“Todos los días del afligido son difíciles; mas el de
corazón contento tiene un banquete continuo” (Proverbios 15:15)
Atravesé por un tiempo en mi vida en el que vivía atormentado
por la ansiedad, estaba tan lleno de temor y terror sin ninguna razón en
particular, sentía como si algo terrible estaba por pasar.
Sucedía que me tomaba todo en serio, me estaba creando
problemas donde no existían. Casualmente hace unos días me pasó algo similar,
pero un día en una reunión, el Señor me dijo que declarara algo, al parecer
alguien necesitaba oír eso: Deja de hacerte problema por nada.
Yo era del tipo de persona que necesitaba oír
instrucciones como ésa, podía hacer una montaña de un grano de arena, debía de
aprender a pasar por algo algunas cosas, olvidarlas y seguir adelante.
Muchos de nosotros nos preocupamos por cosas que no valen
la pena: esas zorras pequeñas, que echan a perder las viñas (Cantar de los
Cantares 2:15).
Si en nuestra vida nos alteramos constantemente, por una
pequeñez tras otra, nunca vamos a tener paz y gozo.
Jesús dijo: “No se turbe vuestro corazón… (Juan 14:1) ….No
se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo (Juan 14:27)
En pocas palabras, Jesús estaba diciendo: ¡Basta ya”
este pasaje nos permite ver que podemos controlar la forma en que reaccionamos
ante las situaciones que nos afligen. Podemos elegir la paz o la preocupación. Podemos
elegir permanecer calmados o calmarnos si habíamos empezado a inquietarnos.
Jesús también dijo: En este mundo afrontarán
aflicciones, pero ¡Anímense” yo he vencido al mundo”… (Juan 16:33 NVI)
La palabra es clara y nos dice que sufriremos persecución
(Marcos 4:17) en nuestra vida cotidiana, las cosas no saldrán como a nosotros
nos gustaría exactamente, Jesús dijo que en este mundo habrá tribulación, pero
tenía una respuesta para eso: …¡Anímense! En lenguaje actual, sería
parafraseado esta expresión: ¡Arriba ese ánimo!
Jesús, vive dentro de cada uno de nosotros, los cuales
creemos en Él, sabemos que ha vencido al mundo. ¡Esos nos da razón más que
suficiente para calmarnos y cobrar ánimo!
Cuando comencé a entender este principio, y cuando
comenzaba a preocuparme por algo que realmente no tenía importancia, me parecía
oír al Señor decir: ¡Cálmate y cobra ánimo! No tomes todo tan en serio, destiéndete,
¡Disfruta de la vida!. Yo pensaba: Oh, es verdad, sé supone que debo gozar la vida,
tengo gozo en mi salvación; y el Príncipe de Paz, que ha vencido al mundo,
¡Vive en mí!
Aunque hace un tiempo vivo conforme a estos principios,
de vez en cuando necesito hacer algunos ajustes, aún hoy debo recordarme que
tengo que distenderme, o Dios me dice “Ahora, hijo, ¡Escucha uno de tus propios
mensajes!
Yo por naturaleza soy demasiado vehemente, vengo de un
pasado terrible de abuso, si yo puedo distenderme, ¡cual quiera puede hacerlo!
Muchas personas experimentan ansiedad en su vida como
resultado de profundas heridas del pasado, liberarse de ataduras emociones no
es fácil, pero si tú le permites al Espíritu Santo él te guiará paso a paso en
el caminar que te conducirá a la libertad.
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