Hace días venía
caminando de la escuela hacia mi casa. Había tenido un largo día de trabajos y
tareas, realmente venía muy fastidiada y cansada del día; ¡Lo único que quería
era descansar! Pero algo que vi en mi camino me cambió totalmente el ánimo y
provocó una sonrisa en mi rostro y sentí cómo la paz de Dios había llegado
automáticamente a mí. A sólo unos cuantos pasos de llegar a mi casa, noté que
había una banca muy deseable para la situación de cansancio en la que me
encontraba y decidí tomar un breve descanso, pero, justo antes de sentarme, leí
una inscripción grabada en la banca: Mateo 11:28. “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré
descansar". Cuando paré de reírme pude comprender que Dios me estaba
hablando tan claramente, "¿Te das cuenta que no puedes hacerlo
todo?".
Todos los días Dios
ofrece una oportunidad de salvación a todos los que lo aceptan. Si Jesucristo
fuera un vendedor de seguros, te diría que no sólo se trata de librar tu alma
del infierno, sino que también tiene cobertura contra enfermedades, accidentes,
delincuentes, problemas de finanzas, desastres naturales, daños a terceros,
discusiones familiares, mala autoestima, depresión y, como en mi caso, estrés y
cansancio.
¿Quién no se ha
sentido frustrado de que las cosas no salgan como se espera, que no le alcanza
el tiempo, que no tiene fuerzas suficientes, que no logra avanzar, y que ya ni
tienes ni ganas, ni tiempo para orar? Qué
sencillo y cómodo sería que todo fuera fácil ¿No?
La verdad es que
Dios pensó en todo, nos dejo un práctico manual, lleno de consejos y de ayudas
para todo tipo de situaciones, que muy pocas veces nos detenemos a leer y por
lo tanto vivimos complicándonos la existencia. Si tan sólo leyéramos una vez al
año la Biblia, nos tomaría menos de media hora al día y nos ahorraríamos
cientos de dolores de cabeza, miles de minutos de estrés, decenas de
discusiones familiares. Serías más productivo en todo, nada para ti sería una
carga, en fin todo eso y más si sólo se lo dejaras a Dios.
Dios dice:
“Pero los que
confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas. Podrán volar como las águilas, podrán
caminar sin cansarse y correr sin fatigarse”
(Isaías 40:31)
“Tú has llenado mi
vida de poder; de ti he recibido un trato especial.” (Salmos 92:10)
“La angustia causa
tristeza; pero una palabra amable trae alegría.” (Proverbios 12:25)
“No vivan pensando
en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. La vida no
consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan. Miren
los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan
semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da
todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos!” (Mateo 6:25-26)
“No se preocupen por
nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean
agradecidos. Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no
alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que
ya son de Cristo.” (Filipenses 4:6-7)
“Obedezcan mis mandamientos
y aprendan de mí, pues yo soy paciente y humilde de verdad. Conmigo podrán
descansar. Lo que yo les impongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga
que les hago llevar.” (Mateo 11:29-30)
Así que si te
encuentras cansado por cualquiera de estas situaciones, ya sabes lo que puedes
hacer para solucionarlo. Recuerda que Dios está esperando que le permitas
hacerse cargo.
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