedicados a Él, procurando hacer las cosas como a Dios le agradan.También nos ha prometido que moraremos en sus atrios, en su santo templo, esto es la promesa que Dios nos ha dado una vida eterna junto con Él.

Pero además de esa vida eterna, también podemos conocer que Dios siempre será nuestro refugio. Cuando nos sintamos solo, sin consuelo, que necesitamos de un lugar de paz y tranquilidad, Él será ese lugar perfecto, ese refugio al cual podemos acudir y en el cual tendremos siempre lo que anhela nuestro corazón, ahí tendremos lo que necesitamos para esos momentos de soledad y vacio por los que muchas veces atravesamos.

También hay otra promesa que Dios tiene para sus hijos, y está es que para cualquier petición que nosotros tengamos, cualquier duda que se presente en nuestra vida, Él siempre va a tener una respuesta para cada uno. Solamente debemos saber esperar en esa respuesta. Dice su palabra que nos responderá conforme a su justicia. Y ¿Qué quiere decir esto?

Que muchas veces la respuesta que vamos a recibir no va a ser la que nosotros esperábamos o anhelábamos sino que será una respuesta que vaya conforme a su voluntad.

Es por eso que no debemos desesperarnos, sino recibimos la respuesta en el tiempo que esperábamos,  pero de una cosa debemos estar seguros y tener la firme convicción que Dios siempre dará respuesta a cada petición que nosotros le hagamos ya que es una promesa que Él ha dejado escrita en su palabra.

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