Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Juan 8:32
¿Cómo nace la convicción? Algunos creen que a partir de la repetición. Y piensan de la siguiente manera: <<Si repito una verdad hasta aprendérmela de memoria entonces esa verdad se convertirá en mi convicción>>. No todos lo dirían de ese modo, pero este concepto, a veces se nota en el sistema educativo de hoy y también en la iglesia.
Existe la creencia de que el aprendizaje tiene que ver con repetir verdades. Hace un tiempo comencé a analizar esta idea a la luz de mi propia experiencia, y descubrí que mis convicciones más profundas no tienen que ver con verdades que he repetido sino con verdades que he puesto en duda y acerca de las que he discutido.
Aquellas cosas que no me he tragado por repetirlas y que he tratado de entender en serio a través de mi pensamiento crítico son las cosas que verdaderamente comprendo y creo. El problema no es tener dudas. El problema es conformarse con ellas.
Estancarse allí y no intentar descubrir la verdad es lo que ha hecho que muchos vean a los cristianos como una tribu de ignorantes. Dios no tiene ningún problema con que nos hagamos preguntas difíciles, con que nos cuestionemos y usemos nuestro sentido crítico en búsqueda de la verdad. Si queremos tener verdaderas convicciones debemos entender y no solamente repetir, así que la duda es un buen comienzo. El problema constituye solo quedarse en ella.
Punto de reflexión:
¿Cuáles son tus dudas?
¿Qué debes hacer con ellas?
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