lunes, 21 de enero de 2013

El precio de la historia








“En Él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”. (Efesios 1:11-12)

Creo que de la gran mayoría es conocido ya el programa que se llama “El precio de la historia”. Sin embargo, esta vez no vengo a hablar de hombres, ni de riquezas, ya que ninguna de esas dos situaciones es predicada por nuestro Señor Jesús.

Ahora bien, hubo un momento en el que el precio de la historia parecía tomar un rumbo, para muchos, un poco sorprendente. Uno de los suyos, uno que comió con Él, uno que anduvo con Él, le había vendido por 30 monedas. ¿Es ese el precio de la historia? ¿30 monedas? 

El precio de la historia, algunos los ven de menos, algunos dicen no creer en Él, otros ni tan siquiera se han enterado. Sin embargo, en estos momentos quiero que te preguntes ¿Cuál es el precio de la historia? Es claro que el precio de la historia es la sangre de nuestro Señor Jesús, eso sin duda. Pero, no me refiero a ese precio de la historia.

¿Cuánto vale tu historia?
¿Por cuánto has vendido la santidad de la que la Biblia habla?
¿Por qué has cambiado la voluntad perfecta de Dios?
 ¿Para dónde te has ido?
 ¿Por qué no estudias la Biblia?
 ¿Por qué no oras? 

Es sencillo, porque el precio de la historia de tu vida, no te has enterado que ya se pago en la cruz del calvario. Has olvidado lo esencial de un hijo de Dios y eso es vivir para la gloria de Dios. Vivir para la gloria absoluta de Dios.

¿Sabes por qué has cambiado a Dios? Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. (Mateo 6:21) ¿Ése es el precio de tu historia? Cambiar a Dios por unas moneditas, cambiar a Dios por una mujer o un hombre, cambiar a Dios por la pornografía, cambiar a Dios porque alguien te dijo que te va a dar un automóvil, cambiar a Dios por NADA. 

El precio de la historia ya lo pagó nuestro Señor Jesús en ese madero. Él murió por nosotros sabiendo que también lo vamos a traicionar. Él murió en esa cruz y “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”. (Juan 19:30) Debemos entender que no son palabras de hombres lo que va a cambiar tu vida. Es el Santo Espíritu de Dios lo que obrará en nosotros. 

Paremos ya de corromper el evangelio, paremos ya de prostituir el nombre de Dios y venderlo al mejor postor. Paremos ya de engañar a la gente. Lo que Jesús vino a predicar fue “Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna”. 1 Juan 2:25 ¿Qué más necesitamos? ¿Qué más queremos? ¿Estamos viviendo para lo que hemos sido creados? ¿O simplemente estamos prostituyendo el evangelio?

Jesús no dijo carro, no dijo casa, no dijo trabajo. Si bien es cierto, Dios te puede bendecir, claro sin duda alguna. Pero, lo hace bajo Su soberana voluntad y por misericordia. Basta de predicar cosas que en la Biblia no están y nuestro Señor Jesús NUNCA enseñó. El evangelio es vivir para la gloria de Dios. Ojo, no estoy diciendo que Dios no te  puede bendecir, claro que sí. Pero, nuestro objetivo NUNCA deben ser las bendiciones. Porque Dios no es un milagrero. Nuestro objetivo principal, como hijos de Dios, es vivir para la gloria de aquel que nos ha salvado. Ése es el precio de la historia, ése es el precio que te va a costar, ¿A mí me costará algo? ¡Sí! 

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. (Mateo 16:24) Claro está, no te estoy diciendo que vas a ser salvo por tus obras o porque eres bueno, por supuesto que no. A lo que me refiero es que ése es el precio de la historia, vivir en santidad, vivir para la gloria de Dios. El precio de la historia ya lo pagó nuestro Señor Jesús, ya no lo cambies más.



http://tuunicaalternativa2.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario