lunes, 18 de julio de 2011

Una leyenda en tu mente


Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. Romanos 12:3

¿Quieres saber uno de los secretos para permanecer en la voluntad de Dios, para evitar salirte del camino? ¡No tengas un concepto exagerado de ti mismo!

Proverbios 16:18 dice: “Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso.” ¡Cuántas veces hemos visto eso confirmado! Cuántas veces vemos a los creyentes meterse en problemas porque tienen una idea pretenciosa de sí mismos. Yo lo he vivido y en estos últimos meses con creyentes de mi alrededor. Ellos comienzan a pensar que son tan listos que lo tienen todo resuelto. Por consiguiente, el próximo paso que advierte es que creen que tienen que poner a todos los demás en orden. En vez de dejar que Jesús sea la cabeza de la iglesia, ellos sienten que deben intervenir y hacer el trabajo.

Una vez que eso sucede, es sólo un asunto de tiempo antes de que ellos fracasen por completo. ¿Por qué? ¡Porque la Biblia dice que Dios se opone a los orgullosos! (1 Pedro 5:5)

No te pongas en su posición donde Dios tenga que resistirle. Clasifica sobriamente tus propias capacidades. Adopta una actitud de humildad. Vigílate y cuando te sorprendas a ti mismo envaneciéndote con tu propia grandeza, arrepiéntete y recuerda que todo lo bueno que tu disfrutas  y cada parte del éxito que has tenido viene por la gracia de Dios y por su poder.

Recuerda épocas pasadas en tu vida y ve cuantas veces pudiste haber perdido lo que Dios te había dado, no porque Dios te lo haya quitado. Ve cuantas veces, cuando tropezabas cometiendo cada error imaginable, Su tierna y preciosa misericordia te sacó del apuro.

No te conviertas en una leyenda de tu mente. En lugar de eso, humíllate bajo la poderosa mano de Dios y deja que Dios haga la exaltación, que previene las doloras caídas. No hay nada mejor que estar postrado ante los pies de nuestro salvador día a día.

Lee y medita: 1 Pedro 5:5-7; Santiago 4:6-17

domingo, 17 de julio de 2011

Anorexia espiritual



Jesús le respondió: - Escrito está: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios." Mateo 4:4

“En la pared del cuarto de estar de una familia modesta, llama la atención un cuadro insólito colgado allí. Se trata de un billete de banco extranjero de un importante valor, bien enmarcado bajo vidrio. El dueño de casa cuenta que en 1944 sus padres habían ocultado y cuidado a un oficial paracaidista enemigo, quien al irse les había dado este billete en agradecimiento. Lo habían guardado cuidadosamente como recuerdo. Grande fue la sorpresa de esa familia cuando se enteró que ese billete, al cambiarlo en el banco, permitiría pagar varios meses de alquiler. Allí estaba un pequeño tesoro, bien conservado, disponible, pero no era utilizado.”


¿Y si en tu casa, tú que lees esta historia, se hallara también un tesoro no valorado? ¿Quizás una Biblia que te han regalado y esté tirada en un estante o en una repisa? ¿No la has leído? ¡Qué pérdida!


Muchas veces nos quejamos de que Dios no nos responde, nos entristecemos al caer una y otra vez en la misma tentación, decimos que no sabemos cómo superar una situación, y yo creo que esto es por algo que denomino “Anorexia espiritual”. Así como la anorexia física trae debilidad y fragilidad al cuerpo, la anorexia espiritual nos hace frágiles y débiles de espíritu.


La anorexia espiritual se da cuando no nos fortalecemos leyendo la Palabra de Dios. En 2 Timoteo 3:16-17 dice que “Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir. De ese modo, los servidores de Dios estarán completamente entrenados y preparados para hacer el bien.” Lee bien: La Palabra de Dios ENSEÑA, AYUDA, CORRIGE y nos muestra cómo vivir. A veces decimos que Dios no nos responde, cuando en realidad seguramente ya en Su palabra está la respuesta, es sólo que nosotros no sabemos leerla.


Tú dirás “Es aburrida”, “Es sólo un libro”, “Ya la he leído de tapa a tapa”, “No tengo tiempo”. Pero déjame decirte algo: Sin ella no puedes vivir. Dios te envió aquí con un propósito, tampoco es casualidad que estés leyendo éste devocional, ¡Él quiere que leas Su Palabra y descubras lo que hace tanto tiempo quiere decirte! Su Palabra es el alimento espiritual que NECESITAMOS para cumplir con lo que Dios nos pide.


Rick Warren, un famoso escritor, dice que “La Biblia es mucho más que una guía doctrinal. ¡Genera vida, crea fe, produce cambios, asusta al diablo, realiza milagros, sana heridas, edifica el carácter, transforma las circunstancias, imparte alegría, supera la adversidad, derrota la tentación, infunde esperanza, libera poder, limpia nuestras mentes, hace que las cosas existan y garantiza nuestro futuro para siempre! ¡Aleluya! ¡No podemos vivir sin la Palabra de Dios! Nunca la menosprecies.”


La Biblia es la mismísima Voz de Dios, ¿No lo entiendes aún?. En ella deberíamos de fijarnos antes de tomar decisiones, en ella deberíamos de buscar consejo antes de desesperarnos, en ella deberíamos de buscar la ayuda de Dios, en ella deberíamos de ver cuál es el camino a seguir, ella debería de ser la guía de nuestra vida.


Dedícate un tiempo en el día a leerla, a aprender de ella, te aseguro que no imaginas las cosas que aprenderás y que tú mismo terminarás enseñando con tu nuevo modo de vivir. Nada te cuesta dejar treinta minutos la televisión o la computadora, y sentarte a leer lo que Dios te quiere decir.


Jesús nos dice “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Entonces ¿Qué esperas para conocer la verdad? ¿Qué esperas para librarte de todo aquello que te tiene atado/a a una situación y buscar la respuesta de Dios? ¿Qué esperas para darle el verdadero uso a la Palabra de Dios? Recuerda que tienes un gran tesoro en tus manos, aprende a usarlo. ¡Ya deja esa Anorexia espiritual que tienes, y empieza a comer, tragar y engordar con la Palabra de Dios! Dicen que cuando lees la Biblia el diablo se asusta, pero si pones en práctica lo que la Palabra dice, el diablo sale corriendo y desaparece.



sábado, 16 de julio de 2011

El yo quiero y el debo


Pero si hago lo que no quiero hacer, en realidad no soy yo quien lo hace; sino el pecado que está dentro de mí. Romanos 7:20

Ella se llamaba Tina, a ti te hubiera encantado. Era el perfecto perrito casero. Un irresistible cachorro pequinés con la nariz aplastada. Una oreja caída y la otra levantada. Nunca se cansaba de jugar y nunca se fue a la calle. Su madre murió al nacer ella, de manera que el cuidado de la perrita recayó sobre mí. La alimentaba con leche, utilizando una botella de muñecas. También acostumbraba a sacarla por la noche para ver si ella tenía alguna necesidad. Nunca olvidaré la noche en que la llevé en la cama conmigo, solo para obtener su suciedad en mi almohada. Hacíamos una buena pareja. Fue mi primer roce con la paternidad.

