“No paguéis a nadie mal por
mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.” (Romanos 12:17)
Muchas veces hemos escuchado ese
dicho que es bien popular: “ojo por ojo y diente por diente”. Lo que este dicho
significa es que así como las personas son
con nosotros así debemos tratarlas nosotros también.
Si alguien nos trata bien pues
entonces nosotros debemos hacer lo mismo con esa persona pero si alguien nos
trata mal, nos hace algo que no nos agrada pues entonces nosotros debemos
pagarle de la misma forma, buscar hacerle daño también a esa persona así como
ella lo hizo con nosotros.
Esto es algo típico que se da en
nuestra sociedad, se nos ha enseñado a pagar de la misma forma con la que nos
han tratado, si nos hacen mal pues nosotros debemos hacerle algo malo a la otra
persona.
En el círculo de amistades esto es
bien común siempre buscamos venganza cuando nos han hecho algo malo y nuestros
amigos son los que se encargan de ayudarnos para arruinarle la vida a esa
persona que nos dañó.
Como hijos de Dios muchas veces no
nos damos cuenta de estas cosas, nos vemos que en realidad algunas veces
nosotros actuamos de esta misma manera. Cuando nos enteremos que alguna persona
de nuestra iglesia o de otra parte ha hablado cosas de nosotros nos molestamos
y también comenzamos a decir cosas negativas de esa persona.
Cuando nosotros hacemos esto mismo no
nos estamos diferenciando como hijos de Dios, sino que al contrario estamos
siendo igual que todas las personas inconversas.
Pero Dios a través de este versículo
nos recuerda que no debemos pagar a nadie de mala manera si nos han hecho algo
malo, no debemos hacer nosotros lo mismo con esa persona, nuestra actitud tiene
que ser diferente.
Dice la palabra de Dios que debemos
siempre procurad lo bueno para las persona. Si alguien hace algo en contra de
nosotros, no debemos buscar vengarnos por lo que nos hizo al contrario debemos
pagarle a esa persona de buena forma.
Se escucha difícil el hecho de saber
que debemos ser buenos con las personas que nos han dañado, porque somos seres
humanos y sentimos ese agravio que nos han hecho. Pero nuestro Padre Celestial
nos manda a que seamos diferentes, que no seamos igual al mundo.
“Pero yo os digo: no resistáis al que
es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele
también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale
también la capa.” (Sn Mateo 5:39-40)
En estos dos versículos Dios nos deja
claro que es lo que nosotros como hijos suyos debemos hacer.
No mal interpretemos este versículo
diciendo que nosotros nos estamos dejando maltratar por la demás personas.
Pero Dios en su palabra nos ha puesto
algunos ejemplo de lo que debemos hacer si alguien nos paga de mala manera. En estos
versículos está claro que nuestra actitud no debe ser de venganza.
Si una persona nos roba algo en la
calle no debemos desearle lo peor a esa persona, por el contrario Dios nos
manda a que no seamos iguales que ellos que procuran el mal, Dios quiere que
actuemos de buena manera.
Por ejemplo si esta persona que nos
roba nos pide nuestro celular o dinero no debemos oponernos a esta petición
porque por negarnos a darle lo que nos ha pedido podemos poner en riesgo
nuestra vida.
Pero si le damos lo que nos pide y
después deseamos que le suceda algo malo, no estamos actuando como Dios quiere,
ya que estamos pagando mal por mal.
Debemos pedirle a Dios por esta
persona, para que salga de los malos caminos que anda y que pueda reflexionar
para que deje de andar haciendo el mal a los demás.
Si alguna persona conocida habla en
mal de nosotros inventando cosas que no son ciertas, no tenemos porque
averiguar cosas de su vida para andarla divulgando a las demás personas así
como lo hizo con nosotros. Debemos olvidar lo que esta persona hizo, perdonarla
y hacer borrón y cuenta nueva.
Es bastante difícil olvidarse de las
cosas que nos han dañado pero así quiere Dios que lo hagamos, Dios no quiere
que andemos buscando venganza.
“Pues conocemos al que dijo: mía es
la venganza, yo daré el pago, dice el Señor.” (Hebreos 10:30)
No busquemos vengarnos y hacer pagar
a las personas que nos han hecho mal, todo debemos dejarlo en las manos de
Dios, no dejemos que nuestro corazón se llene de resentimientos, perdonemos a
los que nos hacen daño que Dios se encargará de darle a cada quien lo que se
merece.
Preocupémonos por ser obedientes a
Dios y ser diferentes a las personas del mundo y procuremos siempre el bien
para los demás, ya que ni el mismo Jesús busco pagar mal cuando todos se
empeñaban en dañarlo.
Muy buena reflexion....
ResponderEliminarDios les bendiga
Yo pregunto siempre que a esa perdons se le de la gana maltratar o hacerme algo la debo perdonar en algun punto no tengo que ponerle un freno como quien dice? Me a pasado que cuando necesitan vienen a mi pero cuando estan bien se olvidan me critican me hacen maldades y si me pasa algo que me las aregle porq siempre quedo sola
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