“Dios mío, tú alumbras mi vida; tú iluminas mi oscuridad. Con tu ayuda venceré al enemigo y podré conquistar sus ciudades. Tus enseñanzas son perfectas, tu palabra no tiene defectos. Tú proteges como un escudo a los que buscan refugio en ti.” (2 Samuel 22:31)
El gran problema del ser humano es querer hacer las cosas a su manera, olvidando la soberanía de Dios. En mi país se dice “querer llevarse el mundo por delante”, es decir, hacer lo que quieras, como quieras, cuando quieras, solamente porque tú te conoces a ti mismo y, la frase más conocida, porque “SABES LO QUE HACES”. Te pregunto, ¿Tan seguro estás de que “sabes lo que haces”?
Te pondré un ejemplo tan claro como el agua. Has vivido por 5 años o 10 o quizás toda tu vida en la casa que vives ahora. La conoces de memoria, cada rincón, cada mueble, cada corredor. Te levantas en plena madrugada porque quieres ir a buscar un vaso de agua, está todo oscuro, pero “tú sabes lo que haces” porque conoces el camino hacia la heladera o refrigerador. Respóndeme: ¿Cuántas veces te has golpeado con algún mueble en ese recorrido? ¿Cuántas veces has querido gritar porque los dedos de tu pie chocaron contra la mesa? A mí me ha sucedido.
Y allí está el problema. A veces creemos que nos conocemos a nosotros mismos, creemos que sabemos lo que hacemos, pero cuando actuamos así, es cuando más golpes nos daremos y cuando más nos dolerá. Andar a oscuras creyendo conocer el camino, es el error más gigante del cristiano.
Necesitamos dejar que Dios ilumine nuestra vida. Debemos dejar que Él nos alumbre, que nos muestre el camino. La Palabra de Dios dice que Jesús es el camino, entonces ¿Por qué estás yendo a oscuras creyendo que sabes lo que haces? Esto me recuerda también al cuento de caperucita roja y el lobo. Una niña que quería llegar a la casa de su abuelita, le pregunta a un lobo cuál era el camino más corto, y éste le dijo el más largo para así él llegar antes y poder comerse a la niña haciéndose pasar por su abuela.
No dejes que el enemigo te haga tomar el camino más largo. No dejes que tus pensamientos se desvíen del pensamiento de Dios. Debemos mantener la palabra de Dios firme en nuestros corazones, así nuestros corazones no se desviarán por otro camino.
Debemos refugiarnos en Cristo. Debemos dejar que sea Su luz eterna la que nos ilumine, y no las luces temporales del mundo la que nos guíen. La Palabra de Dios no tiene defectos, jamás ha fallado, jamás ha abandonado a sus hijos. Es tiempo que abramos los ojos. Es tiempo de aprender a discernir lo que estamos haciendo bien y lo que estamos haciendo mal; pero no desde nuestra mirada, sino desde la mirada y el juicio de Dios.
Dios sabe lo que hace contigo. Dios sabe lo que hace en tu vida. Reconoce la soberanía de Dios. Dale el Señorío total a Jesucristo. Deja que Él guíe tus pasos a la hora de caminar. Ya no te lleves el mundo por delante queriendo hacer las cosas a tu manera. Si quieres estar en los brazos de Dios, empieza a hacer las cosas a Su manera.
http://www.facebook.com/pages/Tu-Unica-Alternativa/194021963941574
http://www.facebook.com/Tuunicaalternativa
No hay comentarios:
Publicar un comentario