Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano. Conocimiento tan maravilloso rebasa mi compresión; tan sublime es que no puedo entenderlo. ¿A dónde podría alejarme de tu Espíritu? ¿A dónde podría huir de tu presencia? Si subiera al cielo, allí estás tú; si tendiera mi lecho en el fondo del abismo. También estás allí. Salmos 139:5-8
Probablemente conozcas la canción que canta el recocido Marcos Witt- Tu mirada. En la primer estrofa comienza diciéndole al Señor: <<Mis ojos revelan que yo nada puedo esconder>>, y es muy posible que la hayas cantado alguna vez. ¿Pero te has puesto a pensar en esa frase? Los ojos de Dios están puestos sobre cada uno de nosotros. Él nos mira en todo momento a cada instante.
Él sabe lo que hacemos y lo que deseamos hacer. ¿Es bueno eso? Seamos sinceros: para muchos no resulta una gran noticia saber que Dios los está mirando continuamente. ¿Alguien santo que sabe todo lo que hacemos y deseamos…? No parece tan bueno.
Por eso, para cantar esta canción de corazón, tenemos que estar bien seguros de quién es el Dios de la Biblia. Si Él fuera un viejo policía cósmico esperando atraparnos en pecado, no sería una buena noticia. Pero si Él es un padre amoroso que hasta sueña con bendecirnos… Eso es otra historia. Él nos ve con ojos de amor y compasión.
Muchas veces buscamos alejarnos de Dios por distintas situaciones. Pero Dios todo lo ve y todo lo sabe. Él quiere lo mejor para nosotros, es un padre bueno y cuida de cada uno de sus hijos.
En nuestra vida hay diversas situaciones que nos avergüenzan, nos molestan, nos dan miedo, nos dan tristeza. Y en esos momentos preferimos ocultarlas a Dios y no hablarlas con Él. Pero nos olvidamos que Dios todo lo sabe y todo lo ve, y aunque Él es muy respetuoso, prefiere que le contemos lo que nos sucede para que Él intervenga y nos ayude. La protección de Dios nos envuelve por completo. No podemos apartarnos de Él, y esa es buena noticia.
¿A dónde huiras de la presencia del Señor?
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