viernes, 18 de marzo de 2011

Pacto De Amor


Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16)

Porque tanto amó Dios al mundo, que dio… y dio… y dio… y dio. Ese es el mensaje que la Biblia nos trae de principio a fin.  Suena muy simple. Sin embargo, pocos de nosotros realmente lo comprendemos.

Podemos entender la idea de un Dios de poder. Podemos comprender a un Dios que desea ser servido.  Pero ¿Cómo podemos entender a un Dios Todopoderoso que nos ama tanto que su deseo mayor es darnos de sus bendiciones? Eso es difícil de creer.

Por muchos años, Dios ha estado obrando para mostrar la revelación de su amor en los corazones de los hombres. El ha hecho promesas amorosas de bendición y protección  pero siempre ha enfrentado el mismo obstáculo: Seres Humanos que no pueden convencerse de que esas promesas son ciertas.

Abram es un ejemplo, el no estaba acostumbrado a la idea de un Dios dadivoso. Después de todo había crecido como un adorador de la luna, y la luna nunca hizo algo por él. Entonces se encontró con el Shaddai, el ser más grande de todos, el Dios Todopoderoso. Y lo primero que el Shaddai quería hacer era darle bendiciones.

Las promesas de Dios asombraron a Abram que no podía creerlas. Le preguntó: “Señor y Dios, ¿Cómo sabré que voy a poseerla?” (Génesis 15:8). ¿Sabes que le respondió Dios? Estableció con él un pacto de sangre, ese pacto resolvió  para siempre cualquier pregunta que Abram pudiera tener acerca del amor y la lealtad de Dios. Una vez derramada la sangre, abram supo que Dios hablaba en serio.

Dios hizo el mismo  pacto de sangre contigo. Sacrificó a su propio Hijo para hacerlo. El cuerpo quebrantado y la sangre derramada de Jesús  han llegado a ser la puerta eterna del amor de Dios hacia ti. Mediante la Santa Cena, El le urge a recordarlo una y otra vez para que cuando la fe en las promesas de Dios comience a flaquear, “tengamos un estímulo poderoso” (Hebreos 6:18).

Obtén una revelación del amor de Dios al meditar en el pacto que El ha hecho contigo. Saque el pan y la copa. Vaya ante el Señor con ellos y tome la Santa Cena meditando en el cuerpo y la sangre de Jesús que te permitirá ser miembro de la familia del Dios Todopoderoso por el pacto de sangre, permite que el cuerpo y la sangre de Cristo resuelvan para siempre el interrogante del amor de Dios para ti, una vez que creas en el amor de Dios, nunca más dudaras de sus promesas.

Lee y medita: Génesis 15

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