miércoles, 18 de mayo de 2011

Nosotros crucificamos a Jesús



Era necesaria la muerte de Jesucristo, porque ésta nos muestra la gravedad de nuestra situación como humanidad caída. Se dice que puedes darte cuenta de la profundidad de un pozo por la cantidad de soga que bajas. Cuando vemos <<cuánta soga bajó>> del cielo, nos damos cuenta cuán grave era nuestra situación.

Por esta razón, no culpes a la gente de ese tiempo por crucificar a Jesús. Nosotros somos tan culpables como ellos. En realidad, no fueron los soldados romanos ni los líderes judíos los que lo crucificaron. La causa de que Jesús fuera voluntariamente a esa tortura y humillante muerte fueron nuestros pecados. Lee los versículos y las notas siguientes para ver exactamente lo que Jesús hizo por nosotros.

1.- La mayor demostración de amor.

Cuando éramos totalmente incapaces de salvarnos, Cristo vino en el momento preciso y murió por nosotros, pecadores. Ahora bien, casi nadie se ofrecería a morir por una persona honrada, aunque tal vez alguien podría estar dispuesto a dar su vida por una persona extraordinariamente buena. Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Romanos 5:6-8 (NTV). Jesús no murió por nosotros mientras éramos sus amigos, sino cuando éramos sus enemigos, oponiéndonos a Él por nuestro estado pecaminoso. Sin embargo, a pesar de todo esto, Dios demostró su amor por nosotros al morir en la cruz. En este versículo, el apóstol Pablo explica que Jesús no murió simplemente por la humanidad entera, sino que Él murió por cada uno de nosotros. En otro lugar Pablo escribe: "[Cristo] me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20). Cuando seas tentado a dudar del amor de Dios hacia ti, mira detenidamente la cruz donde murió Jesús. Después te darás cuenta que los clavos no lo crucificaron, sino el amor.

2.- Abandonado para que nosotros pudiéramos ser perdonados

<< Llevaron a otros dos, ambos criminales, para ser ejecutados con Jesús. Cuando llegaron a un lugar llamado <<La Calavera>>, lo clavaron en la cruz y a los criminales también, uno a su derecha y otro a su izquierda. Jesús dijo: <<Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen>>. Y los soldados sortearon su ropa, tirando los dados. La multitud observaba, y los líderes se burlaban. <<Salvó a otros – decían-, que se salve a sí mismo si de verdad es el Mesías de Dios, el Elegido>>. Los soldados también se burlaban de Él, al ofrecerle vino agrio para beber. Y exclamaron: <<Si eres el rey de los judíos, ¡Sálvate a ti mismo!>> encima de su cabeza colocaron un letrero que decía: <<Éste es el Rey de los judíos>>. Uno de los criminales colgados junto a Él se burló: << ¿Así que eres el Mesías? Demuéstralo salvándote a ti mismo ¡y a nosotros también!>> Pero el otro criminal protestó: << ¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte? Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo>>. Luego dijo: - Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Jesús respondió: - Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso. Ya era alrededor del mediodía, y la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde. La luz del sol desapareció. Y, de repente, la cortina del santuario del templo se rasgó por la mitad. Después Jesús gritó: <<Padre, ¡encomiendo mi espíritu en tus manos!>>. Y con esas palabras dio su último suspiro. Cuando el oficial romano encargado de la ejecución vio lo que había sucedido, adoró a Dios y dijo: <<Este hombre era inocente de verdad>> y, cuando todas las multitudes que habían venido a observar la ejecución vieron lo que había sucedido, regresaron a su casa con gran dolor.>> Lucas 23: 32 – 49 (NTV). Muchos de nosotros hemos oído la historia de Jesús en algún momento de nuestras vidas. Pero el significado detrás de esta escena desgarradora con frecuencia es mal entendido. Él no era simplemente un <<buen maestro>> que fue crucificado por sus creencias. Era Dios en forma humana quien murió en esa cruz, cerrando la brecha entre la gente pecaminosa y un Dios Santo.

El Evangelio según Mateo nos dice que cuando
Jesús murió en esa cruz, gritó: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mateo 27: 46). Muchos eruditos bíblicos creen que esas palabras marcan el momento preciso cuando Dios puso los pecados de todos nosotros los seres humanos sobre su Hijo. La Biblia hablando de Dios, dice: "Tú eres puro y no soportas ver la maldad" (Habacuc 1: 13). Por esta razón, el Padre tuvo que <<esconder su rostro>> y derramar su ira sobre su propio Hijo. En la cruz, Jesús recibió el pago que nos correspondía a nosotros. Él no fue auxiliado, para que nosotros pudiéramos ser auxiliados. El oído de Dios estuvo cerrado hacia Jesús por un tiempo, para que nunca esté cerrado para nosotros.

3.- Cristo, el único mediador

<<Pues hay sólo un Dios y sólo un mediador que puede reconciliar a la humanidad con Dios, y es el hombre Cristo Jesús. Él dio su vida para comprarles la libertad a todos. Éste es el mensaje que Dios le dio al mundo justo en el momento preciso. >> 1º Timoteo 2: 5 – 6 (NTV). ¿Por qué hay un solo mediador capacitado para acercar a Dios y a la gente? ¿No han existido otros líderes religiosos que han reclamado conocer el camino a Dios? ¿No han existido otros que también han muerto a causa de su mensaje?

Aunque las respuestas a estas preguntas pueden ser sí, la verdad es que ninguno fue totalmente
Dios y totalmente humano. Por esta razón, Jesús es el único capacitado para tratar con el pecado. Jesús dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mi" (Juan 14: 6). Hechos 4: 12 nos dice: "¡En ningún otro hay salvación! Dios no ha dado ningún otro nombre bajo el cielo, mediante el cual podamos ser salvos". Y aún más importante, ¡Jesucristo resucitó de entre los muertos!

Aunque es cierto que debes creer que
Jesús murió en la cruz por tus pecados para que puedas recibir vida eterna y ser un verdadero cristiano, todavía hay algo más que debes hacer.

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