No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 1ra Corintios 10:13
Junior Zapata escribió hace unos años un libro titulado Conocido en el infierno en el que habla sobre varios temas relacionados con la juventud. Una nota recurrente en el libro de este gracioso y a la vez inteligente guatemalteco, tiene que ver con cómo decirle NO a las tentaciones.
Es que lo más común en el mundo de hoy es justamente ceder cuando somos tentados. Es eso lo que hace un porcentaje muy alto de personas, incluso creyentes. Pero una alarma suena en el infierno cuando notan que alguien sabe decir que no a la tentación
El que es capaz de decir que NO, es alguien diferente. Tiene dominio propio. Es inteligente. Considera las consecuencias de sus acciones. No reacciona como una autómata. El apóstol Pablo nos dice que no sufrimos ninguna tentación que no sea común para nuestra raza. Que Dios conoce nuestros límites y siempre nos provee alguna salida para escapar de la tentación.
Miro mi vida y me doy cuenta de que, en mi caso, siempre es así. En todas las situaciones de tentación por las que he pasado tuve la posibilidad de decir que no. Algunas veces lo hice y otras no quise, pero siempre tuve la posibilidad de elegir y esquivar la tentación.Si somos fuertes, el infierno registrará nuestros nombres. Seremos peligrosos para el reino de las tinieblas, y en el camino evitaremos que otros caigan también.
Digamos con valentía y con honra ¡NO! a la tentación. No le demos cabida a las tentaciones, pasaremos por ellas. Pero no ellas pasaran sobre nosotras, venzamos con el poder de Dios.
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