“En cuanto a la pasada manera de
vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos” (Efesios 4:22)
Sabemos que como seres humanos
tenemos hábitos y costumbres que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida.
Estos hábitos y costumbres son
diferentes en cada persona, algunos pueden tener hábitos buenos y otros han
adquirido hábitos malos. Todo esto depende de la vida que hemos llevado y las
circunstancias por las que nos ha tocado pasar.
Cuando nosotros llevamos una vida sin
Cristo lo más probable es que todas las cosas que nosotros aprendamos sean
malas, por lo tanto tendremos costumbre que son perjudiciales a nuestra vida.
Pero mientras vivimos esa vida
alejados de Dios, muchas veces no nos damos cuenta que en realidad nuestras
acciones son males, en otras ocasiones si conocemos que están mal pero como no
existe un temor hacia Dios no le tomamos mucha importancia y las seguimos
practicando.
Y vemos que nuestra vida en repetidas
ocasiones está llena de fracasos y de metas no cumplidas, pero nos hemos
acostumbrado tanto a eso que no hacemos un esfuerzo por salir del hoyo en el
que nos encontramos y seguimos cometiendo los mismos errores y practicando los
mismos malos hábitos y costumbres.
Pero cuando dejamos que la
misericordia de Dios actué en nosotros, su Espíritu nos revela todas esas cosa
que habíamos venido haciendo, que solamente eran perjudiciales para nuestra
vida.
En este momento tenemos una visión
más clara de nuestros malos actos, y sabemos que hay ciertas aéreas de nuestra
vida que debemos de mejorar para ser agradables ante los ojos de Dios. Cuando
le abrimos las puertas de nuestro corazón a Dios, Él nos dio un nuevo comienzo
y esa es una de las infinitas promesas que Dios tiene para sus hijos.
Dios quiere que como sus hijos
reflejemos ese nuevo comienzo que nos ha regalado, Él quiere que nuestra vida
sea diferente que las personas puedan ver ese cambio que solo su Espíritu puede
lograr en las personas.
Pero esta maravilla no la vamos a poder alcanzar si de nuestro interior no
nace la voluntad por dejar que sea Dios quien controle nuestra vida.
“De modo que si alguno esta en
Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.” (2 Corintios 5:17)
Si nosotros verdaderamente nos hemos
convertido a Dios, si en verdad nosotros hemos hecho realidad que Dios es
nuestro Señor y Salvador. Nuestra vida de ahora tiene que ser completamente
distinta a la que teníamos antes de conocer a Cristo.
Hoy en día hay un problema grande en
nosotros como cristianos, queremos vivir nuestra vida de “hijos de Dios” de la
misma forma que vivíamos antes.
Realizando las mismas malas
costumbres, practicando los mismos malos hábitos que lo único que ocasionan es
que las personas hablen de nosotros, pero más que hablen de nosotros estamos
permitiendo que hablen de Dios.
Cuando todo esto pasa en nuestra vida
es porque realmente no nos hemos entregado a Dios, no existe en nosotros un
compromiso de fidelidad hacia Él.
Creemos que por ir a la iglesia y
haber confesado que Jesús es nuestro Señor, eso es más que suficiente y que con
eso nosotros hemos sido limpios de nuestros pecados y Dios nos ha regalado
salvación.
Pero a la luz de su palabra nos damos
cuenta que si nuestra conversión ha sido genuina tiene que haber en nosotros un
cambio de lo viejo a lo nuevo.
Por lo tanto no podemos pretender que
somos hijos de Dios dando un mal testimonio. Dios quiere que en nosotros haya
un propósito y voluntad por dejar nuestra vieja forma de vivir por esa nueva
vida que Él nos quiere regalar a través de la sangre de Jesús.
Pero todo este cambio depende
únicamente de nosotros, depende del compromiso que nosotros hayamos adquirido
con Dios.
“haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento” (Mateo 3:8)
Como hijos de Dios debemos dar esos
frutos de arrepentimiento. ¿Qué implica esta acción?
Que como conocedores de lo que le
agrada y lo que no le agrada a Dios, vamos a evaluar nuestra vida y con la guía
de Dios lograremos visualizar cuales son todas aquellas cosas que en nuestra
vida deben ser cambiadas y que aspectos son los que tenemos que mejorar.
Jesús lo hizo todo por nosotros al
dar su vida en una cruz y así darnos la vida eterna, ahora nos toca dar a
nosotros un poco de todo lo que Él nos ha dado.
Luchemos contra todas esas asechanzas
que el enemigo quiere poner en nuestro camino, para que no sigamos caminando
junto con Cristo.
Dejemos que sea su Espíritu Santo el
que reine en nuestras vidas, que tome control de nosotros para que con su ayuda
podamos cambiar todo eso que no le agrada a Dios y que nos impide tener una
bueno comunión con Él.
Visítanos en Facebook:
http://www.facebook.com/pages/Tu-Unica-Alternativa/194021963941574
http://www.facebook.com/Tuunicaalternativa
http://www.facebook.com/pages/Tu-Unica-Alternativa/194021963941574
http://www.facebook.com/Tuunicaalternativa
No hay comentarios:
Publicar un comentario