"Yo reconozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que te sea oculto”. Job 42:2
Humillémonos delante del único Dios vivo y real. Dios nos manda a ser mejores cada día. Como lo hemos dicho antes lo repetimos, nos vamos a equivocar sí, pero lo que nos distingue es que todos los días nos levantamos a luchar por ser mejores que el día anterior.
Tu corazón debe estar puesto ante el amor de Dios. La misericordia y la justicia de Dios son perfectas. No debes dudar de Dios, nunca lo hagas.
Tu Dios, mi Dios, nuestro Dios es capaz de hacer cosas increíbles. Pero, Dios no es milagrero, Dios da por gracia y misericordia. Quiero que nos tomemos un minuto y pensemos: ¿Dios solo te dará porque tu pastor menciona la petición que tienes en tu corazón? ¿Dios hará tu milagro porque tu culto se llama “Culto de milagros” o algo similar? ¡No! Ojo, con esto no digo que no te congregues, es más ve a tu iglesia todos los días de la semana si es posible. A lo que me refiero es que Dios no te va responder por el mover de los hombres, Dios te va responder por tu fe, por su gracia y misericordia.
La oración es fundamental para todo hijo de Dios. Un hijo de Dios que no habla con su padre no puede vivir razonablemente. Digo razonablemente porque el principio de la sabiduría es el temor de Jehová. No es lo mismo ser inteligente que sabio. Puedes obtener las mejores calificaciones en tu centro de estudios, pero al momento de tomar las decisiones en tu vida, no serán las mejores.
Es por ello que también quiero que pensemos si lo que estamos pasando en nuestra vida es una prueba o una consecuencia. Hay una gran diferencia en ambas. Si bien es cierto ambas nos van a ser difíciles, unas más que otras. Pero, no son lo mismo. Las consecuencias negativas, vienen de las malas decisiones. ¿Será que hemos decidido mal? ¿Sientes paz en tu corazón al haber tomado esa decisión? ¿Sientes el respaldo de Dios en lo que haces?
Debemos ponernos a pensar más en lo que Dios quiere para nosotros. Ya no podemos ser tan egoístas. No solo hablemos en la oración, también escuchemos a Dios.
Dios conoce todos nuestros pensamientos, Dios conoce todos nuestros sentimientos, Dios conoce todas nuestras decisiones. Pero, Dios quiere que se las digas. Dios quiere que se las cuentes. Dios quiere ayudarte, apoyarte, guiarte, amarte. Dejémonos amar por Dios. No le pongamos más limitantes.
Nuestro pecado hace que nos sintamos mal. Pero, Dios en su infinito amor no nos dejará de amar. Dios es un Dios perfecto. Dios en el amor. En Dios todo lo podemos. Dios no nos dejará. Dios estará todos los días de nuestra vida. Dios ha llenado el vacío de nuestra vida. Dios es lo mejor que nos pudo pasar en la vida. Luchemos por ser mejores hijos. Humillémonos delante de Él. Solo así podremos salir adelante y tener una verdadera felicidad.
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