En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. 1 Juan 4:18
El temor es una de las emociones más feas contra nosotros mismos. El temor nos paraliza y nos impide crecer. ¿Cuál es mi temor? Puedes tener temor a fracasar, temor a ser rechazado, temor a que no te valoren, temor a que te discriminen, temor a no salir victorioso de alguna situación, temor a no cumplir tus sueños; entonces nos paralizamos. Preferimos quedarnos quietos a permitirnos sufrir más.
Pero debemos de tener cuidado, quedarnos quietos no es la mejor opción. Te pondré un ejemplo bíblico: Job. Job era un hombre justo, evitaba el mal, trabajador, padre de familia. Cierta vez, Job tuvo que superar una serie de pruebas. Una peor que la otra, y Job resistía y honraba a Dios. Pero Job a pesar de todo, afirmó: “Lo que más temía, me sobrevino; lo que más me asustaba, me sucedió.” Job 3:25. Se dejó ganar por el temor, y eso que él creía que la pasaría le sucedió. ¿Cuántas veces nos ha pasado lo mismo?
Tememos al fracaso, y fracasamos. Tememos al rechazo, y nos rechazan. Tememos cumplir nuestros sueños, y nos echamos atrás. A partir de hoy debes de echar el temor de tu vida, créeme que si mantienes una idea negativa en tu mente, construirás todo lo que temes y se hará realidad. ¿Cómo echar los temores y miedos que tengo? Con el amor de Dios. La canción “No me soltarás” del grupo Rojo, dice “Tu amor me quita todo temor”. Sólo Dios puede llenarnos de valor para superar lo que tememos.
Es tan simple como confiar en cada una de las Palabras de nuestro Padre. En 1 Juan 4:18 nos dice “El amor Perfecto echa fuera todo temor”. Te aseguro que para cada temor que tú tienes, hay una promesa de Dios que tiene el poder de echarlo fuera de tu vida. No dejes ya que el temor te lastime, muchas veces recuerdas tu pasado y temes a que vuelva a suceder lo mismo, que vuelvas a ser el/la mismo/a que eras, temes fallarle a Dios ¡Ánimos! “El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.” Proverbios 15:13. Tu corazón DEBE estar alegre, no dejes que eso contriste al espíritu. Porque, ¿Sabes? Dios también tiene sentimientos. Cuando tú estás triste, Su espíritu en ti se entristece. ¡Él más que nadie desea que seas feliz!
Recuerdo la película “Monsters, Inc.”, se trataba de unos “monstruos” que trabajaban de asustar a los niños. Los niños gritaban, lloraban, temían de estos monstruos. Hasta que una niña enfrentó al monstruo que la asustaba a ella, ¡y este monstruo terminó siendo el asustado! Así mismo nos pasa a nosotros, muchos “monstruos” (problemas, temores y miedos) nos haces gritar, patalear, nos asustan, nos paralizan y nos impiden crecer. Seamos como esa niña, y enfrentemos nuestros temores. Contémosle a Dios qué es lo que nos está impidiendo hacer lo que Él nos pide que hagamos. ¡El temor saldrá asustado de nosotros!
En el Salmos 112:7-8 afirma, que a quienes confían en Dios, “Nunca le asalta el temor de recibir malas noticias, pues confía en Dios de todo corazón. No tiene por qué preocuparse, ni por qué sentir miedo; hasta mira con aire de triunfo a todos sus enemigos.” Empieza a mirar con aire de triunfo a todos tus temores, minimízalos, eres superior a ellos. Haz que tus temores te teman a ti. El amor de Dios es superior a todos tus miedos, y Su poder es más que suficiente para ahuyentarlos.