miércoles, 5 de octubre de 2011

Cristomicina


A pesar de todo esto, él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido y humillado. Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados. Isaías 53:4-5

Seguramente cuando sufres algún dolor físico o estrés, dolores de cabeza, vómitos, tensión, dolor de estómago, tos, gripe, fiebre o alguna enfermedad un poco más fuerte, tomas cierta medicina para sanar. Pero ¿Qué pasa cuando el dolor es del corazón? ¿Qué pasa cuando hay una necesidad de amor, paz? ¿Qué pasa cuando hay una sed de cariño, de respeto, de valoración? Sólo hay una solución: Cristomicina.

Aquella medicina para el corazón fue preparada desde antes de que existiéramos y sólo debemos aceptarla para sanarnos. Es triste ver mucha gente sin ella, mucha gente necesitada de respeto, necesitada de un día de paz, necesitada de libertad, necesitada de amor. Pero tú y yo, venimos a hacer de doctores. Tú y yo, ya hemos recibido y aceptado la Cristomicina, ahora vivimos con Cristo en nosotros, pero es nuestro deber presentar esta medicina al mundo.

Porque déjame recordarte algo, Cristo no dio su vida sólo por los cristianos, Él la dio por cada una de las personas en este mundo. Eso es muy diferente a que muchos lo reconozcan o lo acepten, pero Dios ama a cada una de las personas de este mundo y está esperando que acepten esta medicina. Cristo sufrió por la gente de este mundo, no sólo por los cristianos.

Tal vez es fuerte lo que digo, pero es cierto. Isaías 53 habla de lo que Cristo hizo para que cada una de las personas de este planeta sean salvas. Él sufrió por nuestros pecados, cargó nuestros dolores, soportó nuestras enfermedades, rebeliones, maldades. Tuvo que seguir adelante por ti, por mí, por todos, aguantando que lo desprecien, siendo humilde y manso, sin que lo tengan en cuenta, fue herido, humillado. Pero Él nunca se quejó.

Entonces, ¿Qué hacemos nosotros quejándonos? Sí, yo sé que hay maldad en este mundo. Pero eso no significa que Dios sea malo. Así como en donde haya falta de luz, habrá oscuridad; en donde haya falta de Dios, habrá falta de amor y maldad. Empieza a cumplir tu misión en este mundo: sé el doctor de las almas que tienen dolor. Siéntete elegido porque Dios te ha escogido.

“Cristomicina”, una canción de Papo Rivera, afirma: “Porque muy pronto el médico se retira; y se curarán los que han probado Cristomicina”. Da a conocer hoy la Cristomicina, Dios tendrá en cuenta cada vez que lo hagas y no dudes que tendrás recompensa.

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