Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11
Hace unos días leía un informe acerca del crecimiento de la planta de bambú japonés. Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros siete años no pasa nada con la semilla, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas ¡La planta de bambú crece más de 30 metros!.
Uno diría: ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Esto me hizo reflexionar sobre lo que nos pasa día a día. El ser humano es impaciente. Dime ¿Alguna vez has dicho “Este bus no llega nunca…”? o ¿Te ha costado esperar la nota de un examen? A mi me ha pasado. Queremos que las cosas por las que pasamos tengan soluciones rápidas, al instante, inmediatas.
Cuando estamos afligidos, clamamos al Señor << Y a mí, Señor y Dios, ¡no me olvides, pues estoy pobre e indefenso! No te tardes, pues tú eres quien me ayuda; ¡tú eres mi libertador!>> Salmos 40:17. Al dueño del tiempo le exigimos <No te tardes>, nos cuesta esperar Su respuesta.
Pero déjame decirte algo: ¡Dios no te tiene olvidado!. Él está obrando en ti mientras tú no te das cuenta. Dios quiere enseñarte a tener paciencia, quiere que entiendas Su perfección ante los planes que tiene para tu vida. El Señor nos dice << Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.>> Jeremías 29:11. ¡Dios nunca buscará hacerte un mal! Él está enseñándote a ser paciente para que luego recibas todas las bendiciones que tiene guardadas para ti.
Para Dios tú eres como una planta de bambú. Mientras el tiempo corre, Él está haciendo crecer tus raíces para que seas fuerte, para que estés preparado para lo que Él tiene para ti. No desesperes y aprende a ser paciente. Confía en el Señor de todo corazón. ¿Estás esperando algo de parte de Dios? Aquello por lo que esperas, es muchísimo menos importante que lo que Dios está haciendo en tu vida mientras esperas.
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WOOOW AMEN!!!!
ResponderEliminarEnserio que que buena enseñanza