Un día fui al patio trasero para alimentar a Tina. La busqué alrededor y la encontré en una esquina de la cerca. Había acorralado a una mariposa (tanto como se puede acorralar a una mariposa) y jugaba saltando y brincando en el aire, tratando de atraparla con su boca. Sorprendido la observé por unos pocos minutos y luego la llamé.

<< ¡Tina! ¡Ven acá, muchacha! ¡Es hora de comer!>>

Lo que pasó después me sorprendió. Tina dejó de jugar y me miró. Pero en lugar de correr inmediatamente en mi dirección, se sentó sobre sus patas traseras. Entonces comenzó a mover su cabeza para atrás hacia la mariposa, luego hacia adelante para mirarme a mí, nuevamente para atrás mirando hacia la mariposa y de nuevo adelante para mirarme a mí. Por primera vez en su vida ella tuvo que tomar una decisión.

Su <<yo quiero>> anhelaba perseguir la mariposa que la esperaba volando frente a ella. Su <<debo>> sabía que supuestamente debía obedecer a su amo. Una clásica lucha de la voluntad. Una guerra entre el <<quiero>> y el <<debo>>. Mi perrita afrontaba la misma situación que hemos afrontado cada uno de nosotros.

¿Saben ustedes lo que hizo? ¡Persiguió la mariposa! Ladrando y saltando, ignoró mi llamado y persiguió a esa cosa tonta hasta que voló sobre la acera. Entonces fue allí cuando sintió la culpa. Se detuvo en la cerca por un buen rato, sentada en las piernas traseras, mirando por donde la mariposa había volado. Lentamente la excitación de la persecución fue desapareciendo a medida que crecía la culpa por la desobediencia. Dio la vuelta dolorosamente y caminó a encontrarse con su dueño (para ser honesto, yo estaba un poco enfadado) tenía su cabeza agachada mientras cruzaba penosa y tristemente el patio. Se sintió culpable por primera vez en su vida.

Había violado su <<debo>> y caído en su <<quiero>>. Mi corazón se enterneció, y la llamé por su nombre otra vez. Sintiéndose perdonada, Tina saltó a mis manos. (Siempre fui una persona débil)

Ahora, tal vez estoy exagerando un poco. No sé realmente si un perro puede o no sentirse culpable. Pero sé que un ser humano sí puede. Y los efectos son los mismos, ya sea que el pecado sea tan leve como perseguir una mariposa o tan grave como serle infiel a tu pareja.

Así mismo el hombre entra en tentación, su  <<quiero>> es más fuerte que su <<debo>> y cuando ponemos en primer lugar el <<yo quiero>>  llevamos consigo la desobediencia. Adán y Eva cuando desobedecieron a Dios, conocieron personalmente el mal, ellos comenzaron a sentir la CULPA y la vergüenza, dejaron de tener su comunión con Dios, se cortó, se esfumó, se apagó.

¿Qué pasa cuando la comunión con Dios se corta? Siempre el ser humano por naturaleza, tiende a huir de la presencia de Dios en vez de acercarse, tiende a alejarse a hacer todo lo contrario a la voluntad de Dios. El pecado siempre roba la pureza y el gozo al alma que trae cuando hay comunión con Dios.

El hombre pecador vive así. Sintiendo culpa. Y no puede dejar de pecar, le gusta el pecado y cada vez cae más y más profundo. Pero ¡Que maravilloso es Dios! Jesús nos enseña el arrepentimiento y nos muestra la buena manera de vivir haciendo la voluntad de Dios, lejos del pecado y por lo tanto lejos de la CULPA. Es ahí la importancia de poner en primer lugar el <<debo>> y dejar atrás el <<Yo quiero>>, porque haciendo la voluntad de Dios y obedeciendo sus mandamientos viviremos lejos de la culpa.

viernes, 15 de julio de 2011

¿Dios quitó lo bueno o nosotros lo perdimos?


Clemente y misericordioso es Jehová, Lento para la ira, y grande en misericordia. Salmos 145:8

He de aceptar que esa frase es muy bonita “Dios quita lo bueno para darnos lo mejor”, pero ¿Qué pasa si nosotros lo hemos perdido?

Dios es inmenso en misericordia que incluso cuando nosotros somos los que nos metemos en problemas, Él corre a nuestro socorro. Pero, este día quiero que nos pongamos a pensar en todas esas oportunidades que nosotros hemos perdido por irresponsables.

Nos hemos excusado que Dios quita lo bueno, sí es verdad, pero nosotros, muchas veces, hemos perdido infinidad de oportunidades que Dios nos da para sobresalir en el ámbito que nos desempeñamos y no las hemos aprovechado.

Este ejemplo te puede sonar un poco ridículo, pero es verdad: El jefe se acerca donde el empleado, que es cristiano, y lo encuentra orando en lugar de trabajar, el patrón le dice “¿Qué haces Rodrigo? –A lo que Rodrigo responde- Oro y estoy hablando con Dios. El patrón un poco molesto le dice “¿Oye que tu Biblia no dice que para todo hay tiempo?” Rodrigo apenado solo pide perdón a su jefe y continúa realizando sus labores. 

Sé que puede parecer ridículo el ejemplo, pero créanme sucede. La intimidad con Dios, hará que en lo público Él te exalte ¿Cómo? En el aumento salarial que tanto estás pidiendo, el ascenso de posición en tu trabajo, la sanidad en tu amigo, familiar o en tu persona etc. Pero, como le dijo el patrón a Rodrigo para todo hay tiempo. Si estás trabajando, trabaja. A Dios también le estás glorificando con tu trabajo. 

Puedes preguntarte ¿Qué tiene que ver todo esto con el versículo leído? Es sencillo. Dios nos da todos los días para ser mejores en todos los ámbitos de nuestra vida. Pensamos que pecado solo es decir malas palabras, fornicar, fumar o beber. Pero déjame decirte que no. Los proverbios hablan claro que el hombre diligente prosperará en todos sus caminos. ¿Qué hacemos, entonces, orando cuando tenemos que estar trabajando? No digo que no hay que orar, claro que sí, pero para todo hay tiempo. 

Tu testimonio como hijo de Dios va más allá de portarte bien o no. Tu testimonio como hijo de Dios también está en la responsabilidad en tu trabajo, estudios o cualquier labor que desempeñes. No seamos piedra de tropiezo, siendo irresponsables en nuestro proceder diario. 

Lo primero que las personas dicen al ver esas actitudes es: “Y dice que es cristiano y es el último en llegar al trabajo, el primero en querer irse. También va en los últimos en las metas laborales. Y dice que es cristiano. No, para ser así, mejor sigo igual.” 

Habla de las maravillas de Dios con todo tu ser. Dios es lento para la ira, no quiere decir que no nos vaya a disciplinar, dice que nos tiene paciencia en nuestro caminar; porque Él sabe que vamos a errar. Pero, que eso no sea excusa para no ser mejores hijos todos los días.



jueves, 14 de julio de 2011

Y ustedes, ¿Cuándo es que me van a responder a Mi?


No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas de Satanás. Yo no soy de este mundo, y tampoco ellos lo son. Tu mensaje es verdad; haz que al escucharlo, ellos se entreguen totalmente a ti. Los envío a dar tu mensaje a la gente de este mundo, así como tú me enviaste a mí. Toda mi vida te la he entregado, y lo mismo espero que hagan mis seguidores. Juan 17:15-19

“Señor, ¿Cuánto falta para que me quites este dolor?”, “Dios mío, ¿Cuándo me darán el ascenso en mi trabajo?”, “Papá, ¿Cuándo tendré mejor relación con mi familia?”, “¿Cuándo me libraré de todo lo que me impide crecer?”. A veces parece que cuando le preguntamos estas cosas a Dios, Él no responde. Yo creo que a veces los que deberíamos de responder somos nosotros. Siempre esperamos que Dios nos responda inmediatamente, pero nosotros no le respondemos inmediatamente a Él.

Hace unos días, pensaba en las situaciones por las que pasé y en las que estoy atravesando, y me daba cuenta que en cierto punto le exigimos a Dios respuestas. Constantemente imaginaba cómo sería Dios, no como un hombre anciano de barba blanca y todo vestido de blanco, sino como una figura que de tanta luz no sea posible verlo, algo totalmente sobrenatural pero que sin duda lo podemos sentir. En ese momento, de repente escuché que Él me preguntó: Y ustedes ¿Cuándo es que me van a responder a Mi?

No entendí a lo que el Señor se refería, en mi interior pensaba “¿Qué es lo que debo responderle?”. Allí entendí que lo que debemos de responderle a Dios no es una pregunta, sino que debemos responder a Su llamado. Déjame explicarte. Jesús un día estaba hablando con sus discípulos, siempre enseñándoles y guiándolos hacia la verdad. Dice la Biblia, que cuando terminó de hablar con ellos, miró al cielo y empezó a orar lo siguiente:

“No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas de Satanás. Yo no soy de este mundo, y tampoco ellos lo son. Tu mensaje es verdad; haz que al escucharlo, ellos se entreguen totalmente a ti. Los envío a dar tu mensaje a la gente de este mundo, así como tú me enviaste a mí. Toda mi vida te la he entregado, y lo mismo espero que hagan mis seguidores.”

¿Por qué Jesús no pidió a Dios que nos quite del mundo? Porque para eso fuimos llamados. Si Dios hubiera querido quitarnos del mundo, desde el momento en que aceptamos a Cristo hubiéramos sido arrebatados y listo, fin de nuestra misión en la tierra. Entonces ¿Para qué nos dejó en este mundo? Jesús en su oración lo ha dicho claro: “los envío a dar tu mensaje a la gente de este mundo, así como tú me enviaste a mí”. Estamos acá para responder Su llamado, estamos en esta tierra porque fuimos elegidos, y no sólo eso, sino que estamos con la Protección de Dios; ¡Jesús hace más de dos mil años pidió a Dios que nos protegiera del enemigo!.

La Palabra de Dios, el mensaje de Dios es VERDAD y la verdad te transforma. Jesús decía: “Haz que al escucharlo, ellos se entreguen totalmente a ti”. La Palabra de Dios es diferente a cualquier otra palabra: Es viva. Cuando escuchamos el mensaje de Salvación de Cristo, algo tuvo que haberse movido en nuestro corazón, tuvo que haber accionado en nuestro interior un deseo por vivir más como Jesús, una pasión por conocer más a quien nos creó y nos salvó. Nuestra misión es hacer que más personas conozcan lo mismo que se nos dio a conocer a nosotros.

Estamos llamados a entregar totalmente nuestra vida a Dios. ¡Eso es lo que Dios quiere que respondamos! Responder, según el diccionario, significa: Corresponder con una acción a la acción de otra persona; mostrarse agradecido; dar una persona muestras de que ha oído una llamada. Dios nos llama a enviar su mensaje, es tiempo de que respondamos. Es tiempo de mostrarnos agradecidos por lo que Él ha hecho por nosotros, es tiempo de accionar, tenemos que demostrarle que estamos dispuestos a obedecer Su llamado.

Cuando empezamos a ocuparnos de lo que Dios nos está pidiendo, Dios empieza a ocuparse de lo que nosotros le estamos pidiendo. En Lucas 12:29-31 dice “Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero el Padre sabe que ustedes las necesitan. Ustedes, por el contrario, busquen el reino de Dios, y estas cosas les serán añadidas.” Ya deja de atormentarte con las situaciones o ataduras que tienes en tu vida, y empieza a ocuparte más de los asuntos del reino de Dios porque para eso fuiste llamado. ¡Deja que Dios se ocupe a Su tiempo de tus asuntos, y tú ocúpate de los de Él porque para eso te eligió!. Cuando empiezas a vivir para Dios, en vez de perseguir bendiciones como lo has hecho hasta ahora, las bendiciones te empezarán a perseguir a ti.

Dios nos está llamando y nos pregunta con amor: Y ustedes ¿Cuándo es que me van a responder a Mi?

miércoles, 13 de julio de 2011

Nunca es seguro mirar al futuro con temor


Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Hebreos 11:1

La fe es la convicción de lo que no se logra ver.

Es mirar al futuro con ojos de confianza y seguridad. Lo contrario a la fe es la duda y el temor. Todos sabemos que Dios eligio la fe como el camino de la salvación y de la vida abundante; eso quiere decir que vivir con fe es igual a caminar de la mano de Dios.

Mirar al futuro con temor es mirar al futuro sin Dios en el panorama. La fe dice: " Con Dios todo es posible". La falta de fe dice: " Es imposible, vamos a fracasar". La fe dice: "Podemos intentar algo nuevo porque si Dios está de nuestro lado vamos a lograrlo" la falta de fe dice: "Vamos a lo lógico y seguro".

Con fe podemos crecer, pero sin fe nos estancamos y cumplimos simplemente con lo rutinario. Con fe creamos cosas nuevas, pero sin fe apenas nos mantenemos; y eso constituye un gran peligro porque mantenerse en lo rutinario aburre y desanima.

Conozco muchos adultos que dicen tener fe en Dios y que saben vivir por fe. Sin embargo, no los veo intentar cosas nuevas para Dios y no los veo crecer en su vida espiritual. Siempre están en el mismo punto y tienen temor de cambiar. Sin lugar a dudas, eso es falta de fe; porque es mirar al futuro con temor en los ojos.

Mirar a los grandes líderes de la historia de la iglesia es ver hombres y mujeres llenos de fe. Ellos entendieron que la fe era acción y riesgo, y nunca una actitud pasiva o un simple "si creo".

Corrie Ten Boom estuvo en un campo de concentración nazi donde era imposible creer que uno sobreviviría. Tiempo despúes de salir, ella dijo: "La Fe es como un radar que penetra la neblina, la realidad de las cosas, y llega a una distancia que el ojo humano no puede ver". Ella vivió su presente con la seguridad que le daba su fe en Dios.

A nuestra generación hoy le toca vivir en un tiempo de sospecha, de realismo y de rutina mecánica. Dice la Biblia que dejarse llevar por la corriente de este mundo es oscurecer la vida.

La iglesia debe ser una fuente de esperanza, de buenas noticias y de fe. Mirar al futuro sin fe es inseguro y solo nos conducirá a una vida mediocre, calculada y aburrida. Te invito a seguir viviendo la aventura de la fe.

Punto de reflexión:

¿Cómo miras al futuro?
¿Cómo puedes aplicar la fe a tu vida?



martes, 12 de julio de 2011

En una plática


¡Ja! Yo soy el más alto de todos, dijo la Secouya. ¡Estás loco! Afirmó la Ceiba, tú puedes ser más alto, pero yo soy más fuerte y ancho. Sonriendo el árbol de coco les dijo: Puede que ustedes sean más altos, fuertes y anchos; pero yo tengo una fruta que es capaz de generar diversos usos. Soy capaz de que beban mi agua, que coman mi fruto y mi fruto hasta protege del sol. A lo lejos un pequeño arbusto les dijo: ¿Por qué discuten? – Todos al mismo tiempo gritaron- ¡Vete de aquí ingenuo arbusto! ¡¿Tú que sabes de altura y fuerza?!

El pequeño arbusto con una sonrisa dulce les dijo: Es probable que no sepa de fuerza, es probable que no sepa de altura, pero, Yo sé que es tener flores, que el polen de mis flores den vida a más flores, que los animalitos pequeños e indefensos se cubran bajo mis hojas. La Secuoya, la ceiba y el coco rieron todos juntos. Se burlaron tanto del pobre arbusto que los animales, hojas, frutos y sus ramas cayeron al suelo. Desprotegidos todos los animalitos corrieron bajo el arbusto. Los gigantes quedaron sorprendidos y llenos de pena. Al contrario del pequeño arbusto. En sus hojas los gusanos anidaron, para luego convertirse en hermosas mariposas, en sus pequeñas ramas los pajaritos hicieron sus nidos.

Todas las abejas acudieron a él para pasar el polen de sus flores a los otros arbustos. Tristes los enormes árboles, sin ramas, frutos ni vida en anidando en ellos, no tuvieron más remedio que callar y llorar amargamente arrepentidos de sus actos.

Pero, para sorpresa de los enormes árboles el sol sale todos los días y brilla con todo su esplendor, para dar vida, para adornar las ramas y hacer que vivan en todo su esplendor. El arbusto solo les dijo “Nunca olviden que nuevas son cada mañana”.

La Biblia dice en Salmos 91:1 “El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente” No por ser más alto, fornido, robusto y gigante; hemos de tener de menos a las personas. Nunca tengas de menos a nadie. La felicidad de las personas no es por cuanto tienes, la felicidad de las personas es por cuanto dan. Así es el Dios en el que creemos. Dios nos ha dado sin merecerlo, lo malo es que eso se nos olvida.

En el momento que olvidamos que es por gracia, misericordia y amor; creemos que “nuestras buenas obras” han movido el corazón de Dios. El corazón de Dios nos ha regalado bendiciones, porque Él es el amor, no porque lo merezcamos. Muchas personas van a volar más alto que nosotros, pero nunca permitas que aniden en tu cabeza. Aprende de ellos, sí. Pero, aprende más del Dios de lo alto que en Él nuevas son cada mañana. No menosprecies a nadie por su estatura o posición económica. Siempre vamos a aprender de ellos. Créeme aprenderás muchísimas cosas de ellos. Te cito un ejemplo: El rey David. 

lunes, 11 de julio de 2011

No tengas miedo... ¡Atrévete!


Ahora bien. ¿Cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: ¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas! Romanos 10:14-15

Pasamos bastantes horas disfrutando de diversas actividades con nuestros amigos, y hablamos de muchas cosas diferentes. Sin embargo, ¿cuánto tiempo dedicamos para hablarles a otros de nuestro Salvador? En mi caso, no siempre tanto como debería. Esto no tendría que ser así porque estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe para que otros puedan ser salvos al igual que nosotros.

Nosotros afirmamos que tenemos muchos amigos y que los amamos, o al menos los apreciamos. Una parte fundamental de la amistad es preocuparnos por ellos, y aun más, saber que va a pasar con ellos después de la muerte.

Es bonito tener amigos en esta vida porque ellos son personas que siempre están ahí cuando los necesitamos; una buena forma de retribuirles lo que nos han brindado es dándoles las buenas nuevas, la salvación y la paz que tanto buscan en medio de los problemas.

Una pregunta tan sencilla como: ¿Qué crees que va a pasar después de la muerte?, nos puede dar una idea de qué es lo que piensa esa persona a la que le estamos hablando; podemos partir de ahí para contarles acerca de lo que nosotros creemos. Es cierto que muchas veces sentimos vergüenza, pero nosotros no estamos en este mundo para agradar a los hombres, sino para vivir de Dios (Gálatas 1:10), y cuando predicamos el evangelio estamos sirviendo a nuestro Señor.

Si tenemos miedo de que nuestros amigos nos rechacen, debemos olvidar ese temor porque, en primer lugar, si nos rechazan o nos hacen a un lado por hablarles de Cristo no son verdaderamente nuestros amigos; y en segundo lugar, debemos estar felices porque aunque seamos rechazados aquí en la tierra, nos espera una gran recompensa en el cielo (Lucas 6:22-23). Somos los encargados de llevar el evangelio a las personas que nos rodean para que ellos así puedan oír y estar con nosotros allá en la eternidad.  

domingo, 10 de julio de 2011

Nada que perder, mucho por ganar


Tú, Dios mío, eres mi pastor; contigo nada me falta. Me haces descansar en verdes pastos, y para calmar mi sed me llevas a tranquilas aguas. Me das nuevas fuerzas y me guías por el mejor camino, porque así eres tú. Puedo cruzar lugares peligrosos y no tener miedo de nada, porque tú eres mi pastor y siempre estás a mi lado; me guías por el buen camino y me llenas de confianza. Aunque se enojen mis enemigos, tú me ofreces un banquete y me llenas de felicidad; ¡me das un trato especial! Estoy completamente seguro de que tu bondad y tu amor me acompañarán mientras yo viva, y de que para siempre viviré donde tú vives. Salmos 23

Hay una frase que dice “Cuando luchamos con alguien que no tiene nada que perder, luchamos con gran desventaja”. Estas palabras me hicieron acordar a David, David era un hombre que no tenía absolutamente “nada que perder”. ¿Por qué? Porque decidió depositar su vida en las manos de Dios.

