viernes, 1 de marzo de 2013

Es tiempo









Ustedes no aman a Dios, ni lo obedecen. ¿Pero acaso no saben qué hacerse amigo del mundo es volverse enemigo de Dios? ¡Pues así es! Si ustedes aman lo malo del mundo, se vuelven enemigos de Dios.  Santiago 4:4 (BLA)

Vivimos en un mundo convulsionado, por la moda, la fama, el afán; pero ahora bien, ¿Estamos contaminándonos de eso? Muchos de los cristianos hoy en día se están contaminando, ya que el mensaje que les están predicando en suave, no confrontan los lideres a la santidad, a la obediencia.

Nunca tendremos una iglesia santa como Dios nos pide, si no le hacemos frente al pecado, si nos dejamos guiar por las emociones y los sentimientos. 

Hace unos días una persona me decía que porque Dios le permitió pasar todo lo que paso; ella se casó a su temprana edad aun ella siendo creyente, decidió hacerlo ya que en menos de seis meses el muchacho que conocía la trataba de lo más bien, aun sabiendo que él era incrédulo, no pensó en cómo sería en un futuro, en si realmente tendría la suficiente valentía para estar con alguien en yugo desigual, un mes más tarde de casarse se enteró de muchas cosas de parte de él, al mes de casados ya él, le había sido infiel, la maltrataba, la desvalorizo por completo y ella le preguntaba eso a Dios, ahora lo que yo me pregunte y lo que le dije a ella fue: ¿Será que Dios quiere que sufras aún en el amor terrenal? A lo que me dijo: NO. 

¿Entonces? No podemos culpar a Dios de nuestros errores, no podemos culpar a Dios de lo que nos dejamos guiar, porque nos atraen las cosas del mundo, a veces pensamos que por que la persona asiste a la iglesia ya es hijo de Dios, no señores y señoras, el hecho de ir a la iglesia no te hace cristiano sino vives lo que te han predicado. El hecho de estar sentado en la congregación no quiere decir que realmente tengas una relación íntima con Dios si, en lo público eres un orgullo, rebelde.

A veces las personas se dejan atrapar por los deseos del mundo, o por lo que hay en él, ya que no han experimentado realmente a un Dios vivo, a un Dios genial, un Dios que tiene grandes cosas para ellos, porque la soledad que él enemigo plantó en ellos, la tristeza, los problemas, los afanes, hacen que prefieran estar con amigos, fiestas, salidas,  y menos relación con Dios. Si tú no empiezas a buscarle es ilógico que lo vas a experimentar, es obvio que Dios se muestra a quienes se disponen en sus vidas, darle una parte de su tiempo.

Este día yo te recuerdo que, si tu estas en desobediencia, que si tú estás más en las cosas del mundo que en intimidad con Dios, nunca veras cielos abiertos, nunca veras bendiciones maravillosas, y sanidades si tú no lo estás viendo a Él.

El enemigo mi hermano, se nos está riendo en la cara, porque hoy en día en vez de brillar, en vez de alumbrar, estamos opacando, escondiendo esa luz que Dios puso en nosotros, es hora de dejar de ser como aquellas vírgenes insensatas, que luego de darse cuenta comenzaron a pedir aceite porque se había apagado en ellas la luz.

Es tiempo de dejar de ser un Saúl, es tiempo de dejar de ser un Judas que solo critica, que con los errores ajenos pretende cubrir los suyos, ya no es tiempo de perder el tiempo en lo que nos hace perder el gozo de nuestra salvación, si realmente  eres salvo, demuéstralo, deja de vivir una doble vida, deja de ver al mundo, deja de desobedecer a Dios.  Ya no estamos para perder el tiempo en cosas que no nos llevaran a ver la Gloria de Dios, recuerda: CRISTO VIENE PRONTO.

Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto. Romanos 12:2 (BLA)

Vivamos como Dios manda, seamos personas dignas de imitar, personas que transmitan a vivir en santidad, a ser diferentes, a disfrutar la libertad que Dios nos ha dado apartándonos y haciendo todo como para Él. Dios no quiere ser nuestro enemigo, pero cuando nos volvemos amigos del mundo, como dice Su Palabra, nos volvemos enemigos de Él.

Dejemos de excusarnos, de llamar a lo bueno malo, y a lo malo bueno, de pensar que toda revelación es de Dios cuando muchas veces es de parte nuestra, Dios nos ha dado el discernimiento, pidámosle sabiduría, que cada decisión, que cada paso, que cada proyecto, salida, sea en base a su voluntad y no a la nuestra. ¡Bendiciones!


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