Como hijos de Dios sabemos que Satanás atenta
contra nosotros y pelea día tras día por nuestras almas, pero; Dios nos ha
proveído algo valioso para enfrentarnos efectivamente con él: la armadura de
Dios. Tú ¿la llevas puesta?
Efesios
6:14-17: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la
verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el
apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe,
con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la
espada del Espíritu, que es la palabra de Dios…”
La Biblia nos habla muy claro de esta
armadura, y como puedes ver no le hace falta nada. Como cristianos se nos ha
dicho que nos ciñamos con el cinturón de la verdad. Este cinturón no es el
físico sino el del “entendimiento” (1 Pedro 1:13). El cinturón que aplica para
este propósito es la verdad y como Juan 17:17 nos dice: “la Palabra de Dios es
verdad”. En otras palabras, no estaremos listos para la batalla, con el
cinturón puesto, hasta que nos hayamos “ceñido” el entendimiento con la verdad,
la Palabra de Dios.
La coraza de justicia: La tarea de la coraza es
la de proteger el pecho y especialmente el corazón, mientras te hayas puesto
esta coraza, es decir; mientras que hayas puesto en lo profundo de tu mente que
eres justo ante Dios ahora y siempre, sin obras, tendrás tu corazón guardado de
cosas tales como condenación y otras enfermedades similares causadas por el
diablo. Ahora, la pregunta es, ¿tienes puesta la coraza? ¿Qué haces cuando el
pecado te grita? ¿Cuando va contigo a todos lados? ¿Te vas de largo o enfrentas
al pecado con tu coraza puesta?
El calzado del evangelio: Los zapatos, es la
tercera parte de la armadura que deberíamos de llevar siempre. Cuando sales de
tu casa, no sales sin tus zapatos puestos, es más; no te atreverías a salir
descalzo. Los zapatos que como cristianos debemos ponernos es “la disposición
de proclamar el evangelio”. Marcos 16:15 dice “Y les dijo: Id por todo el
mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Dios nos manda a que hablemos
de su palabra en el lugar que sea y donde sea. En el lugar donde trabajas, en
la Universidad donde estudias, en tu colonia, etc, ¿te has encontrado con
personas que necesitan escuchar de Dios y por pena o temor a ser rechazados no
lo has hecho? ¿Será que has cambiado tu calzado por calcetines?
Cuando
te preocupes por llevar el evangelio,
cuando veas a una persona necesitada de Dios y te mueras de ganas por
hablarle de sus maravillas, cuando muevas cielo y tierra para llegar a esas
almas que aún no conocen de Jesucristo; será una señal que llevas puesto el
calzado del evangelio. ¿Te animas a cambiar el calzado que llevas puesto por el
que Dios te pide? El momento es AHORA.
El escudo de la fe:
Efesios 6:16 "Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que
podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno".
Tomar
el escudo de la fe significa simplemente creer en lo que Dios ha dicho. El
conocimiento de la Palabra de Dios no es fe necesariamente. Puede que conozcas
toda la Biblia y todavía no la creas. Sin embargo, el conocimiento es un
requisito previo de la fe. Sin tener el conocimiento de la Palabra ¿qué es lo
que vas a creer? ¿Tus ideas? ¿Religión? Eso de nada te va a aprovechar. Solo
creyendo lo que Dios dice, tendrás protección semejante a la protección que el
escudo da a un guerrero de Dios. ¿Cómo te enfrentarías a un católico que tiene
su fe bien puesta? Es momento de tomar el escudo y defendernos.
La espada del Espíritu
Santo. Una
vez más, podemos ver qué importante es el conocimiento preciso de la Palabra de
Dios. Obviamente, el conocimiento al cual se refiere aquí no es simple
conocimiento intelectual. Es el conocimiento que ha pasado de las partes
externas de la mente al corazón. Entre más Palabra hayas puesto en tu corazón
más filosa será la espada que tienes. Y como Hebreos 4:12 dice: “Porque la
palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos”.
La Palabra de Dios es la mejor arma ofensiva que podemos tener y la única
mediante la cual podemos vencer al enemigo.
Ahora
que conoces sobre las partes de la armadura, te invito a que dejes tus viejas
vestiduras y que de ahora en adelante luzcas la armadura que Dios te manda. Efesios
6:13 dice “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir
en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes”
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