Nuestra esperanza es la vida eterna, la cual Dios, que no miente, ya había prometido antes de la creación. Tito 1:2
Hay una canción de Edgar Lira que se titula: Hay una esperanza. Esa canción habla acerca de este mundo y las guerras.
Dice que aunque exista el engaño, el abandono de niños inocentes que andan por la calle sin mamá y papá, aunque en el mundo haya odio y maldad, existe una esperanza, y esa esperanza es lo único que puede hacer que el mundo cambie.
Esa esperanza puede hacer que haya paz y no guerra, que haya amor y no odio, y esa esperanza es Jesús.
Él dio su vida en una cruz, soportó que lo escupieran, le dieran latigazos y se burlaran de Él, nada más por amor al mundo, por querer salvarnos de las llamas eternas del fuego de la soledad.
Pero a este mundo le cuesta entender el sacrificio de Jesús y prefiere vivir en odio y en constantes guerras.
La canción también habla del pueblo en el que Jesús nació, de cómo eran sus padres, y de que Él no escribía libros ni nada por el estilo. Eso me hace entender que no necesitamos ser hijos de pastores famosos, ni de políticos. Y tampoco importa nuestra edad; igual que Jesús, debemos llevar el evangelio a las personas que no conocen del amor de Dios.
Tú y yo podemos y debemos, como cristianos, llevar esa cruz que brilla en medio de la oscuridad de forma que presentemos la esperanza que el mundo necesita para ser salvo y vivir en plenitud. ¿Estamos dispuestos a llevar luz a tanta oscuridad?
Agradezcamos a nuestro Dios por el sacrificio y el ejemplo de humildad de Jesús. Pidamos que en nuestros corazones haya la voluntad de llevar su luz donde no la hay y que podamos soportar cualquier humillación y maltrato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario