A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás. 1 Corintios 12:7
La persona capaz de reconocer que Dios tiene un plan especial para cada uno sabe que no hace falta tener una voz fuerte para lograr ser escuchado, sino decir algo que realmente merezca ser oído. Por eso no es necesario afirmar lo que otros ya dicen o lo que el resto ya sabe. Sabiendo que somos seres especiales, hablemos desde nuestro corazón y podremos comunicarnos con el corazón de los demás.
Dejemos la superficie, sumerjámonos en las necesidades de los que se encuentran alrededor de nosotros y seguiremos descubriendo todas las cosas especiales que Dios quiere hacer con nuestra vida. Pensemos en estos otros argumentos: Hay gente que nunca va a sentir el abrazo de Dios a menos que lo encuentre en tus brazos. Gente que nunca va a ver los ojos de Dios a menos que halle misericordia en los nuestros.
Una vez uno de los jóvenes de mi grupo, llamado Ricardo, me dijo cierta vez : Yo he aprendido muchas cosas de ti, pero algo que siempre me emociona es que me haces sentir especial para Dios y eso provoca que yo me sienta mejor y sin duda, haz logrado que todo me vaya mejor. Existe una verdad grande tras las palabras de Ricardo. Cuando Sabemos especialmente que somos para Dios, tenemos más confianza con respecto a nuestro futuro; eso nos ayuda a tomar decisiones más sabias y por consecuencia ¡Nos va mejor! No hay por qué dudarlo: Somos tan, pero tan especiales que nadie más en el mundo, de entre todos los seres vivientes, puede representar al Padre como cada uno de nosotros puede hacerlo..
Punto de reflexión:
¿Cómo actúa alguien que sabe que es en verdad especial?
¿Cómo puedo diferenciarme de los demás en estos días?
¿Descubro las cosas especiales que Dios hace con mi vida?
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