Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos. 2 Pedro 1:8
Cierta vez leí que Abraham Lincoln dijo: <<No tengo mucho respeto por un hombre que hoy no sea más sabio de lo que era ayer>>, y me llamó mucho la atención, ¿Crecer de un día para el otro?, me pregunté, ¿Es posible? Con el paso de los años me he dado cuenta de que sí lo es.
Es posible y hasta creo que se trata de una decisión que debemos tomar. A menos que elijamos concientemente crecer, la rutina y el ritmo de la vida de hoy van a hacer que naturalmente nos estanquemos. En la niñez y en la adolescencia nuestro cuerpo crece constantemente. También aprendemos cosas en el colegio y luego en la universidad.
Pero entonces llega un momento en el que crecer deja de ser algo natural que ocurre todos los días.
Por eso las personas más exitosas en todos los ámbitos de la vida han aprendido que crecer debe ser una decisión consciente. Porque a menos que lo sea, dejará de ocurrir “naturalmente”.
Hace un tiempo escuchaba a un amigo quejarse de que la educación termina siendo muy cara, y yo pensé para mis adentros que mucho más cara sale la ignorancia.
El éxito en cualquier área de la vida requiere que aceptemos nuestra responsabilidad. La nota común que se escucha en las partituras de la vida de la gente triunfadora es la de la decisión responsable. Estas personas no esperan a que les llegue la “Inspiración” para ponerse en marcha.
Hoy dan pasos firmes para ser mejores que ayer. Alcanzar un nivel más alto, aprender algo nuevo o aprender lo viejo mejor, depende de cuánto lo busquemos con decisión.
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