El Salmo 23 es uno de los salmos más hermosos que David ha escrito. En aquel salmo David demuestra que es un hombre que nada tenía que perder, ya no le faltaba nada en su vida, cuando Dios guiaba sus pasos, él se sentía completo, realizado, seguro, feliz. Veamos el salmo por partes:

“Contigo nada me falta”: ¿Qué nos puede faltar si vamos de la mano de Dios? Absolutamente nada. Jesús mismo dice que fuera de Él, nada podemos hacer. ¡NADA podemos hacer! Él es quien conoce cada una de nuestras necesidades, dolores, tristezas y alegrías. Nos ha llamado Hijos, nos ha perdonado por Gracia, nos ha dado una vida nueva y la seguridad de un futuro junto a Él. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Me haces descansar y me llevas a tranquilas aguas”: Jesús mismo se ofreció y nos ofrece llevar todas y cada una de nuestras cargas. A Él no le gusta vernos cansados, abatidos, derrotados, Dios te ha hecho para llenarte de sueños, metas, planes, amor, ¿Acaso no te hará descansar cuando te vea cansado? Cuando dice “aguas tranquilas” se refiere a que para calmar tus tristezas, tus ansias, tus necesidades, no te llevará a un lugar donde “trate a todos los sedientos por igual”, sino que te llevará a aguas TRANQUILAS, como si fueras su único hijo, como si fueras su especial tesoro, Él te sanará directa y personalmente. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Me das nuevas fuerzas y me guías por el mejor camino”: Cuando ya te sientes cansado entre tantas responsabilidades, la universidad, el trabajo, tu familia, tus amistades, tu relación con Dios. Cuando sientes que no podrás con todo, que quieres abandonar, que eso no es para ti, Él te dice: Yo te doy nuevas fuerzas, sigue adelante. Cuando ve que estás haciendo algo que no te llevará a un buen lugar, te reprende con amor y trata de llamar tu atención una y otra vez para guiarte por el buen camino. Cuando ve que alguien te traiciona, te engaña o te miente, trata de que sigas confiando en Él. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Puedo cruzar lugares peligrosos y no tener miedo de nada”: Puedes tener problemas económicos, problemas en tu familia, puedes atravesar una enfermedad, puedes estar en medio de una pelea, puedes dejarte guiar por malos deseos, puedes tropezar; pero: NO puedes tener miedo de nada si vas con Dios, porque sabes que al final todo saldrá a tu favor. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Siempre estás a mi lado y me llenas de confianza”: Aunque nos olvidemos muchas veces de Dios, Él nunca se olvida de nosotros. Aunque muchas veces nos sintamos solos, Él siempre está cuidando nuestros pasos. Aunque perdamos la confianza muchas veces, Él nos demuestra que allí está amándonos. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

“Aunque se enojen mis enemigos, tú me llenas de felicidad”: Cuando te han cerrado todas las puertas, cuando te han dado la espalda, cuando te han fallado, cuando te han dejado solo, Dios te abraza más fuerte. David dice que Dios allí nos da un trato especial, que nos llena de felicidad, que nos invita a estar en su presencia. ¿Acaso algo más nos puede faltar?

La verdad que no hay palabras que puedan explicar mejor lo que significa vivir una vida de la mano de Dios. Pasaremos pruebas, será difícil, pero Él no nos dejará solos, sino que nos moldeará. Así como David era un hombre que “no tenía nada que perder”, todos y cada uno de los hijos de Dios no tenemos nada que perder, sino mucho que ganar. Y como dice la frase “Cuando luchamos con alguien que no tiene nada que perder, luchamos con gran desventaja”: cuando el enemigo quiera luchar contra un hijo de Dios, luchará con GRAN desventaja, porque un hijo de Dios no tiene nada que temer, nada que perder y mucho que ganar.



sábado, 9 de julio de 2011

¡¡¿Por qué no me oyes?!!

 
Mis seguidores me conocen, y yo también los conozco a ellos. Son como las ovejas, que reconocen la voz de su pastor, y él las conoce a ellas. Mis seguidores me obedecen. Juan 10:27 (TLA)

“Cerca del poblado de Gevas, al este de Turquía, mientras los pastores tomaban su desayuno, una de sus ovejas saltó por un  precipicio de casi 14 metros y se mató. Luego, ante la mirada de asombró de sus pastores, el resto del rebaño la siguió. En total, 1.500 ovejas se lanzaron ciegamente  por el precipicio. La única buena noticia, es que la caída de las últimas mil ovejas, fue amortiguada por la creciente pila de lana de aquellas que habían saltado primero. 450 ovejas murieron según el diario The Washington post.”

La pregunta es: ¿Estás escuchando la voz de tu pastor? ¿Reconoces la voz de tu pastor? ¿Sigues la voluntad de tu pastor?  

En  la noticia vemos como por una oveja descarriada, una oveja distraída, una oveja que no obedeció o que no prestó atención, se fueron todas las demás. Por una pagaron muchas, y es que pareciera que el Pastor las dejo solas pero no es así. El pastor se fue por un momento. Tomó un receso. Lo mismo sucede cuando pareciera que Dios toma un receso. Un descanso. Nos preguntamos ¿A dónde se fue Dios cuando estaba pasando por esta situación? Rezongamos. Inclusive hasta le reclamamos. Dios no nos abandona. Nunca nos deja solos.

¿Cómo pues escucho su voz?

Jóvenes, la clave está en la palabra  INTEGRIDAD. ¿Lo leíste bien? Lo volveré a repetir… I-N-T-E-G-R-I-D-A-D

Para escuchar su voz tenemos que tener integridad. Si no hay integridad nunca podremos escuchar su voz. La integridad solamente lo alcanzamos a través de la palabra  El que no está en la Palabra, por mucho que luche, nunca será íntegro y por lo tanto nunca escuchará la voz del pastor que la llama. Tú debes de saber si en verdad estás escuchando la voz de Jesús. La voz del Pastor es tierna, dulce y apacible.

“Las ovejas tienen algo muy especial, todos sabemos que cuando se juntan varios rebaños de ovejas, cada una puede distinguir la voz de su pastor. Esa es una manera que tienen las ovejas para cuidarse y protegerse mutuamente. Cualquiera que intente hacerse pasar por el pastor del rebaño será desoída por ellas, ya que ellas están acostumbradas a escuchar la voz de su pastor día a día.”

Así mismo los hijos de Dios no caeremos en el engaño de ir tras otras voces si estamos acostumbrados a pasar tiempo oyendo la voz de nuestro amado pastor.

El Señor nos pide y nos invita a que pasemos toda la vida escuchando su voz. Muchos de nosotros cuando dejamos de escuchar la voz de Dios pensamos que nos abandonó, que nos dejó para siempre ¿Dónde está Él cuándo me encuentro en esta situación? ¿Acaso se ha olvidado de mi?

