Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse no poner tropiezo ni obstáculo al hermano. Romanos 14:13
Todos nos equivocamos. ¿Quién no? Pero muchas veces las peleas no vienen tanto de los errores que cometemos, como de las sospechas con respecto a las verdaderas intenciones que tenía la persona que cometió el error. Yo he visto demasiado dolor en las parejas de novios, entre esposos, padres e hijos y también entre amigos, producido por dar lugar a sospechas con respecto a las intenciones del otro.
Al ver este problema muy de cerca en mi familia, decidí que siempre iba a procurar por todos los medios hacer a un lado cualquier sospecha de que la persona que me hería lo había hecho a propósito o queriendo algo que yo no sabía.
Siempre debemos recordar esa máxima del derecho que dice que uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Eso ayuda a hablar de los errores y las palabras hirientes con mayor claridad y menos problemas.
A mí personalmente, me ofende bastante que alguien juzgue erróneamente mis intenciones y por eso no quiero hacerle lo mismo a mis seres queridos.
Juzgar intenciones es difícil y peligroso, porque podemos estar equivocados. ¿Por qué es peligroso juzgar las intenciones? ¿Cuál ha sido una situación en tu vida donde te equivocaste por juzgar intenciones?
Seamos totalmente humildes, y humillémonos delante de Dios, porque Él es el único que pesa y juzga los corazones de cada uno y Él más que nadie sabe lo que hay en tu corazón y también lo que hay en esa persona que murmuró o habló de ti sin antes saber. Demos gracias a Dios porque a pesar de que Él conoce nuestras intenciones, nos ama igual.
Cualquiera que sea tu situación, como esté, o como estés, perdona, así mismo como nuestro Padre Celestial nos lo ha enseñado y nos ha dejado en su Palabra, porque ese es un acto de obediencia.
Pero entendamos que no siempre se puede tener seguridad con respecto a las intenciones de los demás. Pídele a Él que te dé sabiduría para manejar todos los posibles conflictos y errores de otros a los que tengas que enfrentarte, y también misericordia.
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