“Sed
sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar;” (1 Pedro 5:8)
“La
llave para que el diablo entre a tu casa es El Pecado.” Hijo de altura.
El enemigo
es un gran imitador, el anda alrededor de nosotros, pero no nos puede tocar sino
se lo permitimos. Y él penetra en nuestra vida cuando le das la llave para
caer, para pecar, para hacer lo malo ante los ojos de tu Creador.
No
sé si sabias pero el solo necesita un cuerpo para manifestarse, y quizá parece
que vengo a hablarte del “diablo” pero no, sino a hacerte ver que así como es
un mentiroso, imitador, falso, así también es quien nos quiere ver muertos en
vida, y en condenación.
Hermano,
hermana, él no es como muchos lo describen: Tiene cuernos, patas de cabra, cola tipo dragón y lanza
fuego por los ojos, color rojo. No, La Biblia dice que era un ángel de hermosa
apariencia. Hoy pueda que lo tengas enfrente y no te des cuenta, él se presenta
como quieras verlo.
Los
que realmente han tenido un encuentro radical con Cristo, se apartan del
pecado. Huyen de aquello que los pueda contaminar, de aquello que los pueda
detener del proceso en Dios, del propósito que Dios tiene en sus vidas, sean
cosas, dinero, personas.
Dios
va a perfeccionar su obra, ¡Sí! ¿Pero cuando dejaras que te perfeccione? Cuando
le permitirás a Dios hacer su voluntad en tu vida, y no la tuya. ¿Cuándo dejaras
de permitir que el enemigo te seduzca con lo pasajero y no con lo eterno? ¿Cuándo
dejarás de vivir en tu viejo hombre
cuando Dios ya te hizo nuevo?
Yo siempre
le digo al Señor: ¡Señor, quítame las ganas del mundo! Y me dirás, pero hermano,
usted es pastor, si... pero soy carne y soy débil, y aquí no es más valiente
quien esconde sus debilidades, sino quien las presenta delante de Su Padre. Porque
ahora en día, las personas juzgan, critican, y suelen decir “El hermano anda en
pecado” quien se jacta y ve la paja ajena, como dice un dicho: El león juzga
por su condición. Yo prefiero serle sincero a mi Padre, que mentirle aún en la
intimidad y aún en lo público. Ya que aquí nadie es perfecto, Dios nos esta
perfeccionando para ser mejores. Solo no olvides que, el diablo sabe de lo que
padecemos.
Una
vez encontraron al diablo en la iglesia llorando, y le pregunta un hermano de
la iglesia, ¿Por qué está llorando? Y el responde: ¡Estoy cansado! Cansado de
que, tienen problemas, ES MI CULPA, se quedan sin trabajo, ES MI CULPA, los
decepcionan, los traicionan, ES MI CULPA, caen en pecado, ES MI CULPA. Leamos lo
que dice La Palabra de Dios: “Porque
el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la
carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.”
(Gálatas 5:17) Hermano, hermana, tu enemigo es tu viejo hombre. Y depende de lo
que más alimentes en tu vida eso crecerá en ti, si le das de comer más al
pecado, que a la santidad, eso crecerá en ti.
Hay
pastores hoy en día esclavos de la pornografía, esclavos del pecado, ¿Y qué
ministran? Pecado, no hablan de esos temas. Y no solo los pastores, las ovejas
igualmente, son esclavos de personas que las contaminan, de la fornicación, de
la lascivia, y aun estando conscientes de lo que hacen, lo terminan haciendo,
igual le paso al apóstol cuando escribe: “Porque lo que hago, no lo entiendo;
pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.” (Romanos
7:15)
El
que peca, así mismo se hace daño. Cuando vez pornografía, cuando codicias a una
mujer, igualmente a las mujeres cuando ven pornografía, cuando desean probar lo
que es el sexo, cuando luego de perder la virginidad buscan a alguien o aun
siendo virgen buscan perder su dignidad con un hombre, o están con un hombre
malcriado, un hombre incrédulo que aun yendo a la iglesia se comporta como
mundano, te digo, eso no hace que el Reino de los cielos se detenga, sino tu propósito,
Tu llamado.
Ver
pornografía es adulterio delante de los ojos de Dios, recuerda que la paga del
pecado es muerte, y el apóstol cuando habla del cuerpo simboliza “muerte”. Estamos
muertos cuando andamos en nuestros delitos y pecados, que tú pecado no se
convierta en iniquidad. El diablo está alrededor tuyo y mío, pero Cristo está
dentro de nosotros, si tú lo has dejado entrar a tu vida, es necesario que entiendas
que lo que haces contra ti te daña a ti mismo.
Con
esto lucharemos todos los días:
Comienza a leer cada una, ¿Hay alguna en tu vida que debas quitar? ¿Hay algo que estás haciendo mal? Si tu no aceptas tu condición delante de Dios, e ignoras eso, aun siendo líder, pastor, lo que sea, no detienes a Dios, detienes tu llamado, tu propósito.
Recuerda que Dios hace cosas nuevas, una vez te arrepientas de todo lo que has hecho, de todo lo que pasaste, y de todos tus errores cometidos por hacer tu voluntad, Dios te dice: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.” (Isaías 43:18) es momento que, si ya cometiste el error, que si te equivocaste, sea contigo mismo, sea con tu hermano, con tu prójimo, con tus padres y amigos, que perdones, que pidas perdón a Dios, que te arrepientas, pues recuerda: Los que practican las manifestaciones de la carne, no heredarán el reino de Dios.
Sino
reconoces tu condición, vivirás esclavo de pecados y espíritus de sexualidad,
de depresión, etc. Recuerda que Sin Cristo no somos nada, y que necesitamos de
Él y necesitamos reconocer delante de Él nuestra condición.
No le
eches la culpa al diablo de lo que has hecho, de lo que ocurrió, de lo que hoy
te frustra, yo siempre digo: Si eres hijo de Dios, aunque te caigas en el lodo
te levantaras, pues solo los cerdos se quedan revolcándose en el lodo.
Examina
tu vida, preocúpate por tu eternidad, por agradar a Dios y vivir en santidad,
no critiques, no juzgues, no te involucres en chismes, ni en murmuraciones
recuerda lo que dice La Palabra de Dios en Romanos 14:12 “De
manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.”
Deja
de culparte ya de lo que hiciste, deja atrás todo, valora lo que Dios hizo por
ti, lo que ha hecho y lo que seguirá haciendo, el enemigo te dirá que eres lo
peor, que no eres digno/a de ir a la presencia de Dios, pero no creas en sus
mentiras, es tiempo que reconozcas que aunque vayas a la iglesia y seas “cristiano”
necesitas de una relación con Dios personal, más que cuatro paredes y gente, Él
quiere tener una relación íntima contigo, no la pierdas por lo que hayas hecho,
decide, hay mucho que vivir aún, pues Dios te ha dado una misericordia y creo
que te seguirá dando aún más, pero debes arrepentirte, reconocer y seguir
caminando, no pierdas tu propósito, tu llamado por lo que ayer te hizo dañó.
“Y
ahora, Dios le dice a su pueblo: «No recuerden ni piensen más en las cosas del pasado. Yo voy a
hacer algo nuevo, y ya he empezado a hacerlo.
Estoy abriendo un camino en el desierto y haré brotar ríos en
la tierra seca.” (Isaías 43:18-19)
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