“Dios nunca se olvida de nosotros…nosotros somos los que nos olvidamos de Él” "No tengas miedo. Yo te he liberado; te he llamado por tu nombre y tú me perteneces. Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzaras ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás." Isaías 43:1-2 (TLA).

Dios no se ha olvidado de ti, Él no te ha abandonado. Te tiene presente, quizás pienses que Dios ya no te tiene en cuenta, que hace mucho que ya no habla en tu vida, por más que busques y que anheles escuchar su voz jamás lo recibes, las bendiciones que antes solías tener ahora pareciera que poco a poco se están esfumando, pensamientos de soledad llegan a tu cabeza, “el Señor me olvidó, veo como otros sienten de ti, veo como otros sienten tu toque ¿Acaso no me tienes en cuenta?”  Pero… ¿Será que es verdad?  ¿Dios nos olvida?

Hay un poema muy interesante que quiero compartirles; el autor lo desconozco pero sé que alguno de ustedes ya lo habrá escuchado alguna vez…

Las huellas en la arena

"Una noche en mis sueños vi que con Jesús caminaba junto a la orilla del mar bajo una luna plateada. Soñé que veía en los cielos mi vida representada en una serie de escenas que en silencio contemplaba. Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando, mientras con Jesús andaba como amigos conversando. Miré atento esas huellas reflejadas en el suelo, pero algo extraño observé y sentí grande desconsuelo. Observé que algunas veces al reparar en las huellas. En vez de ver los dos pares veía solo un par de ellas. Observaba también yo que aquel solo par de huellas se advertía mayormente en mis noches sin estrellas, en los días de mi vida llena de angustia y tristeza, cuando el alma necesita más consuelo y fortaleza. Pregunté triste a Jesús ¿Señor tú no has prometido que en mis horas de aflicción siempre estarías conmigo para mostrarme tu amor? Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas, cuando más siento el dolor solo veo un par de ellas. ¿Dónde están las otras dos que indican tu compañía, cuando la tormenta azota sin piedad la vida mía? Y Jesús me contestó: Escucha bien hijo mío, comprendo tu confusión; siempre te amé y te amaré. Y en tus horas de aflicción siempre a tu lado estaré. Más si ves solo dos huellas y no ves las otras dos, es que en tu hora afligida cuando flaquean tus pasos, no hay huellas en tus pisadas porque te llevo en mis brazos."

El Señor Jesús es el buen pastor Él nunca nos dejará… tal vez hayan momentos en donde no podamos escuchar su voz, en donde pareciera que su voz se escucha a lo lejos. Es en esos momentos cuando debemos de acercarnos más a su llamado. Tal vez pasa que nos sentimos olvidados o solos, pero recuerda que Dios está contigo Él nunca te abandonará.

Punto de reflexión:

¿Has dejado de escuchar la voz de Dios?
¿La voz de Dios que un día escuchamos cerca ahora la escuchas demasiado lejos?
¿Te sientes solo?
¿Sientes que ya no puedes con tus cargas o con tus aflicciones?


viernes, 8 de julio de 2011

Buscando a Nemo


Por tanto, ID, y haced discípulos a todas las naciones. Mateo 28:19
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. Marcos 16:15

Se me parte el corazón al saber por cuánto tiempo Dios nos buscó y nosotros le rechazamos. Se me llenan de lágrimas los ojos al ver el amor y la paciencia que Dios nos ha tenido en el proceso de cambio.

Día con día Dios trata de enamorarnos más y más. En el momento que la zarza ardía, Moisés se acercó a ver porque le llamó la atención. La Biblia en ese pasaje no dice que Dios lo llamó, dice que a Moisés le llamó la atención y fue a ver.

Así mismo, Dios todos los días trata de llamar nuestra atención, queriendo lograr que nos enamoremos locamente de Él. Es ahí donde entra lo ilógico del amor de Dios. A pesar que nosotros nos olvidemos de Él, Él no se olvida de nosotros. El amor de Dios para nosotros no mengua, a pesar de tanta infidelidad de nuestra parte.

Es verdad que es en extremo difícil amar como Dios nos ama. Pero, por ahí dice que no hay peor lucha que la que no se hace. Además, en la Biblia dice que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece. ¿Dónde hemos dejado la convicción de ser mejores hijos todos los días?

Al igual, nosotros tenemos que ir al mundo, o sea las naciones ¿Acaso las naciones están fuera del mundo? ¡No! ¿Cuál es el miedo de ir al mundo? El miedo es porque no tenemos buenas bases. Nuestras convicciones todos los días se mueven de un lado para el otro. Lo duro es que la Biblia dice que el hombre de doble ánimo no prospera en sus caminos.

Hoy es tiempo de ir al mundo, hoy es tiempo de ir a todas esas personas que necesitan ese amor que solo Dios es capaz de brindar. Lo he dicho una vez y lo diré siempre: Dios es tu abuelita, tu tía, tu hermano, tu amigo, tu primo, tu papá, tu mamá; Dios llena el vacío que nosotros tenemos en nuestro corazón.

Es momento de ir a las naciones a mostrar ese amor. No nos rindamos. No desmayemos con nuestros amigos, familiares o quien sea, en predicarles el amor de Dios.

La mayor y mejor predicación que podemos tener es nuestro ejemplo. Tenemos que romper con la subcultura cristiana que hemos creado, en la cual solo entran los que nosotros queremos, porque son así como nosotros pensamos.

Dios nos buscó a nosotros por todos lados sin descansar. No desmayemos nosotros en ir a las naciones a predicar ese inmenso amor. Busquemos por todos lados a esas personas. Dios es enorme, increíble y con un amor que sobrepasa todo entendimiento. ¡El mundo te espera! ¿Tú qué esperas para ir al mundo?

http://www.facebook.com/pages/Tu-Unica-Alternativa/194021963941574

jueves, 7 de julio de 2011

Me parezco a... ¿Me parezco?


Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que piensa lo que hace, y no como tontos. Aprovechen cada oportunidad que tengan de hacer el bien, porque estamos viviendo tiempos muy malos. No sean tontos, sino traten de averiguar qué es lo que Dios quiere que hagan. Efesios 5:15-17

¿Qué es lo que Dios quiere que haga? Muchas veces nos hacemos esa pregunta, muchas veces sabemos la respuesta pero no la queremos poner en práctica, muchas veces no sabemos la respuesta pero en vez de preguntarle a Dios le preguntamos a un líder o pastor “¿Y qué tengo que hacer de mi vida?”. Déjame decirte algo, Dios quiere una cosa que es clara: que nos parezcamos a Jesús.

