Estamos en el autobús equivocado…
Cuando mis padres me dieron el boleto y me dijeron cuál autobús abordar, yo les creí e hice lo que me dijeron. Confié en ellos. Yo sabía que me amaban y que sabían más que yo…así que me subí.
Ser cristiano es subir a bordo con Cristo. Jesús está a la puerta del autobús y dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino por mi” (Juan 14:6). Desafortunadamente, no todos aceptan esa invitación. Creo que muchos no lo hicieron la primera vez que nos invitó. Pasamos algún tiempo en el autobús equivocado.
Hay muchos autobuses, cada uno de los cuales promete llevarte a la felicidad. Están los autobuses del placer, de las posesiones, del poder, de la pasión. Muchos vimos el autobús que se llamaba "fiesta" y nos subimos, lleno de gente riéndose y en jarana. Era como un festejo interminable. Tomó tiempo darnos cuenta que tanto escándalo era para cubrir el dolor interno.
La palabra para subirse al autobús equivocado es "pecado". Pecado es cuando decimos: iré por mi camino y no por el camino de Dios. En el centro del pecado está el YO. Pecado es cuando decimos: haré lo yo quiera, no importa lo que Dios diga. Sólo Dios puede satisfacer nuestras necesidades. Pecado es el acto de buscar en los sitios equivocados lo que sólo Dios nos puede dar ¿Soy yo el único que ha pasado tiempo en el autobús equivocado? No. Algunos autobuses son más violentos que otros. Algunas jornadas son más largas que otras pero:
“Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él, el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6)
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” ( 1 Juan 1:8).
Subirnos al autobús equivocado es un error muy serio. El pecado rompe nuestra relación con Dios. Se suponía que viajaríamos con ÉL. Pero cuando vamos en el autobús equivocado en dirección contraria, nos sentimos lejos de Dios. Por eso es que la vida puede ser tan dura. No estamos cumpliendo nuestro destino.
El Pecado no sólo rompe nuestra relación con Dios; sino que daña nuestra relación con los demás ¿Te imaginas yendo a un largo viaje al lugar equivocado en un autobús lleno de gente? Con el tiempo todo el mundo se pone maniático. A nadie le gusta el viaje. La jornada se hace insoportable.
Tratamos de aguantar los problemas con terapia, o recreación, o medicinas. Pero nada ayuda. La Biblia dice:
“Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 16:25)
El resultado final del pecado es la muerte…muerte espiritual. “La paga del pecado”, dice Pablo, “es muerte” (Romanos 6:23).
Pasarte la vida en el autobús equivocado, yendo al lugar equivocado. Terminarás en el infierno. No porque Dios te quiera en el infierno. Su plan para ti es el cielo. Su destino es el cielo. Él hará lo que sea para que llegues ahí. Excepto por una cosa. Hay algo que Él no hará, no te forzará. La decisión es tuya. Ya ÉL ha hecho lo demás.
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