Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora; pero lo entenderás después. Juan 13:7
Ahora, escribiendo este devocional, me di cuenta que ¡Ya es tres de enero! En serio que los días vuelan. ¿Qué tiene que ver esto con el devocional? No sé, pero es verdad que el tiempo vuela.
Sólo era broma, claro que tiene que ver con el devocional. Puede parecer que ahora venimos de graciosos o sólo a contar chistes. Pero, no es así. La verdad es que perdemos tanto el tiempo en cosas que Dios ya las tiene bajo control que nos olvidamos de vivir felices para Él.
No estoy diciendo que vivas despreocupadamente o irresponsablemente, claro que no me refiero a eso. A lo que me refiero es que ¡No estamos confiando en Dios!
Es verdad que al inicio nos costará entender la razón por la que pasan las cosas en nuestra vida, es verdad. Pero, el problema es que de tanto que le preguntamos a Dios la razón, se nos olvida nuestra razón de vivir, esa es Dios.
Si nuestra razón de vivir es Dios, es porque creemos en Él y le creemos a Él, espero. Pero, si decimos creerle a Él ¿Por qué le preguntamos por qué o para qué? Simple: Porque no confiamos en Él.
En la simpleza de las palabras de este devocional, está el mensaje profundo de Dios. No trates de descifrarlo simplemente leyendo esto. No te quiebres la cabeza tratando de entender sólo leyendo esto. No te preocupes si no entiendes. Al contrario alégrate, porque Dios te está pidiendo que ores y le preguntes a Él; no qué quiero decir con mis palabras, sino qué te quiere decir Él.
Verdad que es fácil ¿Fácil? No fácil no, la verdad es hermoso llegar ante la presencia de Dios y hablar con Él.
Ya paremos de hacer tanta pregunta a Dios, del porqué de lo que nos sucede. Mejor creámosle de una vez por todas. El propósito de Dios, siempre será perfecto. Es verdad que pueda que duela, que llores, que te enojes, que te sientas triste, que te frustres, que desesperes y muchas cosas más. ¿Asustado o asustada? ¿Será porque no confías en Dios? Bueno, tú sabrás.
Pero, es momento que derrames todo tu corazón delante de Dios. Mi misión no es meterte miedo. O que con el miedo llegues ante Dios y le pidas perdón. Mi misión es que reflexiones si en verdad le crees a Dios o no.
Guarda silencio en la oración y escucha la voz de Dios en tu vida. Guarda silencio en la oración y escucha la dirección de Dios en tu vida.
Detente un momento en tu vida e inicia a leer la Biblia. Cuando inicies a leer la Biblia, iniciarás a conocer a tu Papá. Ese Padre bello que te quiere abrazar, mimar y cuidar. Pero, es momento de guardar silencio y créele a nuestro Padre.
Recuerda que la Biblia hay que leerla, creerla y vivirla.
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