¡Cuán difícil e imposible nos parece cumplir con lo que Dios quiere! Ya no quiero escuchar la excusa de “No se como hacerlo, no se cómo agradar a Dios” ¡Sí, sabes!. En Efesios 4:20-24 dice << ¡Pero esto no es lo que ustedes aprendieron acerca de Cristo! Porque ustedes oyeron el mensaje acerca de él, y saben vivir como él manda, siguiendo la verdad que él enseñó. Por eso, ya no vivan ni sean como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir. Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear para ser como él. >> Dios quiere que dejes ya de una vez por todas las cosas de tu pasado y busques por parecerte más a su Hijo, Él también te ha llamado HIJO o HIJA a ti. Pablo decía “He decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer”.

¿Estás escuchando la misma música que escuchabas antes de conocer a Dios? ¿Tienes las mismas amistades que tenías cuando no conocías a Dios? ¿Estás luchando por seguir el ejemplo de Cristo? Muchos de nosotros, tristemente, estamos “perdiendo el enfoque”. Estamos buscando más seguir el ejemplo de algún artista de música, el ejemplo de algún pastor, o nos estamos dejando guiar por lo que los demás dicen de nosotros; cuando el único merecedor de nuestro enfoque se llama: Jesucristo.

Pablo en su carta a los Efesios decía: << No se dejen engañar con ideas tontas, pues por cosas así Dios castigará terriblemente a quienes no le obedecen. Así que, no tengan nada que ver con esa clase de gente. No conocer a Dios es como vivir en la oscuridad, y antes ustedes vivían así, pues no lo conocían. Pero ahora ya lo conocen, han pasado a la luz. Así que vivan como corresponde a quienes conocen a Dios, pues su Espíritu nos hace actuar con bondad, justicia y verdad. Traten de hacer lo que le agrada a Dios. No se hagan cómplices de los que no conocen a Dios, pues sus hechos no aprovechan de nada. Al contrario, háganles ver su error >>. Efesios 5:6-11.

¿Qué quiere decir esto? Que debemos de dejar de vivir dependiendo de las críticas, opiniones o visiones que los demás tengan sobre nosotros. A eso Pablo le llamaba “ideas tontas”. ¿Alguien te ha dicho que eres demasiado joven para estar donde tú estás? ¿Alguien te ha dicho que eres incapaz de lograr tus objetivos? ¿Alguien ha tratado de tirar tus sueños abajo? ¡Ya di BASTA! Empieza a vivir como la Luz que Dios quiere que seas. Empieza a impactar tu familia, tu universidad, tu trabajo, siguiendo el ejemplo de Cristo. NADIE te puede decir que no podrás hacerlo. Claro que puedes, Dios mismo ha dicho que uno de sus propósitos es que nos parezcamos a su Hijo, y Él ha dicho: Yo los perfeccionaré.

Debemos dejar que nuestra vida esté guiada, dirigida y controlada por Dios. Sólo así podremos parecernos más a Jesús. Lo más importante no es lo que la gente diga de ti, lo más importante es lo que Dios diga de ti. Para eso ya debes de dejar intentar agradar a las personas, sino que debes buscar agradar a Dios primero. Cuando permitimos que Dios dirija nuestros pasos, Él nos transformará de adentro hacia fuera, te dará la fortaleza y todo lo que necesites para agradarlo. Es tu decisión, yo elijo seguir el modelo de mi Salvador: Cristo.

miércoles, 6 de julio de 2011

La adoración




Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les ruego que dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada. Así es como se debe adorarlo. Romanos 12:1 (TLA)

Pablo nos insta a entregar nuestros cuerpos como sacrificio vivo.

Colosenses 2:17 nos llama a hacer todo en una actitud de adoración. En pocas palabras, adorar requiere identificarse con el sacrificio de Cristo y su renuncia. Ya no nos pertenecemos, debemos presentarnos en el altar como un sacrificio vivo. Nuestros cuerpos son suyos para Su gloria.

Adorar no es cantar. Es entregar; y eso a veces requiere de un simultáneo acto de gozo y dolor por renunciar a nosotros mismos.

Los evangelios nos cuentan que luego del nacimiento de Jesús, los sabios de Oriente llegaron a su casa para adorarlo. El viaje incluyó una logística muy costosa, que los llevó por tierras peligrosas, quizás durante meses enteros. Pagaron un precio para llegar a Jesús. Pero cuando lo lograron, en vez de pedirle, le ofrecieron lo mejor que tenían: Oro, incienso y mirra.

Para adorar a Dios hay que renunciar a ese egoísmo que solo busca pedir para sí. Cuando nos presentamos ante Dios, llevémosle algo. Nuestra vida, nuestro corazón, nuestro todo.

Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; Porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. San Juan 4:23-24

Adorar es avivar la conciencia mediante la santidad de Dios, alimentar la mente con la verdad de Dios, purgar la imaginación con la belleza de Dios, abrir el corazón al amor de Dios y dedicar la voluntad al propósito de Dios. (William Temple)

Quería compartirles este tema que es sumamente importante y lo hemos venido comentando, pero no tan directamente, a hacer buen uso de la adoración. Considero que no hace falta tener discernimiento para darse cuenta que en Hispanoamérica hemos convertido a la adoración en un estilo musical más que en un acto de obediencia. Hemos reducido la adoración a una experiencia cultica. Algo que nos gusta porque disfrutamos la música y se “siente” bien el culto haciéndolo ya que nos podemos expresar con todas nuestras emociones…

Lo peligroso de esto es que justamente el foco de la adoración no puede estar puesto en nosotros. No se trata de cómo quiero yo expresarle a Dios mis sentimientos, sino cómo puedo yo desenfocarme de mis gustos y necesidades para enfocarme solamente en Él.

El centro de la adoración no puede ser nadie más que Dios. Él es el iniciador de la adoración y no nosotros. Le amamos porque Él nos amó primero y a menos que tengamos una comprensión exacta de cómo nos ha afectado Su gracia, es imposible responderle genuinamente con una actitud interna y real de adoración.

Hace poco me preguntaba un joven, que cómo podría crecer en su vida de adoración ya que se estaba aburriendo de siempre decir y experimentar lo mismo, y esto fue lo que le dije: ¿Eres fan de Hillsong? Me respondió que sí, entonces le dije: El siguiente paso en tu vida de adoración es que puedas expresarle tu amor con música que no te gusta, de maneras que te cuestan y en momentos dónde nadie te vea. Cuando eso te sea normal y lo puedas hacer con gusto, entonces, sí vas a haber encontrado una nueva dimensión de la vida de adoración y subido de escalón.

Dios no quiere una parte de tu vida. Pide todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente, y todas tus fuerzas. A Dios no le interesan los compromisos a medias, la obediencia parcial y las sobras de tu tiempo y dinero. Quiere tu devoción plena, no pedacitos de tu vida.

Por muchos años he escuchado decir en las reuniones, de algunas congregaciones cristianas, lo siguiente:” Muy bien ya hemos terminado nuestro tiempo de adoración a Dios, y ahora vayamos a lo más importante de la reunión…” dando a entender como si ese tiempo hubiera sido un relleno en vez de ser algo vital para la vida cristiana. Muchos cristianos cantan bellas canciones, pero jamás han sido enseñados ni han practicado una verdadera adoración que llega al trono de Dios. Por cierto, la adoración es mucho más que cantar. Ella implica una entrega absoluta y rendición a los pies del Señor.

