miércoles, 30 de enero de 2013

¿Tienes puesta la armadura?









Como hijos de Dios sabemos que Satanás atenta contra nosotros y pelea día tras día por nuestras almas, pero; Dios nos ha proveído algo valioso para enfrentarnos efectivamente con él: la armadura de Dios. Tú ¿la llevas puesta?

Efesios 6:14-17: “Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 

Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 

Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios…”
La Biblia nos habla muy claro de esta armadura, y como puedes ver no le hace falta nada. Como cristianos se nos ha dicho que nos ciñamos con el cinturón de la verdad. Este cinturón no es el físico sino el del “entendimiento” (1 Pedro 1:13). El cinturón que aplica para este propósito es la verdad y como Juan 17:17 nos dice: “la Palabra de Dios es verdad”. En otras palabras, no estaremos listos para la batalla, con el cinturón puesto, hasta que nos hayamos “ceñido” el entendimiento con la verdad, la Palabra de Dios. 

La coraza de justicia: La tarea de la coraza es la de proteger el pecho y especialmente el corazón, mientras te hayas puesto esta coraza, es decir; mientras que hayas puesto en lo profundo de tu mente que eres justo ante Dios ahora y siempre, sin obras, tendrás tu corazón guardado de cosas tales como condenación y otras enfermedades similares causadas por el diablo. Ahora, la pregunta es, ¿tienes puesta la coraza? ¿Qué haces cuando el pecado te grita? ¿Cuando va contigo a todos lados? ¿Te vas de largo o enfrentas al pecado con tu coraza puesta?

El calzado del evangelio: Los zapatos, es la tercera parte de la armadura que deberíamos de llevar siempre. Cuando sales de tu casa, no sales sin tus zapatos puestos, es más; no te atreverías a salir descalzo. Los zapatos que como cristianos debemos ponernos es “la disposición de proclamar el evangelio”. Marcos 16:15 dice “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Dios nos manda a que hablemos de su palabra en el lugar que sea y donde sea. En el lugar donde trabajas, en la Universidad donde estudias, en tu colonia, etc, ¿te has encontrado con personas que necesitan escuchar de Dios y por pena o temor a ser rechazados no lo has hecho? ¿Será que has cambiado tu calzado por calcetines?
Cuando te preocupes por llevar el evangelio,  cuando veas a una persona necesitada de Dios y te mueras de ganas por hablarle de sus maravillas, cuando muevas cielo y tierra para llegar a esas almas que aún no conocen de Jesucristo; será una señal que llevas puesto el calzado del evangelio. ¿Te animas a cambiar el calzado que llevas puesto por el que Dios te pide? El momento es AHORA.

El escudo de la fe: Efesios 6:16 "Sobre todo,  tomad el escudo de la fe,  con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno".
Tomar el escudo de la fe significa simplemente creer en lo que Dios ha dicho. El conocimiento de la Palabra de Dios no es fe necesariamente. Puede que conozcas toda la Biblia y todavía no la creas. Sin embargo, el conocimiento es un requisito previo de la fe. Sin tener el conocimiento de la Palabra ¿qué es lo que vas a creer? ¿Tus ideas? ¿Religión? Eso de nada te va a aprovechar. Solo creyendo lo que Dios dice, tendrás protección semejante a la protección que el escudo da a un guerrero de Dios. ¿Cómo te enfrentarías a un católico que tiene su fe bien puesta? Es momento de tomar el escudo y defendernos.

La espada del Espíritu Santo. Una vez más, podemos ver qué importante es el conocimiento preciso de la Palabra de Dios. Obviamente, el conocimiento al cual se refiere aquí no es simple conocimiento intelectual. Es el conocimiento que ha pasado de las partes externas de la mente al corazón. Entre más Palabra hayas puesto en tu corazón más filosa será la espada que tienes. Y como Hebreos 4:12 dice: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos”. La Palabra de Dios es la mejor arma ofensiva que podemos tener y la única mediante la cual podemos vencer al enemigo. 

Ahora que conoces sobre las partes de la armadura, te invito a que dejes tus viejas vestiduras y que de ahora en adelante luzcas la armadura que Dios te manda. Efesios 6:13 dice “Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes”

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