“Porque
así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos
justos.” (Romanos 5:19)
El apóstol
nos enseña que nuestras elecciones en cuanto a obedecer o no obedecer no sólo
nos afectaran a nosotros, sino también a muchas otras personas a nuestro alrededor.
Podemos
ver ejemplos en la Palabra, los
israelitas pudieron experimentar el
fruto de la desobediencia luego de su salida de Egipto. Si ellos hubiesen
obedecido a Dios, cuanto mejores hubieran sido sus vidas.
“No endurezcáis vuestros corazones, Como en la
provocación, en el día de la tentación en el desierto, Donde me tentaron
vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras
cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa
generación, Y dije: Siempre andan vagando en su
corazón, Y no han conocido mis caminos. Por
tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.”
(Hebreos 3:8-11)
Muchos murieron, y sus hijos
igualmente en el desierto. Porque no se quisieron someter a Dios, sus hijos
fueron afectados por sus malas decisiones, y así mismo sucede con los nuestros,
quizá tú no seas padre, ni madre, pero más de alguien que este leyendo esto lo
es, y sabes bien que las consecuencias caen a nuestra vida por las malas
decisiones y afectan hasta a nuestros hijos.
Hace unos días, mi hijo me dijo: “Papá,
tengo algo que decirte, y quizá puede ser que llores, pero escúchame. He estado
pensando en ti y en mamá, y en los años que has dedicado al ministerio, y en
todas las veces que elegiste obedecer a Dios y cómo muchas veces no te dio ningún
resultado fácil, me doy cuenta papá, que tú has pasado cosas que nadie conoce,
quiero que sepas que hoy Dios me hizo tomar conciencia de que me estoy
beneficiando muchísimo a causa de tu obediencia y te lo agradezco por completo”.
Lo que mi hijo me dijo significo muchísimo
para mí, y me recordó a romanos 5:19 “Porque así como por la desobediencia de
un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la
obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.”
Cuando decides obedecer a Dios, eso también
afecta a los demás. Y cuando tomas la decisión de desobedecer a Dios, eso también
les afectará, tu puedes escoger desobedecer a Dios y permanecer en el desierto,
pero, por favor, ten en cuenta que si ya tienes hijos o si alguna vez quieres
tenerlos, tus decisiones los mantendrán a ellos también en el desierto.
Nuestros hijos pueden llegar a
arreglárselas para salir de allí cuando crezcan, pero puedo asegurarte que
pagarán un precio por tu desobediencia. La obediencia es una elección a largo
plazo; cierra la puerta del infierno y abre las ventanas del cielo, y tiene el
poder de afectar a muchos. Sólo piensa en esto: Por la disposición de Jesús a
ser obediente, incontable multitud de personas serán llevadas a la reconciliación
con Dios.
Tu vida ahora podría estar mejor si
en el pasado hubieras obedecido a Dios. Si hay un ciclo de desobediencia en tu
familia, o entre tus amigos, ¿Por qué no lo rompes negándote a ser
desobediente? Dile a Dios que quieres obedecerlo y pídele que te ayude, de esa
manera, ¡Tú y tus hijos se prepararán para recibir grandes bendiciones!