La necesidad de conexión.

Dios quiere relacionarse contigo y conmigo. Dios nos hizo para tener comunión con Él. Para estar juntos. Él nos hizo para amarnos. Hay muchas cosas que Dios quiere hacer contigo, pero lo primero que debes hacer es conectarte con Él; esa es la mejor manera de descubrir para qué naciste y cuál es tu misión en la ida. Dios nos hizo con la necesidad de buscarle. ¿Sabías que Él disfruta estar contigo? Para eso te hizo, para tener relación contigo. Cada persona del mundo nació con un vació tamaño Dios y el único que lo puede llenar de manera satisfactoria es Dios. Es el único que cabe de manera perfecta.

Todos somos adoradores

CADA persona en el mundo busca tener esa conexión con Dios porque necesitamos adorar. Así fuimos diseñados. “Todos somos adoradores constantes de algo o de alguien”.

Adorar a Dios es más que una expresión.

La adoración no es un acto que dura una cierta cantidad de tiempo (cantar por ejemplo 30m los domingos) sino que es la decisión que tomamos al escoger quién o qué será nuestro Señor y el foco de atención para nosotros y la manera en que nos entregamos a esa decisión con devoción y servicio. Es decir, que podemos terminar adorando a la actividad, persona o cosa que ocupa la mayor parte de nuestros pensamientos y tiempo.

Jesús dijo que el Padre estaba buscando verdaderos adoradores. <<Si el Padre está buscando adoradores, seguro es porque le faltan, pero el hecho es que ¡Deberían sobrarle adoradores!>> Dios no está buscando adoración, sino adoradores. Es decir, Él no busca una canción o una acción o una <<Cara de religioso que acaba de chuparse un limón>> Sino un corazón. La adoración es una expresión de amor al Señor (Mt.22:37).Es tener hambre por la presencia de Dios. (Sal.84:1-2, 4, 16:11). Es un estilo de vida.

Dios no busca una canción o una acción sino un corazón.

Él quiere que le abras tu corazón para mostrarle todo lo que piensa de ti y lo que quiere hacer contigo. Dios tiene planes para ti. (Jeremías 29:11)

Rendición Total

Él quiere que vivas rendido a Él porque ¡Te conviene! Adoración es entrega total, es rendirte. Por eso faltan verdaderos adoradores. Gente que quiera darle a Dios su TODO. Entregar y rendir sus pensamientos, decisiones, acciones. Dios busca gente que le entregue sus planes, su cuerpo, sus sueños, su vida sexual, sus luchas, sus temores. Todo lo bueno y todo lo malo que creamos que tengamos.

Dios no busca palabras, ni adoración, ni emociones extremas descontroladas; Él busca verdaderos adoradores. Él no busca la canción; El busca a la persona. Te busca a ti, me busca a mí. (Juan 4:23 RV60)

Lo que no es la adoración.

No es solo música y canciones. Todas las partes de la reunión son un acto de adoración: la oración, la lectura de la Biblia, el canto, el silencio, la predicación, las ofrendas, la Santa Cena, etc.

Tampoco es un “estilo de música”: si la canción es movida se la llama “alabanza”, si es lenta se la llama “adoración”. Esto también es un error. La adoración no tiene nada que ver con el estilo, el volumen o el ritmo de una canción. Con cualquier estilo o ritmo podemos adorar a Dios, porque no existe un estilo “bíblico” de adoración. El secreto es hacerlo “en espíritu y en verdad”.

No es “cerrar los ojos o levantar las manos” no es el momento “aburrido de la reunión” no es un relleno hasta que todos llegan, no es repetir palabras mecánicamente, no es exclusiva del ministerio de alabanza. La adoración no es el “ritual del domingo” (Isaías 29:13), es pasión y compromiso por y con Dios, la adoración no es para nuestro propio beneficio. Hoy me gusto mucho la adoración”, “Hoy la adoración fue muy lenta y aburrida”, “Me encanta la alabanza”, “Qué bien dirige el director y cómo tocan los músicos”, “La gente se duerme en la adoración”, “Hoy no recibí nada en la adoración”, “Le faltó vida. Hoy sentí que le faltó vida. Estuvo medio aplastado”, “¡Cuándo va a terminar! ¡Cuándo va a terminar! ¡Me quiero ir a mi casa!”. Todos estos conceptos están equivocados, son un error. ¡La adoración no es para ninguno de nosotros, la adoración es para Dios! ¡Es para complacerlo y agradarlo a Él! No nos cantamos ni nos adoramos a nosotros mismos, todo es para Él.

Canta con la vida

Él quiere tener esa relación y, una vez que la tengamos entonces nos mostrará todo lo que quiere hacer con nosotros. Él busca personas que se entreguen. Que no solo lo digan, sino que lo vivan. Personas que canten menos con la boca y más con la vida, es decir con sus decisiones, sus acciones.

Y ¿Cómo hacer para comenzar?

Aunque adorar a Dios no es una disciplina, no tiene que ser mecánica forzada ni monótona, recuerda que Dios te ama como eres y como estás. No tienes que cambiar lo que eres para acercarte a Él. No importa en dónde estés, puedes tener ese dialogo con Él, en el auto, en el autobús o caminando, puedes comenzar desde hoy y decirle lo que esté dentro de ti. Puedes decirle por ejemplo: “Jesús, gracias por amarme como soy. Gracias porque no depende de mí que me ames. Gracias por tu sacrificio en la cruz, pues eso me deja adorarte. Quiero conocerte y que me conozcas. No quiero ser un religioso, sino alguien que te conoce de verdad. Ayúdame a tomar buenas decisiones hoy. Quiero vivir para ti. “

Hacer una oración así no toma mucho tiempo, pero si lo haces con todo el corazón, entonces puede ser el inicio de una vida de adoración genuina. La clave es comenzar ya. Puedes hacerlo de la siguiente manera.

  • Sé agradecido: La verdadera adoración comienza con un corazón agradecido. Dale gracias a Dios por la vida, por el sustento, porque no te falta nada.

  • Estudia los salmos: Los salmos fueron escritos por gente como tú y como yo, y allí nos dan una muestra de que se puede hablar a Dios sin importar el estado de ánimo a los problemas que tengas. Puede acercarte a Dios con tus alegrías o temores, con tus victorias o derrotas; si tienes esperanza o tristeza.

  • Conoce los nombres de Dios: a Dios no solo puedes llamarle “Dios”, sino que le puedes llamar Padre, Amigo, perdonador, eterno. Eso y muchas cosas más es lo que Dios quiere ser para ti y mostrarte de esa manera en tu vida diaria.

Adorar a Dios es vivir entregado a Él. Sin manchas ni reservas. Le adoras en la manera que decides; en la manera que hablas; en la manera que vives.