Este mensaje es digno de confianza, y quiero que lo recalques, para que los que han creído en Dios se empeñen en hacer buenas obras. Esto es excelente y provechoso para todos. Tito 3:8
El empeñarse en hacer buenas obras puede incluir cualquier cosa que ayude a otros y le dé gloria a Dios. Eso incluye miles de posibilidades, y en siete minutos se te podrían ocurrir una cuantas cosas para hacer. ¿No es verdad? Pero del dicho al hecho suele haber mucho trecho.
No hacemos todo lo bueno que se nos ocurre. ¿Por qué? Si les preguntáramos en confianza a nuestros amigos, algunos quizás nos dirían que les falta tiempo o quizás energías.
Otros nos contestarían que no saben por dónde empezar. Ayudar a otros a veces comienza en momentos un poco incómodos en los que uno no sabe qué decir o cómo reaccionar ante la necesidad.
Hay situaciones en las que las personas que necesitan ayuda no son las más populares, bellas y atractivas, y quizás hasta nos producen cierto temor. Todas esas son buenas excusas. Pero lo único que consiguen es que perdamos algo muy importante: La bendición que representa el ayudar a otros.
La recompensa interior que experimentamos al hacer algo importante por la vida de otra persona pesa muchísimo más que las inconveniencias en las que debamos meternos por ayudar. ¿Qué te parece hacer ahora una lista de siete cosas que podamos hacer en los próximos siete días que demuestren que entendimos el versículo de hoy? ¿Por dónde empezaras? ¿Cuál es tu plan?
PD: Señor, queremos ser personas de acción. Que hagan algo por las necesidades de los demás. Ayúdanos a ser siempre consciente de que el tiempo de bendecir a otros es AHORA.
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