…Ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. Gálatas 2:20
¡Qué pregunta la del título! Algunos responderán “En todas partes” otros “En el cielo”. Los mas espirituales dirán: “En mi corazón”. Pero, ¿Sabemos exactamente dónde está? Porque muchas veces lo dejamos a un lado de nuestras vidas y de nuestras decisiones y sólo lo sacamos y defendemos los domingos en la reunión.
Otras veces estamos tan apurados con nuestros planes que ni siquiera recordamos la palabra “oración”, y no le pedimos consejo al más sabio. Andamos a tanta velocidad que dejamos a Dios atrás.
También está el típico pensamiento adolescente: “Ahora me quiero divertir; igual Dios va a estar todo el tiempo”, y lo postergamos para más adelante.
Pero debemos tener en cuenta que si dejamos a Dios de lado, las cosas no van a salir bien. Si lo dejamos atrás, podemos creer que sabemos más que Él, y tarde o temprano (Seguro que muy temprano) nos vamos a estrellar contra la pared.
En cuanto a dejarlo para más adelante, es cierto que Él estará para siempre, pero para nosotros el tiempo nunca volverá atrás, y después nos vamos a arrepentir tanto de lo que hicimos como de lo que no hicimos
(Eclesiastés 12:1).
Pero por eso, aprovechemos nuestra juventud y llenémonos de ganas de comprometernos verdaderamente con Jesús. Sirvámosle solo a Él, y hagámoslo el centro de nuestras vidas. No lo pongamos a un lado, atrás, adelante o abajo. Sencillamente tengámoslo Dentro de nuestros corazones. Dejemos que su amor y bendición brote en nosotros.
Pregúntate:
¿Tengo a Dios dentro de mí, o le he asignado otro lugar?
¿Cómo entender diariamente que Dios está conmigo?
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