Traición, negación y odio.

Habiendo Jesús recibido el vinagre, dijo: He aquí, consumado es; e inclinó su cabeza y entregó el espíritu. Juan 19:30 (NT Pesh en español)

Mis pecados son muy grandes, no estoy listo, no siento el llamado de Dios, son las excusas más grandes, y frecuentes, que la gente menciona. Dios no bajará en una nube con un megáfono a llamarte. Dios toca sutilmente tu corazón, Dios habla a tu vida de una manera amorosa.

Cuando Jesús se entrego por nosotros, por perdón para nuestros pecados, no dio ninguna excusa. ¿Qué tal si Jesús hubiese dicho que no podía hacer eso porque le iba a doler demasiado? Este día mi misión no es conmover tu corazón o que tengas lástima por lo que Jesús hizo. Es verdad que aquel día algunos lloraron, por ver el vituperio que nuestro Señor sufrió. Pero esta mañana no veas a Jesús con rostro derrotado, con cuerpo lastimado, pero sobre todo no lo veas muerto.

Jesús soportó traición, negación y odio por perdón de nuestros pecados. La Biblia dice que debemos confesarle con nuestra boca que Jesús es el Señor y que Dios le levantó de los muertos. Además, en otra porción dice que no es por obras para que ninguno se vanaglorie, es por gracia porque es un don inmerecido por parte de Dios. Nosotros no merecíamos que Jesús sufriera como lo hizo, nosotros tendríamos que haber pagado por ello. Pero Él en su infinito amor se entregó para que nosotros tengamos salvación en la vida eterna.

Jesús consumó la obra más grande, el amor más grande, la mirada de amor más grande, las palabras de amor más grandes. Si Jesús perdonó traición, negación y odio en el momento que iba a morir. ¿Por qué piensas tú que no te puede perdonar? Lo piensas porque no lo conoces, solo haz escuchado de Él. Es momento que entregues tu corazón y conozcas el amor. Dios lo que pide es que dejes de realizar sacrificios, porque no hay mayor sacrificio que el de la cruz.

Lo mejor que puedes hacer este día es pedirle perdón a Dios por tus pecados, confesarle como tu Señor y Salvador. No es porque camines diez cuadras, es por gracia de Dios que serás salvo. Traición, negación y odio es lo mismo que nosotros hicimos en algún tiempo. Pero ahora podemos darle la gloria a Dios por tener el privilegio de llamarnos hijos de Él, por haberle recibido.

Este viernes no lo dudes más, tampoco dudes más de Él. Si tu ya lo conoces, ya le haz confesado como tu Señor. Llega a Él dile que te perdone por haber dejado la comunión con Él. No dudes del amor de Dios, no dudes de la misericordia de Dios. Arrepiéntete, pide perdón y verás que Dios te recibe con todo amor y felicidad, porque cuando un pecador se arrepiente hay fiesta en el reino de los cielos.

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