Son tan envidiosos que quisieran tenerlo todo, y cuando no lo pueden conseguir, son capaces hasta de pelear, matar y promover la guerra. ¡Pero ni así pueden conseguir lo que quieren! Ustedes no tienen, porque no se lo piden a Dios. Y cuando piden, lo hacen mal, porque lo único que quieren es satisfacer sus malos deseos. (Santiago 4:2-3)
Puede llegar un momento en tu vida cuando te preguntes por qué no estás creciendo en la fe. O quizá te preguntes por qué no tienes la oportunidad de llevar a otros a Cristo.
Cuando te hagas este tipo de preguntas, podrías responderte con otra “¿He pedido ayuda a Dios en estas cosas?”
Comprende que este pasaje no dice que le exijas cosas a Dios como si él fuera un “mayordomo cósmico”, dispuesto a proporcionarte cualquier cosa que le pidas. Pero tampoco dice que no debas pedir ayuda para tus necesidades o pedirle bendiciones o fortaleza espiritual.
Dios desea bendecirte porque eres Su hijo. Muchos de nosotros no tenemos más bendiciones porque no oramos.
Dedica un momento a examinar tu progreso espiritual.
¿Deseas tener un mejor conocimiento de la Biblia?
¿Estás buscando amigos cristianos?
¿Deseas que el Señor te muestre cuáles son tus dones y talentos?
Dios desea bendecirte y sólo está esperando tu invitación para hacerlo.
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