Poder y misericordia

“Una vez hablo Dios; dos veces he oído esto: que de Dios es el poder, y tuya, oh Señor, es la misericordia; porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.” (Salmos 62:11-12)

Todo hijo de Dios conoce que solo a través de la Biblia, nosotros podemos conocer la esencia de nuestro Padre, solo a través de la lectura de su palabra descubrimos como es Dios y que es lo que Él espera de cada uno.

Por medio de este pasaje de la Biblia podemos conocer que en Dios se sustenta el poder y la misericordia.

Cuando en nuestra vida nos encontramos en situaciones difíciles, complicadas, confusas o importantes que son cruciales, en las cuales debemos tomar una decisión. Nosotros como hijos de Dios entramos en oración para que sea Él para que nos ayude y nos guie hacia lo correcto.

También en momentos en los cuales creemos que no hay solución porque nos hemos dado cuenta que humanamente no hay nada que hacer, acudimos a Dios en auxilio.

¿Pero porque hacemos esto? Porque sabemos que el único que tiene PODER para cambiar las circunstancias en nuestra vida es Dios. Sabemos que solo con su ayuda nosotros podemos salir adelante, es por esta razón que nosotros acudimos a Él en oración, ya que es el único que tiene el poder de llevar el control de nuestras vidas y si algo no está dentro de su voluntad, nada se lleva a cabo.

Pero es importante recordar que no solo debemos acudir al PODER de Dios cuando estemos en tribulaciones, porque si no nos convertimos en hijos interesados, que sabemos que Él lo puede hacer todo y lo queremos manipular a nuestra conveniencia. Pero su  poder no funciona así, Él va a permitir que las cosas en nuestra vida cambien solo si es su voluntad y si va hacer de edificación para nosotros.

También con su palabra nos damos cuenta que solamente suya es su misericordia. Todos sabemos que Dios nos ama incondicionalmente y es por esta razón que muchas veces recibimos bendiciones que no las esperábamos, porque aun y cuando nos somos los hijos perfectos, Dios ve el esfuerzo que realizamos por agradarlo a Él. En su infinita misericordia y amor Dios nos manda esas bendiciones que muchas veces nos preguntamos qué ¿Por qué? Y solo nos queda más que agradecerle.

Pero al descubrir su misericordia y amor, muchas veces nos aprovechamos y creemos que por que Él nos ama nos va a dar TODO lo que nosotros le pidamos. Pero no nos olvidemos que él pesa los corazones de cada uno de nosotros y conforme a lo que Él mire en nuestro corazón así será la recompensa o la respuesta que recibamos a nuestras peticiones. 

Luchemos día a día para ser mejores para Dios y por ser agradables ante Él, no por lo que nos puede dar, sino en agradecimiento y amor por habernos escogido y salvado nuestras vidas.

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