¡Joven
tu eres un árbol fructífero!
Entonces
les contó esta parábola: «Un hombre tenía una higuera plantada en su viñedo,
pero cuando fue a buscar fruto en ella, no encontró nada. Así que le dijo al viñador: “Mira, ya
hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no he encontrado
nada. ¡Córtala! ¿Para qué ha de ocupar terreno?” “Señor —le contestó el viñador—, déjela
todavía por un año más, para que yo pueda cavar a su alrededor y echarle abono.
Así tal vez en adelante dé fruto; si no, córtela.” (San Lucas 13:6-9)
·
Fuimos
creados con una misión.
La voluntad de Dios nunca fue que nos
quedáramos sin hacer nada.
Muchos cristianos creen que la vida que debemos llevar es sin hacer nada y eso es incorrecto, de hecho la biblia dice que la fe se demuestra con obras, ósea haciendo algo.
Muchos cristianos creen que la vida que debemos llevar es sin hacer nada y eso es incorrecto, de hecho la biblia dice que la fe se demuestra con obras, ósea haciendo algo.
Lo que hagamos y el fruto que demos es muy importante para Dios y su reino, es tremendo saber que somos parte del plan hermoso y emocionante de Dios, si nuestras obras no fueran tan valiosas e importantes, entonces ¿Por qué la biblia dice: que nuestras obras van hacer probadas? o ¿Por qué diría la biblia que Dios viene con galardones para darnos según nuestras obras?
Ahora
bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,
los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que
Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la
imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó;
a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los
glorificó. (Romanos 8:28-30)
En este paisaje se puede
ver que Dios nos llamo conforme a su propósito. Es decir que Dios nos llamo a
ser útiles en su plan.
El sabía quienes seriamos y además que ya nos había marcado un destino, pero no solo eso si no que también nos lleno de las virtudes de Cristo para poder hacer lo que el hizo: discípulos y milagros.
Ahora, es muy importante y
fundamental entender que para que una planta de fruto debe estar bien plantado
y con raíces fuertes (San Mateo 13)
Debemos plantarnos en buena
tierra.
¿Estas plantado en buena tierra?
El gran problema de hoy es que nos hemos acostumbrado a los cambios y eso no es bueno, la inconstancia es un problema pero la constancia atrae bendición. ¿Por qué? Porque es de la iglesia que recibimos “La sabiduría Espiritual” que fortalece nuestras raíces y por tanto crecemos como arboles fuertes. De otra manera no se fortalecen nuestras raíces y por cualquier cosa nos secamos.
·
Poco fruto, poca
recompensa.
No
me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné
para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo
que le pidan en mi nombre. (San Juan 15:16)
Una vez mas vemos la importancia de plantarnos en EL y los beneficios que nos promete un poco atrás dice que no solo es de fruto si no de mucho fruto y que el fruto glorifica al Padre y muestra su compromiso como discípulo.
¿Qué
debemos das? ¿A que fruto se refiere?
Al fruto que Jesús nos dio,
y los frutos que se tienen que ver en el espíritu que esta en ti.
En cambio, el fruto del
Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad
y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. (Gálatas 5:22-23).
Un fruto se ve. Los frutos son obvios y solo un buen árbol los puede dar.
Es por eso que debes plantarte en tu iglesia, célula, tu casa etc. Pero si no lo haces en la casa espiritual no recibes los nutrientes para dar frutos en todas estas áreas.
No solo estas en la obligación de plantarte,
también debes cuidar que no contaminen la tierra donde estas plantado. Que no
le crezca monte. ¡Cuida tu tierra!
Nuestra recompensa esta en los frutos y
nuestra victoria también.
Como palmeras florecen los
justos;
como cedros del Líbano crecen.
Plantados en la casa del Señor,
florecen en los atrios de nuestro Dios.
Aun en su vejez, darán fruto;
siempre estarán vigorosos y lozanos. (Salmos 92:12-14)
como cedros del Líbano crecen.
Plantados en la casa del Señor,
florecen en los atrios de nuestro Dios.
Aun en su vejez, darán fruto;
siempre estarán vigorosos y lozanos. (Salmos 92:12-14)
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